miércoles, 25 de noviembre de 2020

Alto el Rubio (Prao del Niseiro), Pico Vildéu y Pico Carabainéu. Circular desde Pigüeña

Salida y llegada: Pigüeña (Concejo de Somiedo)
Distancia: 21,0 km
Duración: 8:00 h (sin paradas)
Subidas acumuladas: 1470 m
Altura Inicial: 670 m
Altura máxima: 1588 m
Fecha de realización: 21/XI/2020
Dificultad: media-alta
Track de la ruta



Itinerario: Pigüeña – El Cantu – Pigüeces – Braña Motiz (Pigüeces) – Visbiero – Chanu Don Cueva – Chanu la Trapa – Alto el Rubio (Prao del Niseiro) – Chanu la Trapa – Altu la Trapa – Monte Veneiro – Pico Vildéu – Cochá Vildéu – Los Chanones (Alto del Cascarón) – Collado las Caranganas – Pico Carabainéu (Peña Blanca) – Collado Carabainéu – Brañas El Monte y Fonticheta – Braña del Cascarón – Braña Chanos (Chaneces) – Río Seco (Foz de Gargantiecha) – Pigüeña.

Nota: La ruta es larga y con un considerable desnivel acumulado y tiene un par de tramos cortos pero bastante cerrados por el brezo o la maleza. Uno está en el corto trecho de la arista de subida al Vildéu en donde hay un tupido brezal de alto porte, el otro está en la bajada por la Braña Chanos o Chanones en donde la senda está totalmente perdida y hay que atravesar un par de prados.
Lavadero en Pigüeña

Hórreo y casas antiguas en Pigüeña
Dejamos el coche junto al lavadero de Pigüeña en la primera calle nada más llegar a la aldea. Allí mismo comienza el camino que se dirige al norte en paralelo al alargado crestón que avanza en esa misma dirección desde Peña Chanos. Primero entre los prados cercanos al pueblo y después colgado en las verticales laderas, el camino, recientemente desbrozado, sube hasta El Cantu y conserva intactas las armaduras que lo sustentan en los tramos más comprometidos.

Por esta calle salimos de Pigueña en dirección norte.

El camino colgado rodea el largo hombro septentrional de la Peña Chanos. 

Al rodear el crestón entra en una zona más amable donde encontramos prados y alguna cabaña en buen estado. A la vez se va orientando poco a poco al este para adentrarse en un precioso bosque mixto por el que bajamos a Pigüeces. Este pequeño pueblo conserva también algunos hórreos y paneras y un gran tejo centenario al lado de la iglesia de San Juan; la gran casona colindante de buena factura y bien arreglada quizás sea la casa parroquial del cura. Nuestro camino hormigonado se ha dirigido al sur por la margen derecha del Reguero Pigüeces de abundante agua que proporciona abundante humedad a este estrecho y umbrío valle.
Rodeado El Cantu encontramos una zona de antiguos prados y cabañas. Ésta se conserva en perfecto estado.

Casa en Pigüeces

Iglesia de San Juan en Pigüeces con su tejo centenario.

Panera en Pigüeces

La tierra da paso al hormigón y los prados a ambos lados del camino a un tupido bosque de ribera a mano izquierda y unas inclinadas laderas con abundante maleza de bajo porte que culminan en los peñascos cimeros del Alto el Rubio a la derecha. La mantenida subida nos lleva a la Braña Motiz (Piegüeces) con casi todas de las abundantes cabañas en ruina.
Antes de la Braña Motiz el camino presenta este aspecto de tubo creado por los avellanos linderos.

Cabañas en la Braña Motiz o Pigüeces. Sólo unas pocas se mantienen en buen estado.

Al lado de esta cabaña sale el camino que subirá al Chanu la Trapa. Por encima vemos la Peña Chanu Don Cueva. A su lado pasa la senda subiendo desde la izda y siguiendo en ascenso a la dcha.

Más allá el camino avanza por el valle culminando en el Collado Vildéu, pero no lo seguimos. En la braña lo abandonamos y seguimos otro a la izquierda (NE) que sube entre la maleza que se ha enseñoreado desde hace tiempo en estas laderas. Se retuerce (NO) más arriba en la pequeña campera de Vibeiro hasta alcanzar un hombro de la montaña llamado Chanu Don Cueva al lado de la peña homónima; damos vista al norte. La senda, casi llana en este tramo, se dirige al este virando poco con la ladera al sur para alcanzar el amplio Chanu la Trapa. Al sur vemos la primera cima del Alto del Rubio y hacia ella nos dirigimos superando primero unos montículos y después por la pedregosa e inclinada ladera.
Desde el Chanu la Trapa vemos la dura subida que nos queda hasta alcanzar la larga arista del Rubio o Prao del Niseiro.

