lunes, 15 de marzo de 2021

Pico Caniellas y Altos de Morteiro. Circular desde Gillón

Salida y llegada: Gillón (Concejo de Cangas del Narcea)
Distancia: 15,5 km
Duración: 6:45 h (sin paradas)
Subidas acumuladas: 1200 m
Altura Inicial: 1180 m
Altura máxima: 1921 m
Fecha de realización: 6/III/2021
Dificultad: media
Track de la ruta



Itinerario: Gillón – Reguero Valle de la Filtrosa – Reguero de Caruz – Valle del Rebollaz – Refugio – Collado Caniellas – Pico Caniellas – Collado Caniellas – Altos de Morteiro – Costalapiedra – Braña Filtrosa – Brañas Altas – Valle de Caruz – Reguero del Valle de la Filtrosa – Gillón.


Al sur del concejo de Cangas del Narcea, entre los ríos Narcea y Naviego, despuntan varias sierras entre las que destacan por su altura y orografía las de Caniellas, La Zarza y Saldepuesto, siendo sus montes más altos el Picos Caniella, los Altos de Morteiro y el Cueto Rogueiro. Como la subida a este último desde Riomolín ya la describimos en otra entrada, tocó ahora hacer lo propio con los dos primeros.
Hórreo en Gillón.

A la salida de Gillón encontramos este antiguo molino. Por encima hay otro en completa ruina.

Partimos de Gillón después de un viaje de más de dos horas desde Gijón en una mañana con amenaza de lluvia y las nubes cubriendo las cimas más altas. Nada más llegar pensé que tendríamos una anodina ruta de montaña entre la niebla y la llovizna; hubo suerte y esto no ocurrió. A partir de la cota de los 1600 metros nos situamos por encima de las nubes disfrutando del mar de nubes cubriendo los valles con las montañas emergiendo como islas en el mar.
Vista atrás de Gillón y sus prados.
Comenzamos la ruta saliendo del centro del pueblo en dirección sur por el camino antiguo que sube por el Valle de Rebollaz. Enseguida dejamos a la izquierda dos antiguos molinos, entre prados con cerca de piedra y setos de avellano. Un poco más adelante cruzamos el Reguero Valle de la Filtrosa, poco después el de Caruz, a continuación rodeamos el alargado crestón de El Cordal donde hubo un magnífico bosque de abedules y fue arrasado por las llamas en octubre de 2017. Hoy queda un paisaje devastado donde los troncos quemados y sin vida y el suelo calcinado proporcionan al visitante una honda pena y una gran tristeza. Cuando bajemos por el valle de Caruz, al otro lado del crestón, este desolado paisaje se hará mucho más evidente. Dejo alguna foto más abajo.
Prados en el camino hacia el Valle de Robellaz. La niebla oculta las montañas.

Embocando de este modo el Valle del Rebollaz, el camino ancho va subiendo por la margen derecha del arroyo. Nos sumergimos entre las nubes y así llegaremos al refugio donde el camino da una cerrada curva a la izquierda. Lo abandonamos y seguimos la dirección sur, monte arriba, por las sendas y trochas del ganado, entre escobas, espinos y hayas hasta alcanzar el amplio Collado Caniellas donde el resol anuncia una magnífica jornada montañera.
Por encima del refugio seguimos en dura subida por trochas de ganado hasta alcanzar el Collado Caniellas.


En el Collado Caniellas ya vemos el resol que anuncia el sol más arriba. Una senda recientemente desbrozada nos lleva a la arista sureste.

Nos dirigimos (O) hacia el Pico Canillas en cuya base encontramos una senda recientemente desbrozada que, entre los altos y espesos brezos, nos lleva hasta la arista sureste. Las nubes van quedando por debajo y la trocha nos va subiendo por la arista superando sucesivos montículos hasta alcanzar el crestón cimero en donde aún quedan algunas manchas de nieve blanda.
Subiendo por la arista sureste del Caniellas

Cerca del crestón cimero donde se sitúa la cumbre del Caniellas.

Por la arista cimera. Al fondo se distingue el vértice geodésico.

