viernes, 30 de septiembre de 2016

Torre del Alba o de los Traviesos. Circuito desde Pan de Carmen

Salida y llegada: Collado de Pan de Carmen (Cerca del Lago Enol, concejo de Cangas de Onís)
Distancia: 20 km
Duración: 8:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1450 m
Altura Inicial: 1075 m
Altura máxima: 2385 m
Fecha de realización: 24/IX/2016
Dificultad: media-alta
Track de la ruta





Itinerario: Collado de Pan de Carmen – Vega la Piedra – La Redondiella – Collado Gamonal – Vegarredonda – Refugio Viejo (Río Junjumia) – Colláu La Fragua – Las Balastrosas – Entrada al Jou de los Asturianos (desvío) – Torre del Alba o de los Traviesos – Desvío a Justigallar – El Mosquil – Vega de Justigallar – Canal de la Mostaya y Río Rendemuña – Pan de Carmen.

        En el corazón del Macizo Occidental, en medio de un mar blanco de crestas salpicadas de ocres dolomíticos, se yergue, casi solitaria, la Torre del Alba o de Los Traviesos, una de las “torres” más asequibles para el montañero medio.

Cruzando el puente sobre el río Pomperi

El aparcamiento de Pan de Carmen se encuentra al final de la pista rodada que sale a la derecha de la carretera de los Lagos de Covadonga justo cuando comienza la bajada al Lago Enol. Desde allí se accede al refugio de Vegarredonda y es el punto de partida de muchas rutas que se adentran en el Macizo Occidental; muchos aficionados a la montaña se acercan a Pan de Carmen para subir al conocido Mirador de Ordiales.

Vega de la Piedra

Iniciamos la ruta siguiendo el PR PNPE-5 por el camino ancho que enseguida cruza el río Pomperi (el río baja por el Canal de la Mostaya con el nombre de río Rendemuña; por esta canal regresaremos) y sube mediante un par de revueltas a la hermosa Vega la Piedra donde arranca el Canal de Canrasu.
Gran cabaña en Redondiella

El camino, convertido en senda, sube por la ancha pradera flanqueada por laderas calizas entreveradas de hierbas y matojos. Más arriba cruza la planicie de los Planos del Séu y la subsiguiente cuesta nos lleva hasta las cabañas y pastos de Redondiella desde donde ya vemos las grandes y afiladas crestas blancas de Torre Santa de Enol, las Torres de Cebolleda, El Requexón, Los Poyones y el pico Cotalba.
Bajando al refugio de Vegarredonda. Al fondo: Atiquera, Los Argaos, Torre Santa de Enol (detrás), Porru Bolu, Poyones y Requexón.
        Esta vista se acrecienta cuando alcanzamos el collado Gamonal mientras el refugio de Vegarredonda aparece al fondo del pequeño valle por donde pasa el río Junjumia. El camino baja hacia el refugio y lo deja cerca, a la derecha, avanzando después hacia el sur siguiendo el curso del río. Más arriba alcanzamos el edificio blanco del antiguo refugio situado al lado de una fuente-pilón donde abrevan las vacas que aprovechan estos frescos y feraces pastos de altura.
 
Fuente-pilón al lado del refugio viejo.

Antiguo refugio de Vegarredonda en el valle del río Junjumia.

Por la alargada y estrecha canal de hierba con algunos canchales que bajan del roquedo, la senda sigue su progreso y nosotros con ella. En la Llampa Cimera, el último y más alto pastizal, el camino se divide en dos: a la derecha el que sube a Vega Huerta después de rodear el Porru Bolu, La Torrezuela, El Torco y la Aguja del Corpus Christi; a la izquierda, el nuestro, asciende por el canchal rodeando las afiladas crestas de Los Argaos hasta el Colláu La Fragua. Antes, en medio de la empinada cuesta, echamos la vista atrás para disfrutar de la magnífica estampa de que nos ofrecen las blancas montañas del Porru Bolu, Los Poyones, el Requexón y el Cotalba.


Vista hacia atrás poco antes de enfilar el pedrero que sube al collado La Fragua. Muy abajo se ve el refugio viejo.