Arista del Alto el Rubio. Al final se encuentra el vértice geodésico.

Sin camino ni senda por donde mejor nos parece pasamos de las piedras sueltas a las hierbas altas y de estas a las modestas peñas cimeras. Alcanzada la primera cima las otras dos se coronan con facilidad estando el vértice geodésico en la tercera que es dos metros más baja que las anteriores; seguramente sea más visible. A nuestros pies tenemos la aldea de Pigüeces. Como las vistas hacia la Cordillera Cantábrica (S) están a contraluz dejo fotos de las vistas al este y al oeste. Más adelante rellenaré esta falta desde el Vildéu y el Carabainéu.
Vista atrás desde la cima del Alto el Rubio. La peña que vemos es algo más alta y por delante está el Cochao la Vachinona. A la derecha (fuera de foto) baja la empinada canal de La Vachinona. Hacia la izda vemos el Pico Vildéu y por detrás, al fondo, el Mocosu. Por encima de la peña sobresale el Pico Cornón (ver fotos más adelante).
Vista hacia el este desde la cima del Rubio.

Continuación de la panorámica anterior hacia el sureste.

Vista hacia el suroeste desde la cima del Rubio

Continuación de la panorámica anterior hacia el oeste.

Desandamos hasta el Chanu la Trapa y seguimos la cuerda (S). Al principio una sendilla nos lleva por la arista o ligeramente escorados al este, pero pronto se pierde entre la maleza de bajo porte y sólo la recuperamos después de atravesar una mata de hayas. Alcanzamos el Altu La Trapa a unos metros del modesto y alomado Pico Chanones. Casi en llano atravesamos un acebal por la franjas de hierba entre las matas de acebos y pronto nos sumergimos por una marcada senda en el hayedo del Monte Veneiro. Este bosque se extiende al este la arista norte del Vildeo.

En el Altu la Trapa se alternan matas de acebos con tramos de hierba.

Cruzando el hayedo del Monte Veneiro llegamos a este pilón. Aquí abandonamos la senda para ir hacia la arista norte del Vildéu.

Como la senda sube paralela a la citada arista, retrasamos todo lo que podemos incorporarnos a ella pues el espacio entre el final del bosque y la arista rocosa está completamente invadido por el brezo alto. Bastante arriba, al llegar a un pilón, abandonamos la senda, que se aleja hacia el Collado Aguines al este del Vildéu, y subimos unos metros campo a través por el hayedo. El bosque da paso al brezal que atravesamos como podemos hasta alcanzar la arista. Como ya esperábamos, la arista también está completamente invadida por el brezo alto, aunque encontramos algunas antiguas sendas que nos ayudan a subir hasta la caseta de madera cerrada con llave y chimenea de acero inoxidable cuya utilidad desconozco. Unos metros más arriba está la cima del Vildéu. Paramos a disfrutar de las magníficas vistas de las montañas somedanas.

Toda la arista norte del Vildéu está colonizada por brezos altos.

Cerca de la cima del Vildeo echamos la vista atrás: vemos su arista norte el Monte Veneiro, el Alto del Rubio y, al fondo a la derecha, la Sierra de Peña Manteca.

Caseta cerca de la cima del Pico Vildéu.

Vista hacia el sur a contraluz desde el Pico Vildéu.

Reanudamos la marcha bajando por la pedregosa ladera occidental del Vildéu hasta el collado del mismo nombre. Cruzamos un pequeño hayedo y un crestón transversal siguiendo una senda que continúa subiendo unos metros hacia Los Chanones (Alto el Cascarón) que encontramos calcinado por un reciente incendio. Siguiendo la dirección de la cuerda la senda retoma la dirección sur y nos permite bajar con comodidad hasta el Collado Caranganas.

Vista atrás del Pico Vildéu desde el collado homónimo. Por esta ladera bajamos.

Cochao Caranganas con el Pico Carabainéu detrás.

La marcada senda mantiene la dirección y sube por la ladera norte del Pico Carabainéu (Peña Blanca) hasta unos metros antes de la cima pues la rodea por el este. Como queremos avanzar por ella, subimos directamente los pocos metros que faltan para la cima norte y continuamos por la sencilla arista caliza que en algunos puntos vierte vertical hacia el oeste hasta la cercana cima sur desde donde vemos la aldea de Perlunes al sur, Corés al oeste y Villar de Vildas al suroeste además de las montañas de Somiedo. Dejo algunas fotos hacia el sureste y suroeste; las vistas al sur son muy parecidas a las del Vildéu.
Vista sureste desde la cima del Pico Carabainéu (Peña Blanca)

Continuación de la panorámica anterior hacia el sur desde el Pico Carabainéu.

