domingo, 22 de octubre de 2017

Vega del Urriellu y Collada Bonita desde Pandébano

Salida y llegada: Collado Pandébano (Concejo de Cabrales)
Distancia: 17,5 km
Duración: 8:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1520 m
Altura Inicial: 1100 m
Altura máxima: 2382 m
Fecha de realización: 14/X/2017
Dificultad: media-alta
Track de la ruta

Itinerario: Collado Pandébano – Majada La Terenosa – Collado Valleju – Canal de Valleju – Vega Urriellu (Refugio J. Delgado Úbeda) – Canal de la Celada – Collado de la Celada – Jou Tras el Picu – Collada Bonita.


Collada Bonita, Horcados Rojos, Collado Jermoso, Torre de las Coteras Rojas,… son topónimos de Picos de Europa tan sugerentes que incitan a comprobar si lo que prometen está justificado. Esta vez quisimos acercarnos a Collada Bonita para descubrir que la vista menos habitual del Pico Urriello es, al menos, tan hermosa como las otras más conocidas. Con un día espléndido, los escaladores colgados inverosímilmente de las verticales paredes de la gran mole, rodeados de otras blancas calizas con sus agujas, torres, farallones acanalados por la erosión, jous y canales, en el centro del Macizo Central, disfrutamos de una preciosa y dura jornada montañera.
A la izda fuera de la foto está el Collado Pandébano; abajo se ve el aparcamiento.
Desde la curvona de Sotres subimos por la pista recientemente arreglada hasta el aparcamiento próximo al collado Pandébano donde muchos montañeros, escaladores y visitantes dejan sus vehículos. Finalizada la pista, una senda se alza hasta el collado dando un pequeño rodeo (por este camino se baja al otro lado a Bulnes y Poncebos por la Canal del Texu), mientras otra sube directa por la campera salpicada de helechos hasta superar en altura al collado y dar vista a la cercana Majada de la Terenosa cuyo verdoso entorno contrasta fuertemente con la blancura de las grandes montañas de los Picos Albos y del Neverón del Urriellu; la foto es, literalmente, de postal.
Majada de la Terenosa. Por detrás los Picos Albos y el Neverón.
Pasada La Terenosa echamos la vista atrás: Peña Maín.

La senda llanea un corto tramo hasta enlazar en La Terenosa con la que viene del collado Pandébano. El refugio queda unos metros más abajo pero no paramos. Después, vamos dejando a la derecha el hayedo del Monte de la Varera que comienza a cubrirse de su ropaje otoñal mientras a la otra mano las calizas van ganando la partida a los verdes. Entre dos peñas alcanzamos el collado Valleju del que se descuelgan hacia el noroeste, en paralelo al canal homónimo, unas pequeñas y hermosas agujas mientras que al sur, imponente, emerge la inconfundible silueta del Pico Urriellu divinizado a esta hora de la mañana por un suave halo y los débiles rayos del sol que resaltan su característico cromatismo.
Pasado el Collado Valleju el camino entallado y armado va rodeando el Canal de Valleju.

Nada más pasar el collado Valleju vemos el Urriellu y el Neverón. El camino hacia la Vega del Urriellu se dibuja en la parte inferior.

Echamos la vista atrás para ver el camino hasta el collado Valleju. La canal homónima baja a la izda.

Aprovechamos el teleobjetivo para sacar esta bonita foto de las agujas en el crestón del Collado Valleju, que está en la entalladura de la derecha.

Pasada la estrechura del collado, la senda colgada y armada en algunos tramos, rodea en ligero descenso la profunda canal herbosa de Valleju que se precipita en la de Valcosín formando en Bulnes el río Texu o Bulnes. A partir de las Traviesas Orientales o de Valleyu el verde casi desaparece y nos adentramos en el terreno de la caliza. La senda llanea por canchales y, más adelante, cuando se empina, va dejando a los lados piedras y peñascos para alcanzar arriba una amplia canal terrosa. Salimos al gran canchal que baja de la Canal de la Celada. Lo cruzamos y, al acceder a la zona verde que sube a la Vega del Urriellu, abandonamos la senda (sin llegar al refugio) virando a la izquierda para enlazar más arriba con la que viene del refugio y  se adentra en la citada canal.
Inconfundible silueta del Urriellu entre grandes bloques de caliza.