Porru Bolu desde la Llampa Cimera, subiendo al collado La Fragua

Poco antes de alcanzar el collado La Fragua, vemos esta extraordinaria imagen de Los Poyones y el Porru Llagu.

Al otro lado del collado, una senda baja al Jou sin Tierri, pero el camino principal, por el que seguimos, sube unos metros más para abrirnos una extraordinaria panorámica: en un barrido horario vemos Punta Gregoriana y el Pico los Cabrones, la Torre del Alba o de los Traviesos (nuestro objetivo), el Pico de los Asturianos por delante, la Torre de la Canal Parda, Peña Santa (por detrás), Torre Santa de Enol y su Aguja, las Torres de Cebolleda y los afilados dientes de Los Argaos.

Después de cruzar el collado La Fragua ya vemos la Torre de los Traviesos, el Pico de los Asturianos y la Torre de la Canal Parda

La Aguja de Enol, Torre Santa de Enol, las Torres de Cebolleda y parte de Los Argaos.

Más adelante, en las Balastrosas, el camino llanea y aparece un oasis terroso entre tanta caliza blanca; algunas círculos de piedra señalan los sitios donde hacer vivac.

Vista atrás desde cerca de Las Balastrosas: parte de Los Argaos.

En el punto donde el camino se asoma al Jou de los Asturianos (al otro lado está el pico homónimo), lo abandonamos para superar, mediante una fácil y corta trepada, el resalte rocoso que hay a la izquierda. Alcanzado el hombro calizo, los hitos y una senda que a veces se pierde, nos permiten rodear el Pico de los Asturianos por la izquierda para alcanzar enseguida una arista que baja de la misma Torre del Alba. La superamos por una breve, estrecha y pedregosa canal, procurando ascender el lateral rocoso de la grieta que ofrece mejores agarres en la trepada.
 
"Jou" de los Asturianos. Al otro lado vemos el pico homónimo y la Canal Parda. Hay que superar el escalón de la izquierda (el punto de subida no se ve en la foto; queda unos metros más a la izquierda)

Después del escalón anterior, los hitos nos permiten rodear por la izda el Pico de los Asturianos (enfrente). A la izda vemos la Torre de los Traviesos, a la dcha la Torre de la Canal Parda.

Así nos situamos en la base de la montaña frente a una amplia, empinada y pedregosa canal entreverada, a la derecha, de escalones de tierra y hierba por donde se asciende con facilidad sin hacer apenas uso de las manos.
En la antecima, las vistas se abren hacia Peña Santa, El Torco, el Teso de las Tres Marías, las Torres de Enmedio y Torre Santa de Enol. Unos pasos más y estamos en la misma cumbre donde hay un pequeño buzón de montaña y unas vistas extraordinarias hacia el sur y el este: Piedras Lluengas, Tiro la Llera, el macizo del Pico los Cabrones, la afilada arista de Robliza, Peñablanca, Cuvicente y Jultayu; y, al otro lado del Cares, las agudas crestas del Macizo Central.

Pedrero en la base de la Torre del Alba o de Los Traviesos

Desde la mitad de la amplia canal de subida hacia abajo.

Mirando hacia arriba desde la mitas de la canal.

Desde que cruzamos el collado La Fragua, las rachas de viento han soplado fuerte y en la cumbre arrecian. Bajamos unos metros por la arista este para resguardarnos y reponer fuerzas disfrutando de la vista de los Urrielles. El regreso lo haremos por la Vega de Justigallar.

El Cuera al fondo, Cabezollerosos por delante, Los Cabrones, Cuvicente, Jultayu, Peña Blanca y Robliza.

Macizo Central y en primer plano Piedras Lluengas. A la izquierda asoma Tiro Llera.

Primero descendemos de la “torre” y desandamos el camino hasta sobrepasar el Pico de los Asturianos. Dando la espalda al “jou” del mismo nombre, abandonamos la senda hitada siguiendo hacia el norte por agrestes peñas que dejan a la izquierda el profundo Jou de les Cuestes; la hondonada de la derecha presenta un terreno caótico donde el lapiaz forma profundas grietas y surcos. Nada más alcanzar el cercano montículo rocoso coronado por uno de los pocos hitos que encontramos en esta primera parte, se abre, al otro lado, una ladera mixta de hierba y piedra de fácil caminar.
Rebecos en las llambrias cercanas al Pico de los Asturianos, pero ya en el camino a Justigallar.

