lunes, 21 de diciembre de 2015

Peña Ordaliega desde Nieves

Perfil de la ruta
Salida y llegada: Nieves en el concejo de Caso 
Distancia: 12.8 km
Duración: 4:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 850 m
Altura Inicial: 740 m
Altura máxima: 1461 m
Fecha de realización: 13/XII/2015
Dificultad: media
Track de la ruta


Mapa de la ruta
Ruta corta para regresar a mediodía. Hace unos años en el primer tomo de “Recorriendo las montañas de Asturias” describí la ruta circular que sigue el PR AS-125 Nieves-Orlé por Llagu Ovia, desde Orlé con la ascensión a los picos La Frayada y El Mayáu. Dejamos a un lado la más modesta Peña Ordaliega también llamada La Llomba con la intención de volver a ella más adelante. Y han pasado cinco años.
Capilla de la Virgen de los Dolores del siglo XVIII.


Para llegar a Nieves nos desviándonos en el km 49 de la carretera AS-17 antes de llegar a Campo de Caso. La carretera pasa por la Foz de Gobezanas y desemboca en la AS-254 cerca de Bueres. Nada más cruzar esta aldea nos desviamos a la derecha hacia Nieves donde llegamos en una mañana fría y soleada con escarcha en las calles y prados. La casona llamada El Palaciu se encuentra en la parte baja del pueblo a la derecha nada más llegar y la capilla dedicada a la Virgen de los Dolores en la zona alta.

Pico Busllar o Tejeira desde la pista de subida al collado Llagu Ovia.

Dejamos el coche en el amplio aparcamiento situado a la entrada del pueblo y nos dirigimos por sus calles en ascenso hacia la Capilla perfectamente señalizada. La pista hormigonada que da continuación a la calle deja a la derecha el antiguo lavadero y remonta entre prados y bosquetes de castaños, robles y avellanos. Después de una amplia revuelta a la derecha alcanzamos el Mayáu la Texera con prados y cabañas en la base del pico La Xerra. Para superar su cresta meridional, la pista da tres cerradas curvas con fuerte inclinación por terreno cuarcítico. Algunas cimas importantes ya se dejan ver hacia el oeste: la extensa cresta del pico Busllar o Tejeira cierra el collado de Arniciu, La Sierra del Crespón, el macizo de Peñas Negras y Peña Mea, La Terralina y el Cuyargayos, Retriñón, el cercano Cerro Piqueru, etc.
La pista faldea la ladera del pico Entrambosllagos después de superar el crestón de La Xerra.

Dejando el pico a la izquierda, el camino faldea la ladera sur del pico Entrambosllagos alcanzando enseguida el collado Llagu Ovia donde queda una charca seca y los restos de la antigua cabaña de la guardería. Las vistas se abren hacia Piloña al norte y se agrandan hacia el sur en el concejo de Caso. Hacia el suroeste y sur encontramos el pico Torres y las sierras de Corteguero y de la Canalina y hacia el norte destaca a lo lejos la Sierra de Peñamayor y cerca la de Aves (pico Vízcares) y el pico Maoñu.
Desde la cima de La Ordaliega vemos el camino recorrido por la cresta de la sierra desde el collado Llagu Ovia, en el centro de la foto. A la izda vemos el Pico Busllar y arriba en el centro La Xamoca.

En este punto abandonamos el camino principal que baja al este hacia Brañanueva y La Felguerina (por él regresaremos). Una senda entre el brezo remonta hacia el sureste la arista de La Llomba (1363 m). Una vez arriba ya vemos la gran peña de La Ordaliega y el tramo llano de la cumbrera nos permite disfrutar de magníficas vistas de Picos de Europa (muy lejos) y de las cercanas La Llambria, Campigüeños, La Carasca, La Senda y el Requexón.
Peña Ordaliega poco antes del collado La Piedra.

Tras el tramo llano, otra corta subida nos deja en el collado de La Piedra a los pies de la Ordaliega (señalar que en algunos mapas se llama Ordaliega al tramo meridional del gran crestón calizo que atraviesa la sierra de norte a sur, llamando La Llomba al pico más alto situado al norte y al que subiremos).
Ladera de subida a la Peña Ordaliega colonizada por tojos y piornos.

