jueves, 15 de junio de 2023

Peña Galicia. Circular desde Valdepiélago

Salida: Valdepiélago (Municipio de Valdepiélago)

Distancia: 20.0 km
Duración: 8:00 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1300 m
Altura Inicial: 1050 m
Altura Máxima: 1666 m
Fecha de realización: 20/05/2023
Dificultad: media
Track de la ruta




Itinerario: Valdepiélago – Molino de Cigaño – Senda – Camino de las trincheras – La Collada – Peña Morquera (trincheras) – La Collada – El Reguerón – Puerto Dotes – Peña Galicia Sur – Peña Galicia Norte – Collado (1.517 m) – Entrepeñas (E) – Entrepeñas (O) – Camino de Santiago (Camino Olvidado) – Vega la Cava – Collado el Viso – Arroyo de Valdecesar – Valdorria – Ermita de San Froilán – Senda al Bosque de las Hadas – Túnel – Pozo Burbuliagas (Arroyo Valdecesar) – Bosque de las Hadas – Cascada de Nocedo (Valdecesar) – Montuerto – Río Curueño – Valdepiélago.


Preciosa  y exigente ruta con muchos puntos de interés. Visitaremos las trincheras de Peña Morquera, subiremos a las verticales peñas calizas de Peña Galicia recorriendo su arista occidental, nos acercaremos a la aldea de Valdorria para encaramarnos a los riscos que soportan la Ermita de San Froilán y bajaremos por el hermoso Bosque de las Hadas hasta llegar a la carretera donde se encuentra la vistosa cascada de Nocedo (Valdecesar). Regresaremos a Valdepiélago por el camino va desde la aldea de Montuerto por la margen izquierda del Río Curueño.

Puente sobre el Río Curueño en Valdepiélago por donde regresaremos.

En Valdepiélago caminamos por la calle que va hacia el norte pegada al río Curueño por la margen derecha. Pasamos al lado del edificio del que fue Molino de Cigaño (hoy con otros usos residenciales) y cruzamos la carretera para coger una senda que sube (O) hasta una torreta de media tensión. Sin subir demasiado, bajamos unos metros para cruzar una alambrada al lado de un arroyo y seguimos por el valle herboso hasta una mata de robles que cruzamos para dar con el camino señalizado que nos subirá a las trincheras de Peña Morquera. Sin tanta complicación este camino lo habríamos cogido mejor si en Valdepiélago hubiésemos cogido la carretera que va a La Mata de Bérbula y unos metros antes de llegar nos hubiésemos desviado hacia el cementerio.

Edificio sobre lo que fue el Molino de Cigaño en Valdepiélago. Al fondo se ve Peña Morquera.

Pero una vez en el marcado camino subimos entre jóvenes robles de buen porte que medran entre el brezo; tras un par de revueltas alcanzamos La Collada. La señalización hacia las trincheras de la Guerra Civil es clara y los paneles explicativos, aunque un tanto desvaídos, aún se pueden leer y nos informan sobre los distintos tipos de fortificaciones que aquí se construyeron.

El marcado camino sube entre brezos que poco a poco van dejando paso a los robles.

Desde La Collada vemos la Peña Valdorria al fondo y la aldea del mismo nombre en el centro de la foto. La peña de rocas oscuras por delante es la Peña San Froilán y en su ladera izda está la ermita del mismo nombre. Por el desfiladero que vemos pasa el Arroyo Valdecesar y po una entalladura de esa arista pasaremos por la tarde.

Peña Morquera desde La Collada


En una de las trincheras de Peña Morquera con Peña Galicia al fondo.

Pequeño túnel excavado en la roca para proteger un nido de ametralladoras.

Volvemos a La Collada y seguimos (NO) el marcado camino que bajo el dosel del bosque que forman los jóvenes robles que van medrando entre las altas escobas y el brezo nos llevaría a la aldea de Valdorria. Pero como no es este nuestro siguiente objetivo, al cruzar el reguero El Reguerón nos salimos de él y subimos duramente(O) por los claros que aún se mantienen entre las escobas y los espinos hasta la base del enorme peñasco blanco del sinclinal que es Peña Galicia (para más información ver este folleto).

Desde La Collada el camino baja a Valdorria dando un rodeo. Cruzamos esta portilla con la vista puesta en Peña Galicia que forma un estudiado sinclinal como se aprecia en la foto.

El camino avanza entre altas escobas, brezos, jóvenes robles y espinos.