En el arranque de la canal hay una peña en forma de seta muy apropiada para vivaquear. Bien marcada en el gran pedrero, la senda nos lleva por la ladera oriental con la vista puesta en la Torre del Carnizoso que sobresale por encima de las peñas que la cierran por el sur. Se sale por la izquierda en donde la senda zigzaguea para acceder después a una estrecha canal que, haciendo uso ocasional de las manos, nos permite situarnos sobre la propia canal. La Morra del Carnizoso (no confundir con la Torre) cierra la Canal de la Celada por el este separándola del Jou del Carnizoso, mientras que el propio Pico Urriellu lo hace por el oeste. No sería difícil alcanzar la modesta cima de esta Morra; pero este no es hoy nuestro objetivo.
Gran pedrero del Canal de la Celada. Por encima de las peñas que cierran la canal vemos la Torre del Carnizoso. La senda se ve a la izquierda y el zigzagueo para remontar en el centro. La canal estrecha por donde se sale no se ve en la foto y está a la izda de las peñas que cierran la Canal de la Celada.
Superada la canal, echamos la vista atrás: Picos Albos y, cerca a la derecha, la modesta Morra del Carizoso.
Superada la canal, la senda hitada sube hacia el sur por un el terreno abierto y pedregoso que está limitado al este por los picos y agujas de la Torre del Carnizoso y al oeste por la verticalidad del Urriellu. Alcanzamos el Collado de la Celada desde donde vemos varias cordadas subiendo a la cima del Urriello y otra intentando lo mismo en una de las agujas del Carnizoso. El profundo y extenso Jou Tras el Picu, al sur, es un gran sumidero rodeado por montañas que superar los 2300 metros (el propio Urriello, los Tiros de la Torca, La Morra, la Torre de las Colladeras y la Torre del Oso). Entre la Torre del Oso y la de Las Colladetas vemos la Aguja de los Martínez y la Collada Bonita desde donde baja un pedrero que finaliza en el gran jou.
Agujas de la Torre del Carnizoso desde el Collado de la Celada.
 
Desde el Collado de la Celada (de izda a dcha): Torre del Oso, Aguja de los Martínez, Torre de las Colladetas. El Jou Tras el Picu queda a la derecha fuera de la foto.
Continación de la foto anterior: Morra y Jou Tras el Picu. La foto a contraluz no muestra bien la gran hondonada del jou

La senda faldea la hondonada por la izquierda y, al acercarnos a un resalte, un jito nos propone superarlo mediante una fácil trepada mientras que la senda parece rodearlo por la derecha para alcanzar el pedrero al otro lado. Seguimos la segunda opción; fue un error. El pedrero en esta zona tiene mucha inclinación y debemos subir pegados a las peñas sin hitos ni senda. Más arriba, buscando las zonas con menor inclinación, trepamos por las peñas para volver a salir al dichoso pedrero por el que continuamos la dura remontada hasta su finalización contra las verticales peñas de la Torre de las Colladetas. Una senda que baja rodeando la peña nos deja en la principal que debimos coger abajo. No queda más que subir por una estrecha y empinada canal pedregosa y alcanzamos la breve Collada Bonita.
Vista del Neverón y el Urriellu desde Collada Bonita.
Escalando el Urriellu con zoom, desde Collada Bonita.
Haciendo rápel en Urriello. Foto sacada con teleobjetivo desde Collada Bonita.

Al otro lado, al este, la Collada Bonita comunica con el Valle de las Moñetas y con el camino que pasa por las Coteras Rojas, el collado de la Canalona y baja al Cable; impresiona ver el cercano Cuchayón de Villasobrada y, al fondo, todo el Macizo Oriental. Pero lo que más llama nuestra atención está al oeste: el Pico Urriellu y sus cordadas que se acercan a la cima o están en ella; a su izquierda sigue la cordal de los Tiros de la Torca y, por encima de ella, los Picos Albos, el Neverón del Urriello, La Párdida y Torrecerredo.
Desde Collada Bonita hacia el este: a tira de Piedra Cuchayón de Villasobrada. Al fondo, el Macizo Oriental (Prao Cortés, Cortés, Morra de Lechagales, Pica de Jierru, etc).

Aunque el día es radiante, en la collada sopla un viento frío y desapacible por lo que decidimos bajar. Lo hacemos por la senda correcta que está hitada y zigzaguea por el empinado pedrero. Se baja bien y habríamos subido mucho mejor por aquí; por eso recomiendo usar el track de bajada. Hay que hacer dos fáciles y cortos destrepes sin ninguna dificultad para alcanzar enseguida al Collado de la Celada donde paramos a comer disfrutando de la cara este del Urriellu por la que bajan haciendo rapel dos cordadas.
Refugio en Vega Urriellu y Pico Urriellu al atardecer.