Emprendemos un rápido y cómodo descenso bajo la atenta mirada de cientos de rebecos que huyen y se separan en varios grupos apenas nos ven. Este camino apenas está transitado (de hecho sólo encontramos a un pequeño grupo de montañeros casi al final, al llegar al río Rendemuña), al contrario del que lleva al Jou Santo por donde subimos. Sin camino ni sendero, ayudados por el GPS que nos lleva por zonas donde predomina la hierba, descendemos hasta casi alcanzar el Jou sin Tierri, que dejamos a la izquierda, a la altura del cercano Colláu La  Fragua situado muy arriba al otro lado del “jou”.
En el camino a Justigallar. El Jou sin Tierra queda a la izquierda.

Más adelante encontramos una senda que avanza hacia un collado donde se ve un gran hito. Un poste de colores que sirve para señalar el nivel de nieve en invierno se encuentra en el Mosquil y a partir de aquí la profusión de hitos impide la pérdida. Siguiendo la traza herbosa, alcanzamos la Jorcadiella que nos abre la vista de la amplia y hermosa Vega de Justigallar donde, muy abajo, 200 metros más abajo, en el fondo de la profunda y amplia vega, pastan las vacas ajenas a nuestra lejana presencia.
Vega de Justigallar desde La Jorcadiella, se sale por la horcada que vemos a la derecha para bajar por la Canal de la Mostaya que se ve.

Para hacer un descenso más cómodo deberíamos situarnos en la zona derecha de la horcada; sin embargo, emprendemos el descenso desde la zona izquierda también sin dificultad. La vega tiene una amplia cerca de piedra que cruzamos al comienzo y al final.
Saliendo de Justigallar, vista atrás: vemos la Jorcadiella y por encima Torre Santa de Enol, Torres de Cebolleda, etc.

Salimos de la vega por el collado derecho para seguir una senda que emprende otro rápido descenso por La Vallesca hasta embocar en el Canal de la Mostaya. Por el camino encontramos unas rocas rojas (quizás sean hematites, óxidos de hierro; en ese momento no se me ocurre comprobar si manchan al tacto) que contrastan fuertemente con las calizas blancas.

Ya estamos cerca del Canal de la Mostaya y del hayedo que la cubre.

Llegando a la Canal de la Mostaya.

Roca que parece hematites (óxidos de hierro).

Por el Canal de la Mostaya
Vista hacia atrás del Canal de la Mostaya por el que estamos bajando con el río Rendemuña en el fondo.

La propia canal y la ladera derecha por donde discurre la senda son el asiento de un precioso hayedo a punto de la otoñada; el río Rendemuña surca el fondo y la senda discurre en paralelo al cercano río entre hayas y rocas cubiertas de musgo. La senda, finalmente, desemboca en el camino ancho que viene de Pan de Carmen en la primera revuelta, al comienzo de la subida a Vega la Piedra.

Lorenzo Sánchez Velázquez

martes, 20 de septiembre de 2016

Peña Ubiña y Peña Cerreos. Desde Casa Mieres a Tuiza

Perfil de la ruta
Salida: “Casa Mieres” (Municipio de San Emiliano)
Llegada: Tuiza (Concejo de Lena)
Distancia: 15 km
Duración: 6:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1050 m
Bajadas acumuladas: 1450 m
Altura Inicial: 1600 m
Altura final: 1220 m
Altura máxima: 2411 m
Fecha de realización: 4/IX/2016
Dificultad: media
Track de la ruta

Itinerario: “Casa Mieres” – Vega de Candioches – Los Ollones – El Estrecho – Valle de Riotuerto – Collado Ronzón – Peña Ubiña – Alto Terreos (Puerto Tuiza) – Peña Cerreos – Alto Terreos – Refugio del Meicín – Tuiza.

