domingo, 29 de mayo de 2016

Pico Hibeo. Circular desde Ardisana

Salida y llegada: Ardisana (concejo de Llanes)
Perfil de la ruta
Distancia: 12.2 km
Duración: 5:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 830 m
Altura Inicial: 180 m
Altura máxima: 873 m
Fecha de realización: 21/V/2016
Dificultad: media
Track de la ruta




En la entrada anterior describimos la ruta en rojo, en este la azul.

Itinerario: Ardisana – Valle de Orticeda – Majada del Reborión  – Majada de Cuerin – Colláu Grandiella – Pico Hibeo – Colláu Ablanu – Camino Los Malatos – Colláu Braniella – La Quemada – L’Acebal – Ardisana.

Hace unos años subimos al Hibeo desde Ardisana por el valle de Orticeda y el collado Odisea, recorrimos la sierra hacia el oeste y regresamos por el valle de Balbueno. Fue un circuito largo que describí en la entrada anterior. Como este fin de semana daban lluvias y tormentas en la cordillera, decidimos repetir la subida al Hibeo desde Ardisana pero siguiendo un itinerario más normal y complementario al anterior.
Prados cerca de Ardisana. El Cuetu la Caria se ve a la izquierda y en medio algunos tejados de casas de la aldea.

Llegamos temprano a Ardisana y encontramos el valle envuelto en nieblas que amenazan con quedarse todo el día. Aparcamos. Para no repetir el camino entre castaños que sale entre las últimas casas de Ardisana en la carretera que lleva a Riocaliente, nos encaminamos a la zona alta de la aldea donde tomamos la pista que se dirige al sur. Entre prados con vacas y ovejas, la pista gira al oeste para rodear el Cuetu la Roce y enlazar con el camino directo muy cerca del arroyo de Orticeda.
Cabaña en la majada de Orticeda, después de cruzar el arroyo.

Poco más adelante, el camino cruza una portilla de hierro y desciende para cruzar el arroyo justo al llegar a la majada de Orticeda. A la izquierda arranca una senda que sube en paralelo a una riega hasta el collado Odisea por donde alcanzamos hace unos años la cumbre del Hibeo. Después de la majada, la pista sube un corto tramo y finaliza junto a una caseta de servicio de una antigua traída de aguas.
Llegando a la majada del Reborión.

La niebla no es muy espesa pero solo nos deja ver el entorno más cercano. En este punto cruzamos una riega y el camino se convierte en senda que sube fuertemente por la margen derecha virando poco a poco hacia el oeste. Enseguida el arroyo va quedando abajo pero, más arriba, nos ponemos a su altura y lo cruzamos para alcanzar las cabañas en ruina del Reborión. Uno de los edificios aún conserva cristales de las ventana de lo que fue sin duda una casa habitada.
"Huente Chica" en la majada de Cuerín.

La senda nos lleva al norte faldeando en ascenso la ladera sur el pico Cabeza de la Jaya. En un momento, entre la niebla, perdemos el sendero y echamos mano del GPS subiendo fuertemente por una zona de hierba con algunas peñas y espinos. Lo reencontramos más arriba en la fuente “Huente Chica”, pasada la Majada de Cuerín que nos la oculta la niebla.
Vacas en el collado Grandiella con el Cabeza Torrexón de la Sierra del Hibeo casi oculto por la niebla. La senda lo deja a la derecha.

El camino, casi llano, se dirige al oeste para alcanzar pronto el amplio Colláu Grandiella que separa el Cabeza de la Jaya de la Sierra del Hibeo. Las nubes han quedado abajo y ahora ya vemos el pico y la sierra y, al otro lado del valle de Ardisana, la extensa cresta de la Sierra del Benzúa.
La senda deja a la izquierda la peña que nos oculta a "La Muyerina".