Una corta y fácil trepada por una canal con piedra, piornos y cotoyas, señalizada con algunos hitos (cuitado donde se ponen las manos pues el piorno y el tojo son punzantes) nos deja en la cima donde encontramos una cruz de metal con buzón de montaña donde se indica el nombre de la peña (La Ordaliega) y su altura (1461 m). Al otro lado vemos la gran cresta de La Frayada, más allá está el Mayáu, la peña del Cuetón de los Traviesos y gran mole de Los Tornos (Peña Crespa).

Sierra de Aves desde la Ordaliega. Por debajo de la cruz vemos la Horcada Treslasenda en el tramo norte de la cresta de La Frayada.

Desde la Ordaliega vemos el collado Entrepeñes, La Frayada, El Mayáu, Cuetón de los Traviesos (sólo la punta de la peña), Peña Los Tornos. Picos de Europa y Llambria.

El día está despejado y las vistas son espléndidas pero el fuerte viento que se ha levantado hace desagradable la estancia en la cumbre. Bajamos al collado y seguimos las escasas marcas del PR (tan escasas como hace 5 años). El poco marcado sendero nos lleva a superar el crestón calizo por una canalina que nos permite descender, al otro lado, al collado Entrepeñes (o Les Colláes) entre La Ordaliega y La Frayada. Pero en el corto descenso debemos cruzar un pequeño tramo de punzantes cotoyas.
Sigue la panorámica anterior: Llambria, Campigüeños y La Senda.

Como la Horcada Treslasenda, a donde queremos ir, se encuentra casi al final de la cresta norte de La Frayada y debemos descender del collado, buscamos algún atajo. Pero nos metemos de nuevo en otro tramo invadido por la cotoya (mejor habría sido remontar desde el collado siguiendo el cresta de la sierra hasta tocar las verticales peñas de La Frayada y descender pegados a ellas). Rodeando por arriba un profundo barranco, entre punzantes tojos, nos topamos con las peñas y descendemos después, en paralelo, por un tramo de hierba de fácil caminar.
La Horcada Treslasenda permite cruzar la gran cresta de La Frayada para acceder al Monte Moñacos.

La horcada es un paso natural que comunica con el Monte Moñacos. Está empedrado y nos permite enlazar con el camino de bajado que hicimos hace un par de años cuando subimos desde La Pesanca al pico Los Tornos y que ya describí en otra entrada de este blog. Las vistas hacia Los Tornos y el Cuetón son preciosas.
Peña Los Tornos y Cuetón de los Traviesos desde la Collada Treslasenda. Por delante está el Monte Moñacos.

Bajamos al prado con cabaña bien guardada pues tiene rejas en puerta y ventanas y cogemos al otro lado una vertical canal. La canal es preciosa pero tiene muchas hojas secas y hay que asegurar la pisada para evitar un mal resbalón. Abajo hay hayas y acebos y un crestón de roca que superamos con facilidad. Otra zona invadida de cotoyas nos hace descender al camino principal que viene del collado Llagu Ovia y va a La Felguerina.

Después de Treslasenda, cruzamos un prado con cabaña y bajamos por esta preciosa canal.

Estamos muy cerca de esta majada pero queremos regresar pronto. Como la conocemos bien de otras veces decidimos regresar. (Hace unos años, en invierno, viniendo de Riofabar por la Foz de los Maserones, en paralelo a la Sierra del Tallán hasta el collado Colines, Serondu y Brañanueva, estuvimos a punto de hacer noche de manera involuntaria en alguna de sus cabañas; hubimos de regresar ya de noche por la pista del río Infierno).
Dejamos a la derecha la cabaña de Ovia y alcanzamos enseguida la hermosa Brañanueva protegida por las peñas de La Becerrera. Buenos pastos con una fuente de abundante agua son el sustento de esta fotogénica braña. Más adelante, el camino cruza el arroyo Serondu y el crestón que baja de la Ordaliega; éste forma con La Becerrera un único accidente orográfico calizo y ambas crestas están separadas por la Foz de Serondu.
Majada de Brañanueva.

El Valle de Serondu se extiende hacia el norte hasta el collado Colines a los pies de la Sierra del Trallán, pero nuestro camino se dirige en ascenso a poniente para enlazar enseguida, en el collado Llagu Ovia, con el camino por el que vinimos. Un rápido descenso por la pista hormigonada nos deja de nuevo en Nieves.