Bajamos a un hombro situado al oeste y después al bies por la misma ladera sin camino ni senda hasta dar con una bien marcada que enlaza el Collado Caranganas con el Carabainéu. La seguimos hacia el sur para alcanzar los pastos de este último collado y tomar una pista hacia el norte que nos llevará con comodidad hasta la Braña de Fonticheta con buenas cabañas en uso y abundantes pastos. A partir de aquí el camino tiene dos raíles hormigonados para que circulen los vehículos; más abajo sigue totalmente hormigonado.
Vista hacia atrás de la cima del Pico Carabainéu o Peña Blanca.

Ladera occidental del Carabainéu. Bajamos a las praderas de la derecha donde se asientan las brañas El Monte y Fonticheta. Abajo se ve la aldea de Corés.

Esta pista de hormigón baja tras varios requiebros a la aldea de Corés. Pero como no queremos llegar a este pueblo, en el primer giro a la izquierda la abandonamos y seguimos de frente por un camino ancho de tierra interceptado en algunos puntos por portillas de alambre de espino colocadas por ganaderos. Este buen camino nos lleva sobre los prados más altos de la Braña del Cascarón y, cuando estos se terminan, se convierte en senda que más adelante, en un collado que da vista a la Foz de Gargantiecha sobre el Río Seco, se pierde completamente con la maleza. Para retomarla debemos atravesar un primer prado de la Braña (el situado más al este en la braña) con bastante inclinación y, un poco más adelante, al cerrarse otra vez, un segundo prado (también al este de la braña), saliendo de él un camino ancho que viene de Pigüeña.
Braña el Cascarón que el camino rodea por la derecha.

Pasado el Río Seco miramos hacia atrás la Braña Chanos (Chaneces). Atravesamos dos de los prados cimeros porque la senda allí está perdida.

El camino rodea el espolón que vemos entre las encinas antes de bajar a Pigüeña.

Llegando a Pigüeña

Iglesia de San Martín en Pigüeña.

Este camino ancho atraviesa el Río Seco y se orienta al oeste para rodear un espolón rocoso y reorientarse después al noroeste y avanzar casi llano entre prados. Cerca de Pigüeña emprende un corto descenso hasta la zona alta de la aldea. Bajamos por sus calles dejando la Iglesia de San Martín a la derecha y llegamos al lavadero. Al final hemos tenido que apurar pues los días son cortos y la ruta larga. El pueblo nos recibe con el alumbrado público encendido.

Lorenzo Sánchez Velázquez















miércoles, 11 de noviembre de 2020

Peña Melera, Pico Pandos y Pico del Pando. Circular desde Felechosa

Salida y llegada: Felechosa (Concejo de Aller)
Distancia: 17,5 km
Duración: 8:30 h (sin paradas)
Subidas acumuladas: 1375 m
Altura Inicial: 670 m
Altura máxima: 1726 m
Fecha de realización: 31/X/2020
Dificultad: media
Track de la ruta



Itinerario: Felechosa – Puente de la Muñeca – Valle Melera – Escuela de escalada – Reguero Melera – Majada los Gallos – Peña Melera – Collado Pandos – Pico del Pando – Collá Cavera – Pico Pandos – Majada Pedroso – Mosquera la Boya – Entresierra – Camino de las Foces del Pino – Molín de Peón – Felechosa.

Nos acercamos a Felechosa para hacer un circuito con subida a la Peña Melera y al Pico Pandos y, en la bajada, cruzar el largo crestón del Pandos por la entalladura de la Mosqueta la Boya situada sobre las Foces del Río Pino. Como íbamos bien de tiempo ampliamos el circuito para subir al cercano Pico del Pando, cumbre más septentrional de los Altos de Riopinos (hace un mes estuvimos en la más alta – La Cabritera – situada al sur y que recogimos en otra entrada).
Vista atrás de las últimas casas de Felechosa desde el camino que lleva a Cuevas

Dejamos los coches en Felechosa y cruzamos el Río San Isidro por el puente situado al lado de la Ermita de Virgen de las Angustias. La pista avanza hacia el este en paralelo a la carretera que sube al Puerto de San Isidro y al río. Después de 3,5 km de apacible paseo cruzamos el río y la carretera por el Puente de la Muñeca y cogemos un camino amplio que pronto va girando hacia el suroeste transformándose en senda a la vez que se empina.
Poco antes de cruzar la carretera y el Río San Isidro por el Puente de la Muñeca. Vemos la Peña Melera.