Un sendero nos ayuda a recorrer el collado hacia el sur mientras unas esquivas vacas huyen ante nuestra presencia. Y al llegar a la base de la Sierra del Hibeo, vemos el monolito de la “muyerina” detrás de otra vertical peña. Hacia allí nos lleva una marcada senda que deja a la izquierda la primera peña, supera en corto embudo y asciende hasta la “muyerina” que dejamos también a la izquierda.
"La Muyerina" sacada desde el embudo que la separa de la peña que vemos en la foto anterior.

Estamos muy cerca de la arista de la sierra que alcanzamos enseguida. La vista se abre al sur y el oeste donde encontramos los macizos Occidental y Central de los Picos de Europa y muchas montañas de Ponga y Redes.
Arista de la Sierra del Hibeo. A la izquierda sobresale su cima (Cabeza Juralisa).

Continuamos hacia el este por la arista de la sierra. Es un terreno mixto de piedra y hierba y se sigue bien. Después de un tramo llano, la senda, señalizada con hitos, se empina fuertemente hasta alcanzar la peña que precede a la misma cima. Una breve collada nos deja en el último repecho que nos lleva junto al gran hito que corona la cima occidental del Hibeo.
Vista atrás de la Sierra del Hibeo.

Tramo final de la subida: se llega casi a coronar esta primera peña y enseguida, tras una colladina, se alcanza la cumbre.

Como es temprano nos demoramos haciendo fotos y disfrutando del paisaje. Abajo, al norte, el mar de nubes llena el amplio valle de Ardisana emergiendo al otro lado la extensa cresta del Benzúa, mientras al sur la vista de los Picos de Europa nevados queda afeada por algunas neblinas. Distinguimos bien Peña Castil, el pico Urriello y Torrecerredo en el Central y Peña Santa, Los Traviesos y Torre Santa de Enol, entre otros, en el Occidental.


Cumbre occidental del Hibeo. El Cuera queda tras el gran hito de la cumbre.

Macizo Central de los Picos de Europa desde la arista del Hibeo. Por delante vemos el Cabezo Lloroso.

Macizo Occidental de los Picos de Europa desde la arista del Hibeo.

Cruzamos la arista que nos separa de la cumbre oriental donde hay otro gran hito y, sin apenas parar, emprendemos un rápido descenso por la ladera este de la montaña. Las peñas dan paso a unas hondonadas de hierba que cruzamos manteniendo la orientación hacia un prado con cerca de piedra: estamos en la braña y collado Ablanu con su prado y cabaña solitarios. Seguimos en llano en paralelo a la arista de la sierra cuyos dientes de cuarcita dejamos a la izquierda.

Doble cumbre del Hibeo. Foto tomada desde la oriental.

Es hora de reponer fuerzas y, para mantener las vistas hacia el sur, nos dirigimos a la cercana cumbre mayor de la sierra de Peña la Salgar. Con la mirada puesta en los Picos de Europa, paramos una media hora.
Cabaña y prado en el Collado Ablanu. Al fondo se aprecian los Picos de Europa.

Reanudamos la marcha bajando por el mismo camino hasta alcanzar la entalladura que permite el descenso por la ladera norte de la sierra. El Camino de los Malatos, con algún tramo empedrado y armado, desciende entre la maleza y nos permite alcanzar el Colláu Braniella situado a los pies del Pico la Peñe Villanueva. Una cabaña en ruina total, un prado en desuso y un pequeño e inútil depósito de agua son los únicos restos de actividad humana.
Vista atrás del Hibeo y ladera oriental por la que hemos bajado. Desde la cumbre más alta de la Sierra de Peña Salgar.

Por la ladera oriental se puede bajar a Meré o a Malatería, pero nuestra ruta debe volver a Ardisana. Descendemos por la ladera contraria y cruzamos la Riega la Pipa para seguir por senderos de animales hacia el fondo del valle por donde pasa el río Blanco.

Cabañas de La Quemada muy cerca del río Blanco. Arranque del camino que nos llevará a Ardisana en paralelo al río.