         Esta vez nos juntamos un grupo numeroso para subir a Peña Ubiña desde “Casa Mieres” haciendo travesía hasta Tuiza de Arriba. En el amplio aparcamiento situado al lado del Centro de Información del Parque Natural de las Ubiñas y la Mesa en Tuiza dejamos un coche y, con los demás, subimos al Puerto el Palo o de la Cubilla, continuando 2 kilómetros más allá hasta “Casa Mieres” donde termina la carretera asfaltada. Aparcamos.
"Casa Mieres"

Lo que fue un bar y restaurante en los Puertos de Pinos que daba buen servicio a ganaderos y montañeros, hoy está cerrado por las disputas entre el Ayuntamiento de San Emiliano (León) donde se ubican estos puertos y el de Mieres su propietario.
En primer término la represa de "Casa Mieres", a la izda arranca el Valle Angosto y la pista avanza hacia la derecha.

Comenzamos la andadura siguiendo el camino ancho que avanza hacia el norte dejando a la izquierda una pequeña represa que encontramos casi seca.  Queríamos atajar por el Valle Angosto siguiendo el sendero que sale a la izquierda, pero los que iban por delante continuaron por la pista y así todos dimos un pequeño rodeo por la Vega de Candioches. Nada más rodear el montículo que separa la vega del valle, comenzamos a ver La Ubiña Grande por encima de un escalón rocoso tras Los Ollones.
Vega de Candioches. Al fondo, la gran mole de Peña Ubiña y a su derecha, más modesta, Peña Cerreos.

Encerrado al noroeste por el citado resalte calizo, la amplia vega de Los Ollones tiene un pilón ganadero que dejamos a la derecha. El camino, transformado en senda con armaduras en algunos tramos, supera este crestón y nos sitúa en la zona alta frente a un pequeño muro calizo que cruzamos por una estrecha hendidura (El Estrecho) donde hay que utilizar un poco las manos (sin problema).
Al final de Los Ollones la senda supera ese resalte

Cruzando la hendidura de El Estrecho.

Accedemos a los extensos pastos del Valle de Riotuerto y, mientras los cruzamos, vamos dejando a la izquierda la gran mole de la Ubiña Pequeña y a la derecha la cresta de Peña Cerreos; al frente, imponente, Peña Ubiña.

Nada más cruzar El Estrecho y poco antes de llegar al amplio valle de Riotuerto. La Ubiña pequeña se yergue magestuosa.

Valle de Riotuerto con la Ubiña Grande al fondo y, a la derecha, Peña Cerreos.

Al final del valle nos escoramos a la izquierda para rodear la pequeña Peña de la Carba por la izquierda (también se puede rodear por la derecha) situada a los pies de Peña Ubiña.
Primer tramo de la ladera de subida a Peña Ubiña.

En el collado Ronzón, separando los pastos asturianos de los leoneses, hay una alambrada de espino que cruzamos. Damos vista al valle de Torrebarrio en la Babia Alta y, más allá, a las grandes montañas de esta comarca y de Somiedo. Apenas hemos subido 300 metros en 5 kilómetros; ahora comienza la verdadera subida. Seguimos por el collado rodeando La Carba para descruzar después la alambrada.

Valle de Torrebarrio con la aldea al fondo, desde una ventana en la arista sur de Peña Ubiña.

Un poco más arriba retomamos la senda que sube fuertemente zigzagueando por un terreno de tierra y hierba. Lo tomamos con calma. Cuando comienza la caliza la inclinación es mucha y hay zonas con gravilla y piedra suelta, pero en ningún momento se tiene sensación de peligro (salvo los que tengan mucho vértigo); la senda, los hitos y las marcas de pintura nos van encaminando por los mejores pasos.
 
Tramo final en la subida por la ladera sur de Peña Ubiña.

En un punto se abre una ventana hacia La Babia y vemos en el fondo del valle la aldea de Torrebarrio. Más arriba hay dos sendas de idéntica dificultad que confluyen al poco. Así, subiendo con tranquilidad, alcanzamos la cresta de la peña donde la pendiente disminuye considerablemente. La seguimos por la misma arista (hay una senda unos metros por debajo en la vertiente leonesa) hasta alcanzar, al final, el vértice geodésico que corona la cima. Varias placas recuerdan a algunos amantes de la montaña fallecidos.
Por la misma cresta de Peña Ubiña, con la cima muy cerca.

Se puede ir por la senda que se ve o por la misma arista (sin problema).