Nos adentramos en el Valle Melera poblado de un magnífico hayedo. Pegados a las verticales paredes del largo crestón de Peña Melera, pasamos junto a la Escuela de escalada en la que observamos varias vías de escalada y algunas hayas que literalmente nacen en la misma roca.
En la vertical cresta que baja de Peña Melera hay una Escuela de escalada.

La senda se pega a la peña mientras a la izquierda se extiende el hayedo.


Una vista hacia atrás: algunas hayas nacen literalmente en la propia peña.
La dura subida no da más tregua que la que nos tomamos para hacer fotos; las hayas con sus colores otoñales están preciosas. Bastante arriba, la senda se separa de la peña y se pega al Arroyo Melera para retornar más arriba la cercanía de las rocas en el Mayéu Melera. Nuevo cruce del reguero para subir entre los buenos prados y cabañas de Los Gallos. Nos hemos separado bastante del crestón y toca rodear el prado y cabaña cimeros de Los Gallos para encaminarnos de nuevo a tocar el vertical roquedo.
Primera cabaña en buen estado de la Majada de Los Gallos.

Vista hacia atrás de Los Gallos
La senda da un brusco giro a la izquierda al chocar contra la peña y finaliza en la cercana Collá Pando desde donde se puede subir con facilidad a la Peña Melera. Pero vamos a hacer una variante. En el último punto, donde la senda tocó al crestón, la abandonamos y subimos duramente por una amplia canal (N) con un pequeño pedrero a la izquierda y totalmente invadido por broza de bajo porte que apenas estorba. Alcanzamos un pequeño collado de hierba.
En rojo he marcado la senda que sube al Collado Pandos (itinerario normal de subida a Peña Melera) y en azul el primer tramo de la canal por la que subimos.

Antes de comenzar la dura subida por la estrecha canal que vemos en la siguiente foto, miro hacia atrás al primer collado que hemos alcanzado. Al fondo los picos Torres y el Valverde.

A la izquierda sube una empinada y estrecha canal de hierba de unos 15 o 20 metros de altura por la que vamos a subir. No recomiendo subir por ella con la hierba mojada o con nieve. En algunos puntos se puede uno agarrar a la roca de uno de los lados pero en otros no queda más remedio agarrarse un poco a la hierba. Esta será la mayor dificultad de la jornada, que se puede evitar, como dije antes, subiendo desde la Collá Pandos.
Canal de hierba por la que subimos. La foto no da fe de su inclinación.

Otra vista de la canal desde arriba. Se ve mejor su verticalidad.

El resto de la subida no tiene ninguna dificultad aunque no haya senda ni hitos y en algún punto haya que poner un poco las manos para mantener el equilibrio; sin peligro. Culminamos Peña Melera y disfrutamos un rato con las magníficas vistas de los pueblos y montañas del Alto Aller. Como vamos bien de tiempo decidimos subir al cercano Pico de los Pandos en el que se inician los Altos de Riopinos que a su vez culminan en La Cabritera.
Desde Peña Melera vemos el Pico Pandos y la Collá Cavera; al fondo, Peña Redonda.

Desde Peña Melera vemos El Pino y Felechosa en el valle y por detrás, de dcha a izda, La Forá, Praera (Aberrugues), Cuchu y la superposición de Peñas Negras y Peña Mea.

Retriñón, Muezca y Peña Tabierna desde Peña Melera. Por delante, más bajo, el Coalnegro.

La larga arista que culmina en el Pico Torres con el Valverde a la derecha,
Bajamos de Peña Melera por la ladera suroeste siguiendo una senda perfectamente hitada que nos deposita en los pastos de la Collá Pandos. Para subir al Pico de los Pandos seguimos de frente sin camino ni senda entre las matas de brezo de bajo porte hasta alcanzar la cresta de la sierra. Por ella, despejada y limpia, continuamos (SO) hasta culminar en el Pico de los Pandos (1726 m) punto más alto del recorrido de hoy. Paramos a comer disfrutando del día y de las impresionantes vistas. Dejo alguna foto.
Bajando de Peña Melera al Collado Pandos

Arista del Pico del Pando que vemos al fondo.

Desde el Pico del Pando vemos el resto de la sierra de los Altos de Riopinos. El último pico y más alto es La Cabritera.