Abajo, descruzamos el arroyo alcanzando las cabañas de La Quemada. De aquí sale un hermoso camino discurre colgado en paralelo al río. Más adelante, dejamos la senda y tomamos otra a la izquierda que cruza el río y sigue después por su margen izquierda cruzando un bosque mixto de abedules, castaños y robles. Da una amplia revuelta a la izquierda y nos deja en una pista de acceso a una casa muy cerca de la aldea. Seguimos la pista en sentido contrario y en unos minutos entramos en Ardisana enlazando con la pista por la que salimos.

Lorenzo Sánchez Velázquez

jueves, 26 de mayo de 2016

Sierra del Hibeo. Circular desde Ardisana

La Sierra del Hibeo separa el concejo de Llanes, al norte, de los de Onís y Cangas de Onís, al sur. Presenta un relieve calizo y escarpado en el entorno del pico Hibeo, en el centro y montículos alomados cubierto de vegetación baja, en los extremos. El acceso se puede realizar desde las localidades llaniscas de Riocaliente, Ardisana, Malatería o Meré y, con menos esfuerzo, desde El Pedroso en Onís.

Nota: Esta ruta la hicimos hace unos años recorriendo toda la Sierra del Hibeo desde Ardisana siguiendo un itinerario circular poco habitual. Como hace unos días subimos otra vez al Hibeo también desde Ardisana por caminos más normales, vamos describir ambas opciones en esta y la próxima entrada.

Salida:  Ardisana 
Perfil de la ruta
Distancia: 15,7 km
Duración: 6 h 30 min
Subidas acumuladas: 1000 m
Altura inicial: 190 m
Altura máxima: 873 m
Fecha de realización: Febrero de 2011
Dificultad: Media
Track de la ruta




La ruta en rojo corresponde a esta entrada, la azul a la próxima.


Itinerario: Ardisana – Arroyo de Orticeda – Collado Odisea – Vega del Hibeo (Braña Grayas) – Los Collaos – Pico Hibeo – Sierra del Hibeo – Vega del Puerto  – Sierra la Cruz – Río Balbueno – Cruce los Ríos – El Escobín – Molín del Espión – La Cabaniella – Ardisana.

        Desde Posada de Llanes, siguiendo la AS-115 en dirección a Meré, en el kilómetro 5, tomamos la desviación a la derecha que lleva a Riocaliente y después otra, a la izquierda, que pasa por Palacio y Ardisana. Nada más llegar vemos un montículo rocoso con árboles, Cuetu la Caria, y hacia allí nos dirigimos para comenzar la ruta. Caminamos hacia el “cuetu” y lo rodeamos, dejándolo a la izquierda por un camino ancho que sale de la carretera al finalizar el pueblo. También podríamos dejar el cueto a la derecha siguiendo el camino que parte de la zona alta dando un pequeño rodeo que nos permitiría disfrutar del hermoso ambiente rural que transpiran estos parajes. Ambos caminos convergen a un kilómetro.

Llegando a la majada y arroyo de Orticeda. Aquí abandonamos la pista y tomamos un sendero a la izquierda.
          La pista avanza paralela al Arroyo de Orticeda y rodea por el oeste el monte La Boriza (Cabeza la Tiesa). Poco después de cruzar una puerta metálica llegamos a la cabaña de Orticeda a la altura del arroyo. El camino ancho sigue unos metros más, pero lo abandonamos para seguir a la izquierda, al este, por un empinado sendero que remonta duramente en paralelo a una riega que separa el pico La Boriza del Hibeo.
Llegando al collado Odisea miramos hacia atrás: abajo el valle de Orticeda de donde venimos, al otro lado el pico Cabeza de la Jaya.
          La riega queda encajonada a la derecha mientras los tramos herbosos se alternan con otros invadidos por los tojos. Superamos unos 250 m hasta alcanzar el collado Odisea entre Cabeza Tiesa (Boriza), al sur, y la Sierra del Hibeo, al norte.
Desde el collado Odisea vemos al este el Pico La Peña y el collado Braniella; al fondo Peña Llabres