Al llegar a El Reguerón abandonamos el camino para subir fuertemente por los claros que quedan entre las escobas y los espinos.

Llegando a la base de Peña Galicia. Cruzamos este pedrero con tendencia a la izda para coger una senda hitada que nos elevará a la peña.

Hay un pedrero que precede a la roca compacta. Lo cruzamos al bies hasta dar con una senda hitada que nos permitirá alcanzar su arista. En algunos tramos iremos por alguna vira herbosa que resulta de los cabalgamientos geológicos que se aprecian con claridad en la roca, en otros habrá que apoyar ocasionalmente las manos para hacer una sencilla y fácil trepada.

Aquí vemos los estratos geológicos cabalgados de Peña Galicia. Por alguno de ellos sube un tramo de la senda.

Pero a partir de un punto hay que trepar. La foto parece más de lo que es este paso. (Foto de Nicolás Zapico)

Esta foto es más realista del tipo de trepada a la peña. Foto de Miguel Mayoral.

Saliendo a la arista de la montaña.

Alcanzamos un collado entre las dos cumbres principales de la peña. Giramos a la izquierda por la arista sur para alcanzar la cumbre principal y unos metros más allá la cumbre sur. Magníficas vistas en todas las direcciones. Casi a la vez llegan tres montañeros que vienen de Valladolid y han subido desde Aviados, una vía más corta y sencilla.

Desde el collado aún nos queda una corta y empinada subida para alcanzar la cima principal.

Llegando a la cumbre principal de Peña Galicia. Por detrás vemos la cumbre norte y al fondo la Peña Valdorria que recorrimos hace unos meses (ver este enlace). La aldea homónima se encuentra a la derecha.

Esta foto es continuación de la anterior hacia el oeste. Vemos la larga arista de la cima norte de Peña Galicia (que recorreremos más tarde) y que forma parte del gran sinclinal de esta peña. A la izda vemos el pico Povoreda o Correcillas que subimos hace un año (ver en esta otra entrada)

En la cumbre sur de Peña Galicia.

Desde la cumbre sur vemos la principal (muy cerca), la norte y al fondo Peña Valdorria.

Desandamos la arista y bajamos al collado para subir a la cima norte de Peña Galicia más airosa que la anterior. Paramos a tomar un respiro y disfrutar del formidable espectáculo. Aunque hay una sendilla que recorre la ladera oeste de la peña, preferimos seguir por la rocosa arista que es más entretenida. Bajamos a un collado (1517 m) cuyo nombre no conozco y que permite el paso fácil hacia la amplia Vega la Cava al norte. Como vamos bien de tiempo y de fuerzas decidimos ampliar la ruta subiendo a los dos picos de Entrepeñas que dan continuación a la arista. En el segundo paramos a comer.

Arista que sale de la cima norte hacia el oeste y que recorreremos por arriba.

Vista hacia atrás de la arista de Peña Galicia.

Otra vista hacia atrás en la parte final (más cómoda)

Bajando al collado. Vemos las dos cimas de Entrepeñas a las que también subiremos.

Desde la cima más oriental de Entrepeñas miramos hacia Peña Galicia apreciando su precioso relieve geológico (sinclinal).

Bajando de la primera cumbre de Entrepeñas y caminando hacia la segunda.

En la segunda cumbre de Entrepeñas paramos a comer.

Bajamos con facilidad por la ladera norte con hierba al principio y algunas matas de escoba al final hasta caer en la Vega la Cava por donde pasa una ancha pista que viene de la aldea de Correcillas. La seguimos en sentido contrario (E) siguiendo las indicaciones del Camino Olvidado (Camino de Santiago). Este precioso camino va entre el brezo en suave descenso hasta doblar la arista el El Amargón en el Collado el Viso. Buenas vistas de la aldea de Valdorria.

Desde la segunda cumbre de Entrepeñas vemos el pico y la aldea de Correcillas. La Vega la Cava hacia donde bajaremos se extiende hacia la derecha fuera de la foto.

En el collado que separa la Vaga la Cava de la cuenca del Valdecesar. Las aguas que vierten a la derecha van al Curueño por medio del Valdecesar mientras que las de la izquierda van al Torío vía el Correcillas.


Señalización del Camino Olvidado (de Santiago a su paso por la Vega la Cava).

Llegando al Collado el Viso.


Desde el Collado el Viso tenemos esta vista de la aldea de Valdorria y de la peña del mismo nombre.