Lo más sencillo sería bajar al Collado Pandos por el mismo camino, pero, nada más bajar a la antecima, decidimos bajar directos por la ladera norte a la Collá Cavera. Es una bajada muy vertical con tramos de hierba y de brezo bajo pero sin peligro. En el collado rodeamos por la derecha lo que queda de una muria y emprendemos la última subida del día. Cuando la hierba del collado da paso al pedregal aparecen los primeros hitos.
Desde la arista del Pico del Pando vemos La Collá Cavera y el Pico Pandos.

Llegando al Collado Cavera vemos como el Valle Pedroso se extiende a la izda. Abajo están las Foces del Río Pino y un poco por encima se ve la hendidura de la Mosqueta la Boya en el extremo final del crestón.

Llegando a la Collá Cavera que queda a la izda fuera de foto vemos la Peña Pandos (dcha) y al fondo el Retriñón y La Muezca.

Los seguimos hasta alcanzar la estrecha arista de la montaña. Con cuidado (la arista tiene algunos pasos estrechos y las caídas al norte son verticales) nos acercamos primero a la cumbre occidental, después desandamos y seguimos la arista buscando la cima oriental, pero hay un punto de mucho peligro y preferimos rodearlo por la ladera sur bajando 4 ó 5 metros. Después de las correspondientes fotos bajamos de la peña y emprendemos un rápido descenso por la amplia franja de hierba del Valle Pedroso.
Un tramo de la arista del Pico Pandos. A la derecha se ve el Pico Cueto.


Otro tramo de la arista del Pico Pandos


Peña Melera desde la cima del Pandos. Al fondo vemos el Pico Torres.

Desde la cima del Pico Pandos vemos el Pico del Pando (izda) por cuya ladera que vemos hemos bajado directamente y a la derecha otra Peña Melera, todo ello en los Altos de Riopinos.

Nada más pasar las cabañas de la Majada Pedroso, dejamos la marcada senda para ir bajando al bies a la vez que nos dirigimos a la larga arista oriental del Pico Pandos. Rodeando algunas matas de cotoyas, sin camino ni senda, nos guía la evidente muesca que vemos cortando a tajo el largo crestón. Cuando llegamos a la estreche hendidura el Sol se está poniendo tras Peñaredonda.
Llegando a la Majada Pedroso

Cabaña en la Majada Pedroso y detrás el Pico de los Pandos y Peña Melera (Altos de Riopinos)
La Mosqueta la Boya está empedrada y se pasa con facilidad. Una gran peña caída ha quedado encajada entre las verticales paredes y el camino pasa por debajo. Al otro lado, la sendilla, perfectamente hitada, avanza hacia el norte dando varias revueltas. Enseguida se adentra en el hayedo y, aunque unos puntos azules la llevan al interior del bosque, debemos abandonarla en el siguiente hombro una vez pasado un embudo de la izquierda. En pocos metros (NO), salimos del bosque, avanzamos por el hombro entre escobas, cruzamos un crestón rocoso y entre algunos árboles y cotoyas llegamos al cierra de un gran prado con cabaña.
Hendidura de la Mozqueta de la Boya que permite cruzar el crestón de la Peña Pandos.
Una gran roca obtura la hendidura. Se pasa bien por debajo.

Salimos a la ladera norte cubierta por un hayedo que se extiende hasta los ríos Pino y San Isidro.

Pasado el crestón y después de una corta bajada donde la senda zigzaguea, caminamos por el hayedo.

Debemos rodear la finca por la derecha en llano y, siguiendo su linde, retomar la dirección norte mientras bajamos por el hayedo y caemos en la pista de acceso a la propiedad; no hay más que seguirla. Es la zona que los mapas llaman Entresierra. Pronto gira bruscamente al oeste y continúa bajando entre árboles y fincas en buen estado y en uso hasta dar con la ancha pista que sube desde el Molín de Peón a las Foces del Pino.
La ancha pista baja por el interior del hayedo dejando a ambos lados algunos prados y cabañas como islas en medio del gran bosque.

Nos quedan aún dos kilómetros (N) para bajar por este conocido camino al Molín de Peón donde arranca la carretera que en medio kilómetro nos dejaría en El Pino. Pero como queremos llegar a Felechosa, nos olvidamos de la carretera y cogemos un camino peatonal que sale al lado del recientemente remozado merendero (han cambiado las viejas mesas y bancos de madera por otros de piedra) y cruza una portilla metálica.
Camino que une el Molín de Peón con Felechosa. Esta foto está sacada en la pasada primavera.

El precioso camino rodea la montaña orientándose después al este y avanza entre el bosque (al sur) y los prados (al norte) que rellenan el valle del Río San Isidro entre El Pino y Felechosa. Entre dos luces seguimos este camino que en un kilómetro llano y apacible nos deja en Felechosa.

Lorenzo Sánchez Velázquez