         Giramos al sur para continuar subiendo otros 150 metros por el lomo de la sierra hasta alcanzar su cresta cerca del Colláu Ablanu. La vista de los Picos de Europa y de la Sierra del Cuera es espectacular. Para acceder a la doble cumbre del Hibeo podemos remontar la ladera oriental de la montaña hasta situarnos en el primero de los dos montículos que forman la cima y que están separados por una afilada cresta. El paso de una a otra se puede hacer por misma arista o siguiendo un sendero unos metros por debajo.
Sierra del Cuera desde el Colláu Ablanu
          Como hay una capa de nieve que cubre la pedregosa ladera oriental, en lugar de seguir este camino directo, descendemos por la canal sur, entre los tojos, para desembocar en la Vega del Hibeo situada en la base meridional de la Peña del Hibeo. Apenas quedan los restos de los que fue la Braña Grayas.
Cumbre oriental del Hibeo desde cerca del Colláu Ablanu
         Continuamos por la vallina hacia el oeste, subiendo al final, a Los Collaos, que nos dejan en el punto de acceso más común al Hibeo. La progresión por la empinada ladera la hacemos siguiendo los ocasionales hitos, sirviéndonos de referencia, además, dos grandes puntos rojos pintados estratégicamente en las peñas. Así accedemos a la segunda de las cumbres. Las vistas hacia los Picos son espectaculares.
Vega del Hibeo con Los Collados al fondo. Por encima vemos el Tiatordos.
Macizos Oriental y Central de los Picos de Europa.
          Como queremos recorrer toda la sierra hacia el oeste, bajamos primero a Los Collaos (podríamos seguir también por la arista) y seguimos un sendero que avanza a media ladera, sin perder ni ganar altura, hasta que, una vez pasada la parte más escabrosa, alcanza la cresta.

Arista occidental de la Sierra del Hibeo que vamos a recorrer.
        Otro kilómetro por ella disfrutando de las impresionantes vistas nos dejan frente al último promontorio calizo con cortados al norte. Descendemos por la ladera sur unos metros y lo rodeamos. Un sendero nos permite seguir por la arista de la sierra y superar por la izquierda dos pequeños montículos (Cabeza de la Vega del Puerto) antes de acceder a un tercero completamente invadido por el monte bajo.
Tramo final de la arista de la Sierra del Hibeo.
          Descendemos por la ladera norte perdiendo unos 50 metros entre la broza, sin sendero hasta unos pinos de donde arranca un sendero que nos lleva a un collado herboso situado al oeste. De aquí arranca un buen camino entre unos pinos que nos lleva a la Vega del Puerto, continuando después por la Sierra La Cruz. Pasamos al lado de una caseta abandonada, hasta alcanzar la riega La Cruz. El camino sigue en paralelo al arroyo hasta su desembocadura en el río Balbueno. Continuamos por un camino ancho al lado del río, superando la riega de Acebal por un rudimentario puente hecho con troncos de pino.
Vista hacia atrás de la Sierra del Hibeo. En este collado abandonamos la divisoria de los concejos de Llanes y Cangas de Onís
           Al poco llegaremos a Cruce Los Ríos, donde hay un gran establo (un nuevo y destartalado edificio) con muchas vacas que tienen el camino lleno de lodo y excrementos. Un poco más adelante, una casa en uso en la zona de L´Escobín, nos informe de que estamos próximos a la civilización. Comienza el camino asfaltado que lleva a las casas de Telléu, donde cruzamos el río para continuar en paralelo por la carretera durante un kilómetro, hasta el molín del Espión. Dejamos la carretera para seguir por la pista que sale a la derecha, cruzando de nuevo el río. Sube fuertemente entre eucaliptos hasta alcanzar el collado y los prados de La Cabaniella. No tenemos más que descender medio kilómetro por la ladera opuesta y llegamos a Ardisana.

Lorenzo Sánchez Velázquez


domingo, 22 de mayo de 2016

Ruta de El Gumial en el concejo de Aller

Salida: El Fielato (Puerto de San Isidro)
Llegada: Cuevas (concejo de Aller)
Distancia: 10 km
Duración: 3:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 350 m
Bajadas acumuladas: 870 m
Altura Inicial: 1290 m
Altura máxima: 1620 m
Fecha de realización: 15/V/2016
Dificultad: baja
Track de la ruta

Itinerario: Fielato (Pto de San Isidro) – Brañarredonda – Collá Beldoso  – Majada del Alba – Braña El Gumial – Monte la Llana – Praos el Aspra – Río San Isidro – Cuevas.