La marcada senda da un quiebro a la izquierda y desemboca en una camino ancho por el que habríamos llegado directos desde La Collada si no hubiésemos subido a Peña Galicia. Seguimos la pista y poco antes de llegar a Valdorria, en una cerrada curva, cruzamos el Arroyo de Valdecesar que será nuestro guía en el siguiente tramo de la ruta.

Bajando a Valdorria tenemos esta vista de la Peña San Froilán (al otro lado). En el centro se dibuja el camino de subida a la ermita.

Atravesamos Valdorria y, siguiendo las indicaciones, subimos y bajamos los muchos escalones que conducen al risco donde se ubica la Ermita de San Froilán. Hermoso balcón sobre el valle que recorre el Arroyo Valdecesar, asiendo del Bosque de las Hadas y coronado por el crestón calizo de Peña Galicia.

Aunque Valdorria tiene buenas casas arregladas al modo tradicional de la zona, otras tienen el gusto de otros lugares y no encajan bien en esta comarca leonesa.

Camino a la Ermita de San Froilán.

Ermita de San Froilán.
Interior de la Ermita de San Froilán

Peña Morquera desde la Ermita de San Froilán. A la dcha queda La Collada por donde pasamos por la mañana.

Desde la Ermita de San Froilán: a la izda La Collada, en el centro el arroyo de El Reguerón. El camino desde La Collada apenas se dibuja transversal faldeando la ladera hasta cruzar el arroyo.

Continuación de la vista anterior con Peña Galicia presidiendo la cabecera del valle.

Desandamos los peldaños hacia Valdorria pero antes de llegar a la aldea viramos casi 180º para coger la senda que nos llevará al fondo del valle. El arroyo forma un profundo y estrecho desfiladero y la senda pasa sobre él colgada y haciendo uso de un pequeño túnel. Una vez abajo, dejamos la senda y subimos unos metros arroyo arriba hasta el Pozo Burbuliagas y algo más arriba hasta las resbaladizas lastras de la estrechura.

Bajando un tramo de escalera regresando desde la ermita.

Estamos en el camino (que se ve dibujado a la izda de la foto) que baja al valle de Valdecesar. El arroyo de Valdecesar forma esta hoz que vemos a la dcha y que visitaremos por abajo en el Pozo Burbuliagas.

La senda cruza por este pequeño túnel donde tenemos que agacharnos para pasar.

Abajo el Arroyo Valdecesar se cruza varias veces mediante unos rústicos puentes como el que vemos en la foto.

Tramo más angosto del desfiladero, cerca del Pozo Burbuliagas.

Desandamos este corto trecho y continuamos por la senda principal a un lado u otro del arroyo que se cruza directamente o mediante unos pequeños pontones de madera. Nos sumergimos en el precioso Bosque de las Hadas con predominio de robles y espinos. Cerca de la cabecera de la Cascada de Noceda o de Valdecesar, la senda sube unos metros para salvar lo más agreste del desfiladero. 

Bajando por el Bosque de las Hadas (robles principalmente) en paralelo al Arroyo Valdecesar.

Cruzando el arroyo por uno de los puentes.

Otra imagen del Bosque de las Hadas.

Alcanzamos un collado fuera del bosque sobre el río Curueño y la carretera. La senda baja directa y muy inclinada por terreno cuarcítico bastante descompuesto hasta caer en el asfalto de la LE-321. Al lado se encuentra la Cascada de Nocedo o de Valdecesar que se visita siguiendo un corto camino sobre pasarelas metálicas. La cascada en lo profundo del barranco es un buen atractivo turístico.

La senda sale a este collado sobre el valle del Curueño. En el centro vemos algunas casas de Nocedo. La senda baja muy inclinada por un terreno de piedra arenisca bastante descompuesta hasta finalizar en la carretera. 

Aspecto de la senda en el tramo final de la bajada.
Cascada de Nocedo en el Arroyo Valedecesar.


Río Curueño.

Puertas de una casona en Montuerto.

Espadaña de la Iglesia de Montuerto.

Después de visitar la cascada seguimos la carretera en la dirección que fluye el Curueño y la dejamos medio kilómetro más adelante para entrar en la aldea de Montuerto después de cruzar el río. Una pista ancha por la margen izquierda nos permite caminar casi en llano dos kilómetros hasta Valdepiélago evitando así la carretera.

Lorenzo Sánchez Velázquez