En el extremo norte de la montaña se yergue el punto más alto coronado con un vértice geodésico. Las vistas son extraordinarias: las nubes rellenan todos los valles y las montañas parcialmente nevadas sobresalen por encima. Dejo algunas fotos en vista panorámica de este a oeste pasando por el sur.
Buzón de montaña del Pico Caniellas.

Por la ladera de los Altos de Morteiro vemos el cortafuegos por donde subiremos.









Como es pronto para comer y el día es excelente a esta altura, decidimos subir también los Altos de Morteiro, casi de la misma altura que el Caniellas pero más alomado y situado al este. Descendemos por la misma senda hasta el collado Caniellas y, manteniendo la dirección (E), remontamos por un cortafuegos la ladera occidental de los Altos de Morteiro. Una primera cumbre y un tramo llano nos llevan a la última subida en cuya cima, cubierta de nieve y de brezo, finaliza el cortafuegos. En unas peñas situadas a pocos metros de la cima en la ladera sur paramos a reponer fuerzas. A nuestros pies, bajo el manto de nubes, está Monasterio de Hermo y al otro lado del valle la Sierra de Degaña; más allá la Cordillera Cantábrica.
Cumbre del Pico Caniellas desde los Altos de Morteiro

Vista panorámica hacia el este desde los Altos de Morteiro. Abajo a la izda está el refugio próximo a la Laguna de los Cobradores y si no hubiera nubes veríamos el valle de Riomolín. El alomado Pico del Fraile está detrás. Siguiendo la cuerda al fondo entre nubes está el Cueto Arbás y a la izda Cornón y Cogollo Cebelleo (ver fotos de más arriba).

Peña cercana a la cumbre de los Altos de Morteiro donde comimos.

Desandamos unos metros por la alomada cumbre hasta el llano de la antecima donde cogemos un camino (N) que, nevado, baja a Costalapiedra donde confluye con una pista que viene de la Laguna de los Cobradores. Esta laguna, situada a apenas dos kilómetros, vierte hacia Riomolín y de allí al río Naviego; un kilómetro al sur está la Laguna Chauchina nacimiento del río Narcea. Por estos parajes estuvimos hace unos años cuando subimos al Cueto Rogueiro desde Riomolín y cuando alcanzamos el Cueto Arbás desde el Puerto de Leitariegos.

Bajando por la nevada ladera norte de los Altos de Morteiro hacia el collado Costalapiedra entre la niebla.
La pista se dirige al norte y faldea por el oeste la Sierra de la Zarza. Vamos con la intención de alcanzar el Cueto Rogueiro pero al llegar a la base nos damos cuenta que estamos en estado de alarma y el toque de queda comienza a las diez; no hay tiempo. Continuamos por la pista que da un amplio giro hacia el oeste para acercarse a las Brañas de la Filtrosa donde encontramos una magnifica cabaña, más bien una casa, de reciente factura o arreglo.
Cabaña de buena factura situada entre las Brañas de la Filtrosa y las Brañas Altas. 

Magníficas cabañas en las Brañas Altas.

El camino vira al SO hasta las Brañas Altas donde hay magníficas construcciones arregladas recientemente. Casas de dos plantas, tejado nuevo de pizarra, ventanas con doble acristalamiento, etc. El camino emboca el Valle de Caruz hacia el norte y al transitar en cómodo descenso por él nos damos cuenta de la enorme magnitud del incendio de 2017 y de la gran pérdida que supuso.
Bosque calcinado por el pavoroso incendio de octubre de 2017 en el Valle de Caruz

Otra imagen del la ladera incendiada.

Encogido el ánimo por el desagradable espectáculo, cruzamos el Reguero del Valle de la Filtrosa y el paisaje desolado da paso a los verdes prados cercanos al pueblo. Es imposible que las abruptas laderas de El Cordal sirvan para pastos ni siquiera para las cabras, por lo que la finalidad del incendio debe tener otra causa.

Moderna fuente en Gillón

El camino va dejando a la izquierda los prados del valle y a la derecha el monte perdido e invadido por las cotoyas. Recoge varios caminos que bajan por las laderas occidentales de las sierras de la Zarza y Saldepuesto y se orienta con preferencia al oeste para entrar en Gillón por la zona más alta de la aldea.

Lorenzo Sánchez Velázquez





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