 La ruta de primavera del IES Rosario de Acuña nos llevó este año al concejo de Aller. Disfrutar del Bosque de El Gumial es un placer: olores de primavera, torrenteras y rumores del río Alba, hayedo de hojas recientes sobre los marrones de las antiguas, piedra y musgo de cuento de hadas…

          Pasada la aldea de Cuevas en dirección al Puerto de San Isidro, sale un camino que da acceso a los prados situados al inicio del puerto. Un pequeño aparcamiento lo precede y allí dejamos un vehículo. Continuamos con los demás hasta alcanzar La Braña o El Fielato, cerca de la cima del puerto, donde encontramos un amplio aparcamiento, buenas cabañas y agua abundante.
Cabaña en La Braña (El Fielato). Fotografía de Miguel Mayoral.
La Braña o Fielato con el Pico Fuentes entre las nubes. A la derecha estaría el collado Beldoso.

Las marcas del PR AS-48 Ruta del Gumial nos dirigen al sur para cruzar el río Braña por un puente de madera de reciente factura. El camino sube entre matas de escobas y pequeñas camperas, cruza el arroyo de Brañarredonda por un rudimentario puente construido con guardarraíles de aluminio, hasta alcanzar Brañarredonda.


Cruzando el Arroyo de Brañarredonda.

Cabaña en Brañarredonda.

Varias cabañas en uso y bien arregladas, dan servicio al ganado que suben en verano para aprovechar los buenos pastos. Hacemos el primer alto. Entre la niebla se vislumbran los neveros que bajan del pico Fuentes y, al poco de reanudar la marcha, divisamos en lontananza la Collá Beldoso con algunas mantas de nieve. Hacia allí nos encamina el sendero.

Prados y cabañas de Brañarredonda.

El collado nos abre las vistas hacia el oeste donde podríamos ver el Picón de las Rubias y la ladera oriental del Monte La Llana cubierto de un precioso hayedo. Hacia el este encontraríamos la enorme y vertical mole del Pico Torres con su hermano menor el Valverde. Pero la niebla nos tapa todo y amenaza con descender a nuestra altura. A partir del collado, la senda, desbrozada recientemente, se dirige al oeste entre el brezo casi en flor; aún quedan algunos pequeños neveros que atravesamos.
Cruzando un nevero entre la niebla.

Cuando la senda vira al sur para rodear el pico Fuentes, encontramos los banderines y marcas del Trail Alto Aller y a los últimos corredores que bajan directos a la Majada del Gumial. Con ellos compartimos la senda hasta alcanzar la preciosa Majada del Alba rodeada por la Peña del Alba al oeste, los Castillones al sur y el Pico Fuentes al este; por el norte desagua el Arroyo del Alba. Restos de cabañas dan fe de los usos antiguos de estos ricos pastos de altura y entre ellas encontramos un puesto de control de la carrera.
Majada del Alba asentada en un hermoso circo y rodeada de montañas (foto sacada en 2014, bajando del pico Nogales).

Siguiendo las marcas del PR nos dirigimos al norte donde reencontramos la senda al finalizar la pradera. Durante el rápido descenso entre las escobas y el brezo, las nubes forman ventanas a través de las cuales vemos o intuimos los preciosos montes manchados de nieve que nos rodean. El Arroyo del Alba o Gumial forma preciosos rápidos y pequeñas cascadas cuyo rumor nos acompaña hasta la Braña el Gumial.


Arroyo del Alba o Gumial.

Bajando desde la majada del Alba a la de El Gumial.

Abajo ya se ve la Braña del Gumial.