Cima de Peña Ubiña

A la izda de la cumbre vemos el abigarrado cresterío de Los Castillines, El Siete, etc; a su derecha Los Fontanes y la su izda El Práu. A la derecha vemos Peña Rueda.

Como apenas encontramos tráfico en la subida (habíamos previsto un gran trasiego de montañeros en esta emblemática cima y, sin embargo, apenas nos cruzamos con unas quince personas mientras subíamos, algunas conocidas; en la cima, sólo una pareja) decidimos quedarnos allí para reponer fuerzas.
Valle de Riotuerto por donde hemos subido con la Ubiña Pequeña a la derecha.

Las vistas hacia el norte defraudan un poco al encontrarse alineados varias montañas y crestas importantes (Puerta del Arco, los tres Castillines, El Siete, el Crestón del Paso Malo y las Agujas Rojas). A la derecha de este abigarrado conjunto de crestas, agujas y montañas calizas sobresalen Los Fontanes y a la izquierda El Práu. Para más información sobre las montañas que nos rodean ver las fotos del libro Recorriendo las montañas de Asturias (Volumen I).
Peña Cerreos tras el collado Terreos o Puerto de Tuiza desde la cima de Peña Ubiña.

Hacemos el descenso por la misma arista sur por la que subimos y, como algunos bajaban despacio y apenas habíamos superado unos 800 metros, decidimos bajar más rápido y aprovechar para coronar Peña Cerreos.
Valle del Meicín desde la cima de Peña Ubiña. El refugio se ve muy pequeño en el fondo del valle y, al final, Tuiza de Arriba.

Cuando termina lo más inclinado, en la zona de hierba y antes de estar a la altura de La Carba, cogemos una senda hacia el este que, sin llegar al fondo del valle, atraviesa dos canchales que bajan de lo más alto de Peña Ubiña y nos deja en el Collado Terreos o Puerto de Tuiza. La vista se abre al amplio valle donde se asienta la Vega del Meicín. Estamos a los pies de Peña Cerreos.
Desde Peña Cerreos vemos Peña Ubiña al otro lado del collado Terreos. A su derecha el cresterío que llega hasta Los Fontanes.

Una senda con gravilla zigzaguea por la fuerte pendiente. Más arriba se pierde y, al poco, la volvemos a encontrar para situarnos finalmente en la cumbre después de vencer unos 225 metros desde el collado. Protegida por los restos de las trincheras que se hicieron durante la Guerra Civil para impedir el paso de las tropas nacionales, nos ofrece unas vistas impresionantes de las dos Ubiñas y de la cuerda que avanza desde la grande hacia el norte (Puerta del Arco, Castillines, Siete, Crestón del Paso Malo) de la que a su vez salen dos imponentes ramales hacia el este. El primero contiene a Los Portillines, Canalón Oscuro, Fariñentu (algo desviado hacia el norte), Siegalavá y Tapinón; y del segundo sobresalen imponentes los dos Fontanes.

Desde Peña Cerreos vemos la cuerda que pasa por el Canalón Oscuro, Fariñentu, Siegalavá y Tapinón.

A esta cumbre había subido una calurosa mañana del verano de 2015 y ya me impresionaron estas formidables vistas. Descendemos más o menos por el mismo camino y en el collado emprendemos un rápido y largo descenso hacia el refugio de El Meicín. La senda discurre por la empinada y verde ladera entre las crestas norte de Peña Ubiña y Peña Cerreos.
Vista de La Tesa, La Mesa y La Almagrera desde Peña Cerreos.

Alcanzamos al resto del grupo en el refugio donde paramos a tomar unas cervezas. Varios burros y un mulo pastan por los alrededores del moderno edificio y se utilizan para acarrear la comida y la bebida desde Tuiza.
Bajando desde el Collado Terreos al refugio de l Meicín.

Llegando a Tuiza de Arriba. Al fondo vemos La Mesa y La Tesa.

Retomamos el descenso y, enseguida, poco antes de llegar a la portilla, la senda se convierte en camino ancho que nos lleva a aldea lenense de Tuiza de Arriba. A la entrada, a la izquierda, encontramos el depósito del agua al que se ha adosado una improvisada fuente con el agua sobrante.

Lorenzo Sánchez Velázquez