Bajando de la Vega del Urriellu el camino descarnado baja en zigzag.

Canal de Valleju al atardecer. Más abajo desemboca en la de Valcosín cerca de Bulnes. El camino (que no se ve) la rodea por la derecha hasta el Collado Valleju por donde se supera la peña que lo cierra.

Bajamos por la Canal de la Celada pero, antes de regresar a Pandébano, subimos al refugio de la Vega del Urriellu para tomar una cerveza y contemplar el Picu desde el lado oeste justo cuando los rayos del sol vespertino le inciden directos produciendo su famoso color anaranjado. Después de este breve descanso, desandamos el camino y llegamos al collado Pandébano al atardecer después de más de nueve horas de ruta.

Lorenzo Sánchez Velázquez




lunes, 9 de octubre de 2017

Pico Panchón. Circular desde Pola de Allande

Salida y llegada: Pola de Allande (Concejo de Allande)
Distancia: 22,2 km
Duración: 8:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1180 m
Altura Inicial: 530 m
Altura máxima: 1411 m
Fecha de realización: 30/IX/2017
Dificultad: media
Track de la ruta
Itinerario: Pola de Allande – Río Nisón – Ermita de Nuestra Señora del Avellano – Palacio de Peñalba – Cimadevilla – Pico del Aguila – Hospital de Fonfaraón (Sierra de Fonfaraón) – Puerto de la Marta – Sierra del Palo – Puerto del Palo – Collado Fresnedo – Altu Panchón – Pico Panchón – Pico los Campos – Braña Braniecha – Arroyo Retuerta – El Mazo – Río Nisón – Casa Cuervo – Casa Chera – Casa Gavela – Pola de Allande.
           Cuando llegamos a Pola de Allande después de un viaje de más de hora y media desde Gijón la niebla cubría las montañas que rodean el valle del río Nisón por encima de los 800 metros. Esperando que amainara el orvallo y buscando las horas vespertinas en las que despejaría, según las previsiones meteorológicas, tomamos un café en el Café Centro.
Ayuntamiento de Pola de Allande
         La calle donde se inicia la ruta deja a la derecha el monumento al emigrante cuya escultura central es del catalán Antonio Prats Ventón y representa de forma realista a un varón con los brazos caídos como aquellos que se fueron allende los mares sin equipaje. Otras dos estatuas idénticas se encuentras en sendas plazas de Santo Domingo (República Dominicana) y San Juan (Puerto Rico). En la pared del semicírculo que la envuelve, el artista local José Manuel Vega ha pintado un trampantojo de dudosa estética que representa los vínculos del concejo de Allande con América.
Monumento al emigrante que dejamos a la derecha.
        La calle desemboca en la carretera AS-219 que se va hacia Navelgas. La cruzamos a la altura de la ermita de Nuestra Señora del Avellano para continuar por un camino que la deja a la izquierda y sube entre las altas paredes que cierran la finca del Palacio de los Cienfuegos (o de Peñalba). Más arriba, desde un prado, vemos la trasera del palacio construido en piedra con  dos torres desiguales. La tercera torre, rectangular y visible desde el pueblo, tiene una galería que ha sido restaurada recientemente en color blanco (se supone que el original del XIX era de ese color) que contrasta fuertemente con la piedra natural.
Trasera del Palacio de Cienfuegos (o de Peñalba)
Hórreo en Cimadevilla
          Salimos a otra calle asfaltada que viene de la carretera AS-14 en el barrio alto de Cimadevilla donde encontramos un bello hórreo entre las casas y buenas vistas sobre el valle del Nisón y las montañas que lo rodean. Camino de la carretera, enseguida abandonamos la calle para coger el primer desvío a la derecha siguiendo una pista que remonta la ladera sur de la Sierra de Fonfaraón. A medida que subimos, la niebla nos va envolviendo mientras a un lado y otro salen y cruzan otros caminos que obviamos; siempre hacia arriba. Más arriba, el camino deja el lomo de la sierra y continúa por la ladera oriental en medio de un bosquete de robles hasta alcanzar un collado con pastos y algunos pinos. Estamos en la cumbrera de la sierra.
Bosquete de robles en la ladera oriental y cerca de la cumbrera de la Sierra de Fonfaraón