Recorrida por el arroyo, con prados y cabañas en uso y algunas peñas dispersas por extensa la pradera, la braña, rodeada de montañas y bosques, forma un conjunto armónico y bello. Paramos a reponer fuerzas y disfrutar del magnífico entorno. Mientras, los últimos corredores del “trail” pasan y los organizadores con sus chalecos reflectantes les siguen retirando los banderines y marcas. Estos eventos suelen estar organizados por personas amantes de la naturaleza; sin embargo, no suele ocurrir lo mismo con el gremio de los cazadores: los puestos de caza se marcan con cintas o bolsas de plástico que, en muchas ocasiones, permanecen de una temporada a otra.
Cabaña en la Braña del Gumial.

Terminadas las viandas, reanudamos la marcha. Nada más dejar atrás la Braña del Gumial, nos adentramos en el hermoso hayedo del mismo nombre que cubre la ladera occidental del Monte la Llana. Encontramos la senda bastante embarrada por la gran cantidad de personas que hoy la han seguido. Jóvenes hayas con sus verdes y recientes hojas pueblan el monte, el musgo multicolor tapiza las peñas, las hojas caídas del otoño aún cubren el camino y el arroyo se precipita formando cascadas: nos sumergimos en un cuento de hadas. Y el sendero serpentea perdiendo altura a la vez que nos retiene y atrapa en este hermoso lugar.


Bajando por el Bosque del Gumial.

Otra imagen del hermoso bosque.

Pero como todo tiene su fin, también nuestra ruta alcanza las cabañas de La Llana y los Praos de Aspra donde la senda se convierte en pista de acceso para vehículos. La vega servida por el río San Isidro con sus prados y cabañas, se extiende hacia el oeste en paralelo a la carretera que sube al puerto.
Praos de Aspra y carretera que sube a San Isidro.

Un puente nos traslada a la margen derecha del río y por el camino ancho, con la carretera a la derecha y los prados a la izquierda, llaneamos mientras oímos el mugir de las vacas y el ladrido de algún perro guardián. La pista desemboca en la carretera justo donde habíamos dejado un coche.

Lorenzo Sánchez Velázquez

miércoles, 11 de mayo de 2016

La Carasca (Pico Cornielles). Circular desde Orlé

Salida y llegada: Orlé (concejo de Caso)
Perfil de la ruta
Distancia: 18.2 km
Duración: 7:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1250 m
Altura Inicial: 650 m
Altura máxima: 1744 m
Fecha de realización: 7/V/2016
Dificultad: media
Track de la ruta




Mapa de la ruta

Itinerario: Orlé (Nozaleda) – Río Orlé – Acebal  – Conforcos – Colláu Melordaña – Melordaña – Foz de Valloseru – Valloseru – Colláu Campigüeños – La Carasca (Pico Cornielles) – Bormanfoyo – Colláu Capiella –  Valle Capiella – Conforcos – Orlé.

Esta vez regresamos a Redes. Hace años que no recorríamos el viejo camino del río Orlé hasta Conforcos y Melordaña de camino a los picos Campigüeños, La Senda, La Carasca o el Requexón. Estos lugares asilados y hermosos nos acogen una y otra vez sin que nos cansemos de regresar.

Mirando hacia atrás vemos las casas de Nozaleda.

Queríamos subir a la peña Cornielles, la más alta del macizo de La Carasca, y desde Campo Caso tomamos la carretera que lleva a Infiesto y aparcamos en el barrio bajo de Orlé (Nozaleda) (650 m) justo donde la carretera da una curva cerrada a la izquierda y comienzan las primeras casas. Un panel nos informa acerca de la ruta PR-AS Pendones-Orlé que lleva a Pendones a través del Collado Capiella. Seguimos las escasas y descoloridas marcas del PR que entre las casas nos llevan al camino que se dirige al este en paralelo al río Orlé. Desde el mismo pueblo se ve, al fondo del valle, el macizo de La Carasca. Esta vista la tendremos de forma intermitente durante la aproximación.

Al fondo del valle vemos continuamente el macizo de La Carasca.

El camino ancho, empedrado en bastantes tramos, se acerca enseguida al río y disfrutamos de unas preciosas estampas de las pozas y los rápidos entre las piedras siempre cubiertas de musgo y la exuberante vegetación de ribera con sus recientes y tiernas hojas; enseguida surgen las hayas. Ralentizamos la marcha para disfrutar del paisaje y atrapar apenas la belleza de estos lugares con nuestras cámaras.

Río Orlé

Camino empedrado entre las hayas.

Están arreglando el camino con una pequeña excavadora rellenando los agujeros y baches del empedrado. No es que sea una restauración del antiguo camino, pero, al menos, no lo han hormigonado como el Valle de Enmedio.

Hacia la derecha, al otro lado del río, el gran murallón del Requexón de Valdunes.

Cruzamos el río poco antes de llegar al aporte del Reguero Fresnedal (820 m) donde sale un camino que sigue este reguero después de cruzarlo por otro puente. Obviamos este camino y seguimos de frente. El nuestro se empina y nos lleva a descruzar el río por otro puente de madera necesitado de restauración. Después de una fuerte subida con tramos que conservan el empedrado original, alcanzamos las cabañas y prados de Acebal (1030 m) con unos pocos acebos que le dan nombre.
El Xerru Busterosu precede a La Carasca. Desde la zona de Acebal.

El camino se estrecha quedando poco más ancho que un sendero y llanea un corto tramo para volver a empinarse antes de alcanzar la amplia majada de Conforcos (1070 m), donde encontramos el horrendo refugio de cazadores (“El Chalet”). A la vuelta visitaremos el “mayéu”. Para alcanzar la Majada de Melordaña se puede acortar el camino cruzando la “foz” del mismo nombre, pero la abundante agua que lleva el río Orlé por el deshielo lo hace impracticable. Daremos un pequeño rodeo.

"El Chalet", el Xerru Busterosu cortado por la Foz de Melordaña y La Carasca al fondo.

Antes de alcanzar las cabañas de Conforcos, dejamos el camino y seguimos por una senda a la izquierda en paralelo a una riega que sube fuertemente rodeando el prado del “chalet” y la Peña la Cueva, dejando ambos a la derecha. La senda vira enseguida al este y cruza una portilla que dejamos cerrada y, entre altas escobas, nos permite alcanzar el Colláu Melordaña (1274 m) y descender después a la hermosa Majada de Melordaña (1250 m).
Majada de Melordaña, con la "foz" en el centro, el Requexón por encima y el pico La Senda a la izquierda.

Con bastantes cabañas, todas con cubierta de piedra (llábanas), algunas en ruina y otras en desuso y rodeada de montañas, la majada ofrece un hermoso y plácido entorno que invita al sosiego; sería un buen lugar para el recogimiento.

Cabaña en Melordaña.

Hace años, desde aquí subimos por la Foz de Filipardo (a la izquierda según llegamos) para alcanzar el collado Cardíu que da acceso a otro mágico lugar, el Bosque de Purupintu, que entonces recorrimos por la parte alta en paralelo a la Xerra los Duernos que cruzamos para bajar a La Felguera y volver por el valle de Enmediu. Habrá que repetirla con alguna variante. En otra ocasión, desde Melordaña subimos por más amplia la canal sur (Becerreda de Melordaña) hasta alcanzar la arista suroccidental de La Carasca, remontando por ella hasta la cumbre. Esta vez no tomaremos ninguno de estos caminos. Seguiremos otro por el ya fuimos también hace años para alcanzar el Campigüeños.

Subiendo por la "foz" de Valloseru.

El lugar es ciertamente muy hermoso, pero no podemos demorarnos más. Subimos por la pradera de la majada hacia el este buscando la preciosa Foz de Valloseru (1300 m). La senda se retuerce y sube por estrecha “foz” y aparecen las primeras manchas de nieve. Las hayas con su hojas recientes contrasta con la blancura de la caliza y el verde oscuro del musgo que lo rellena casi todo. Superada la “foz” se nos abre un valle más amplio donde se ubica otra preciosa “mayá”, la de Valloseru (1440 m). Con sus tejados de llábanas, tiene tres o cuatro cabañas en desuso y ocupa el fondo de un circo encerrado por la peña de La Carasca, el collado Campigüeños y el Xerru Palomar. El circo desagua por la Foz de Valloseru.