Pasado el Pico del Aguila accedemos a un collado con algunos pinos.
           El camino vira al oeste y, más arriba, rodea por la derecha el Pico del Águila muy cerca de su cumbre. Más adelante se difumina entre la hierba, avanzando casi en llano por lo alto de la sierra hasta enlazar con el Camino Primitivo de Santiago en el gran prado donde se encuentran los muros ruinosos de lo que fue el Hospital de Fonfaraón. Algunas matas de brezo entre la niebla, los muros de piedra y la certeza de que por allí pasaron durante siglos peregrinos que venían de lugares tan lejanos, le dan al lugar un encanto especial al lugar. Siguiendo las marcas del camino en dirección noroeste y en medio de la niebla, dejamos a la derecha las cumbres cimeras de la sierra (Pico Hospital y Pico Cotón) y un canchal donde se encuentra un pequeño belén. Sobrepasados los picos, el camino alcanza otra vez lo alto de la sierra en otro collado donde vira al sur (como la propia sierra) para salir a la carretera ALL-4 en el Puerto de la Marta.
Ruinas del Hospital de Fonfaraón
Belén en un canchal al lado del camino.
         Al otro lado, la marcada senda sigue casi llana por la cumbrera de la Sierra del Palo y en seguida deja a la izquierda el Pico de la Casilla donde comimos hace años en otra ruta por el Camino Primitivo también con niebla. Se van alternando algunos pastos residuales con amplias zonas invadidas por las cotoyas y los brezos. Cerca del Puerto del Palo (donde finaliza esta sierra) y gracias al GPS, nos asomamos el barranco de la Fana de Freita donde se encuentran las antiguas minas de oro romanas. Entre la densa niebla solo podemos vislumbrar la blancura de las cuarcitas al descubierto por la fuerte erosión actual producida en la parte alta de la pronunciada ladera occidental. El espectacular barranco es el resultado combinado de la ruina montium (los romanos excavaban galerías que se calentaban antes de lanzar sobre ellas, de forma repentina, una gran cantidad de agua almacenada en depósitos y así derrumbar la montaña para producir un fino sedimento que se lavaba para extraer el oro) y de la erosión más actual. En esa misma la ladera occidental, también cerca del puerto pero más abajo, se encentra la cueva de Xuan Rata que es una de las galerías que aún se conservan de estos antiguos trabajos mineros.
Refugio en el Puerto del Palo
Edificio nuevo que da servicio al parque eólico de la Sierra de los Lagos. Detrás de este edificio está la planta de transformadores.
           Por el Puerto del Palo pasa la carretera AS-14 que viene de Pola de Allande y lleva a Berducedo y, más allá, a Grandas de Salime. Mientras el Camino Primitivo se desvía a la derecha y baja a Berducedo, el nuestro cruza la carretera para seguir por la Sierra de los Lagos. En el mismo puerto hay un refugio en estado lamentable. Unos metros más adelante están las modernas instalaciones y transformadores que dan servicio a los 59 aerogeneradores instalados más allá en la Sierra de los Lagos; la pista ancha que viene del puerto recorre toda la sierra para atenderlos. Subimos por ella hasta alcanzar la Collada Fresnedo donde se sitúa el primer aerogenerador. Aquí la abandonamos y seguimos campo a través entre el brezo mojado por la niebla y los canchales resbaladizos de cuarcitas. Después de un lento progreso para asegurar los pies en las deslizantes piedras, llegamos a un largo pedrero que nos eleva al Altu Panchón. A partir de aquí los canchales dan paso a los brezos altos y mojados que hacen la marcha aún más lenta y nos empapan. Buscamos las zonas más favorables para avanzar hasta que llegamos al pedrero final en el que se sitúa el vértice geodésico que corona el pico Panchón (cumbre cimera del concejo de Allande). Nos recibe un viento frío y húmedo que hace desapacible la estancia en la cumbre. Pero, en la ladera oriental unos metros por debajo y protegidos por la propia cumbre, el viento apenas se nota y paramos a reponer fuerzas.
Canchal en el Altu Panchón, cerca de la cumbre.

Llegando al Pico Panchón con su gran canchal.
Vértice geodésico en el Pico Panchón
         Mientras comemos, el viento va deshilachando las nubes y el Sol aparece para recompensarnos de los pasados esfuerzos. Y, aunque algunas nubes altas ocultan los picos y sierras más altas, alcanzamos a ver al norte la Sierra de Fonfaraón por donde hemos venido, por detrás el pico Mulleiroso y, más atrás, la del Estoupo; a su izquierda asoma el pico Panondres. Por encima de la de Los Lagos vemos la de Carondio con la afilada silueta del Pico Agudo y el Gargalois hacia el noroeste. Al sur, la Sierra de los Lagos se extiende con sus aerogeneradores por el cercano pico Mosqueiro y, a ambos lados de su cima, encontramos el Cazarnosa (a la izda) y el Pico Orrúa en la Sierra de Valledor (a la dcha) donde estuvimos en primavera. Alineado con el primero está el pico Tonón al que también subimos hace unos meses en medio de la niebla (esta ruta no la he subido al blog por no disponer de buenas fotos) y, por detrás, muy alejado en la cordillera, el Miravalles… Lejos, vemos también el Caniellas, el Cueto Rogueiro y, solitario, el Cueto Arbás. Hacia el sureste está el Rabo de Asno entre otros muchos montes y, al este, la Sierra de la Cabra en la que apreciamos con claridad el gran desprendimiento de la Fana de Genestaza. A su izquierda, al este, encontramos la Sierra de la Manteca y al noreste la de Begega con sus aerogeneradores y la localidad de Tineo.
Desde el Pico Panchón: Sierra de Fonfaraón, por detrás el Mulleiroso, a su izda está la Sierra del Estoupo y el Panondres muy lejos.
Pico Mosqueiro y Sierra de los Lagos (con los aerogeneradores). Por detrás a la izda esta Cararnosa y Tonón y a la dcha el pico Orrúa.

Al fondo, en la cordillera está el Cueto Arbás, Cueto Rogueiro,...
           La bajada por el canchal del lomo oriental del Panchón nos deja en otra zona invadida por la broza que se cruza mejor que la de la ladera occidental. Peleando con los altos brezos y aprovechando algunos pequeños canchales y senderos de animales, bajamos a un collado de hierba donde pacen algunas vacas. Al otro lado, a pocos pasos y sobre un pedrero, se encuentra el modesto Pico los Campos que tiene buenas vistas sobre el valle del río Nisón y la Pola de Allande.
Bajando el canchal de la ladera oriental del Panchón. Al final está el modesto Pico los Campos.
Pico los Campos. Abajo valle del Nisón y las casas de Pola de Allande.
Desde el Pico los Campos vemos en el centro la Braña Braniecha. Al fondo la Sierra de Fonfaraón (Pico Hospital). A la izda el Puerto de la Marta.
          Retrocedemos hasta el collado y seguimos por la senda que faldea, hacia el norte y en bajada, la ladera oriental del Panchón hasta alcanzar los pastos que rodean la braña de Braniecha en la que sólo queda un edificio en ruina de dos plantas (abajo la cuadra y arriba la casa).
Braña de Braniecha
           Un camino ancho baja entre los muros de los prados hasta superarlos y continúa, en descenso y con mucha piedra suelta, casi paralelo a una línea de alta tensión. Más abajo, en una amplia curva, se divide en dos. Seguimos por el de la derecha que baja hasta el Arroyo Retuerta donde hay algunos prados y un bosquete mixto de castaños, abedules, robles, arces, acebos y hasta un madroño con frutos rojos, verdes y flores (cada fruto tarda dos años en madurar y por eso coexisten flores y frutos). Es uno de los tramos más guapos de la ruta.
Llegando al arroyo Retuerta aparece un bosquete mixto: robles, cataños, arces, abedules,...
Unos pinos anteceden el arroyo Retuerta que avanza hacia la izquierda.
           A partir de aquí, el camino baja casi llano, paralelo al arroyo, entre buenos castaños que en esta época tapizan el suelo de erizos y desemboca finalmente en una pista de hormigón junto a Casa Cuervo, habitada y con una gran nave ganadera en uso. Estamos en el fondo del valle y el río Nisón avanza a nuestra izquierda. Enseguida, la Casa Chera queda a la derecha y, como vemos un canal que discurre al otro lado del río y va hacia la pequeña aldea de El Mazo, nos acercamos a ver sus casas por si, entre ellas, encontramos la que dio nombre a la aldea. En el edificio donde finaliza el canal y donde debió estar el antiguo mazo, hay una casa ganadera habitada y en uso. Otras casas tienen hórreo o panera y, al lado de la carretera que baja a La Pola, hay un jardincillo con flores que adorna el antiguo martillo del mazo.
Martillo del mazo en la aldea de El Mazo.
Hórreo en El Mazo.
          Descruzamos el río y seguimos por la pista paralela al propio río y a otro canal que desemboca como nosotros en la Pola de Allande justo al lado de las piscinas municipales donde tenemos aparcado el coche. Como no es hora de comer ni de cenar terminamos la jornada tomando una caña en La Allandesa y prometiendo volver para degustar alguno de sus ricos y abundantes platos.

Lorenzo Sánchez Velázquez