Llegando a la majada Valloseru con el collado Campigüeños al fondo.

Superada la majada, avanzamos hacia el sur, en paralelo a una riega y superando un desnivel de 150 metros por una senda que nos deja en el amplio collado Campigüeños (1597 m) con preciosas vistas hacia el este: Tiatordos, Maciédome, Peña Ten, Pileñes y un sinfín de cumbres; el extenso macizo del Campigüeños al noreste (Peña Les Víes o Becerrera de San Pedro) precedido por las peñas Xerru Palomar y Peña Magrera ofrece unas vistas espectaculares con sus manchas de nieve.

Subiendo al Pico Cornielles (La Carasca). Abajo queda el collado Campigüeños. Al fondo a la izquierda el Campigüeños o Becerreda de San Pedro.

La Peña Cornielles (la más alta de La Carasca) queda al sur y remontamos duramente la panda herbosa dejando a la izquierda la casa en ruina de Mondelforco hasta alcanzar las peñas cimeras. Una senda con algunos hitos nos ayuda a superar los escasos metros que nos separan de la cima donde hay una cruz de hierro (1744 m). Ahora también miramos a poniente: muy cerca el Pico la Senda al otro lado del collado Capiella, más allá el Requexón de Valdunes, etc.

Desde el collado Campigüeños: cabaña de Mondelforco, Pico Cornielles (La Carasca). A la izda vemos la colladina por la que bajaremos hacia el otro lado (sur).

Después de reponer fuerzas protegidos del frío viento por unas rocas, descendemos de la peña y nos escoramos a la derecha por la arista de la montaña en dirección a una peña. Queremos descender por la ladera este del collado Campigüeños hasta alcanzar la senda que viene de la majada Piedrafita a los pies de los Fitos del Tiatordos; sin embargo, la espesa cornisa de nieve que cubre todo el collado, hace casi impracticable esta opción. Por eso buscamos las zonas sin nieve.

Pico La Senda y Calláu Capiella desde la cima del Cornielles.

Al llegar a la colladina (1650 m) que forma la arista del Cornielles con la peña, encontramos una senda que desciende por la ladera este entre las altas escobas y entronca con el citado camino cerca Bormanfoyo (1500 m). La buena senda sigue hacia el sur rodeando el Pico los Ladrones y nos deja en el amplio Colláu Capiella (1439 m). Por aquí pasa el PR-AS 64. Si bajásemos por la ladera sur llegaríamos al Collado del Xuacu que nos permitiría llegar a Pendones. Pero nosotros descendemos por la norte siguiendo el valle Capiella con zonas amplias de pastos y otras invadidas por las escobas.

Llegando al Collado Capiella con el Pico La Senda detrás.



Valle Capiella por la que bajaremos. Al fondo Peñas Ordaliega y La Frayada.



En el valle Capiella, cruzando el arroyo Troncáu, dentro del hayedo.

Con tramos de hierba y otras con ralas escobas descendemos por el valle cruzando enseguida el Arroyo Troncáu. Cuando nos internamos en el preciso hayedo volvemos a cruzar y descruzar el arroyo hasta alcanzar la Vega de Busterosu y enseguida Conforcos. Hay casas abandonadas (alguna conserva la numeración) y prados. Dejando atrás la primera cabaña (1080 m), encontramos la senda hitada que va hacia la Foz de Melordaña y la seguimos un corto tramo para ver el arranque de la foz; demasiada agua y húmedos y resbaladizos peñascos.

Cabaña en Conforcos.

Desandamos la senda y llegamos al camino ancho que cruza la extensa majada pasando cerca del refugio de cazadores donde hay un panel informativo. Aquí cerramos el circuito enlazando con el camino que por el valle del río Orlé nos permite regresar a Nozaleda.

Lorenzo Sánchez Velázquez