Lorenzo Sánchez Velázquez



lunes, 14 de diciembre de 2015

Pico Cuchu y Sierra Magrera. Circular desde Pelúgano

Perfil de la ruta
Salida y llegada: Pelúgano
Distancia: 19.5 km
Duración: 7:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1350 m
Altura Inicial: 580 m
Altura máxima: 1646 m
Fecha de realización: 5/XII/2015
Dificultad: media
Track de la ruta

Mapa de la ruta

Nota: El camino que seguimos para alcanzar el collado Rueses situado en la base del Cuchu contiene tres variaciones sobre la pista ancha que sube desde Entrepeñes. No las aconsejo. Discurren por caminos antiguos bastante perdidos o atravesando prados o algún crestón. Aunque parezcan más directos, la pista ahorra tiempo y esfuerzo. En cambio, el cresteo por la Sierra Magrera y el descenso desde La Forcá son las mejores opciones.

Nos acercamos a la aldea de Pelúgano (Pechuno) en el concejo de Aller después de desviarnos de la AS-253 en Levinco y aparcamos en el centro al lado de la Ermita de San Pedro. Pretendíamos hacer una ruta circular subiendo a los picos Cuchu o Cueto Santibáñez y La Forcá pero el tiempo perdido en la subida nos impidió alcanzar la segunda cima. Y aunque hay una buena pista que sube de Entrepeñes hasta el collado Rueses, en la base del Cuchu, buscamos algunos caminos antiguos que atajan la larga aproximación; unos los encontramos en uso y buen estado pero otros están abandonados.
Ermita de San Julián, con las primeras luces del día bañando Peñas Negras, al fondo.

Salimos del pueblo (580 m) por la calle que va hacia el este y deja a la derecha una pista deportiva. Cuando terminan las casas, la calle se divide en dos caminos: el de la derecha, que seguimos, baja a la pista rodada que viene de Entrepeñes; por el de la izquierda regresaremos.
          Entre prados y bosquetes, el camino baja hacia el sur dando después una gran revuelta hacia el este hasta enlazar con la citada pista (528 m). Enseguida llegamos a la pequeña y fea Ermita de San Julián cruzando unos metros más adelante el Arroyo de San Julián (505 m) por un puente. La pista continúa paralela al reguero (y nosotros debimos seguir por ella), pero la abandonamos siguiendo un camino ancho a la derecha que sube con rapidez. Vira bruscamente a la izquierda y continúa hacia el este entre hermosos robles y castaños para adentrase después en un profundo barranco entre prados a los que no podemos acceder, tan profundo es el barranco y verticales las paredes. Sólo nos queda continuar hacia delante hasta situarnos a la altura de los prados y enlazar más arriba con una senda que ahora en llano nos lleva a la pista principal (713 m).
Camino ancho después de cruzar el arroyo y antes de adentrarse en un profundo barranco.

Una cómoda subida por el camino rodado nos lleva hasta La Robla (958 m). Aquí decidimos de nuevo abandonarla para atajar (segundo error). Cogemos el camino de la derecha que, aparentemente, tiene mejor dirección y pronto nos damos cuenta que no es el bueno. Por no retroceder, atravesamos un prado y un helechal muy inclinados alcanzado la citada pista a la que nos acogemos más arriba (1075 m). Pronto llegamos a una collada que en unos mapas llaman La Robla y en las ortofotos Praos de Penota (1112 m). Por encima de las cabañas vemos la Sierra de la Magrera entre la gran mole del Cuchu a la derecha y las dos peñas de La Forcá a la izquierda.
Cabaña en La Robla con el Cuchu, la Sierra Magrera y la Forcá al fondo.

El camino ancho llanea un corto trecho y sube en medio del precioso bosque hasta alcanzar la cercana Cochá Cuartes (1168 m) que nos abre definitivamente el frente sur. Entre los Picos de la Liebre y el Estorbín hasta el pico Torres, desfilan nevados ante nuestros ojos Peña Celleros (en León), Laguna y Morgao, Peña Redonda, Jeje, Nogales y Pico Fuentes que forman la Sierra de Fuentes de Invierno; y Agujas y Toneo por encima de la Sierra del Ajo, entre otras muchas montañas.
Desde la Cochá Cuartes: entre el Estorbín (izda) y los Picos de la Liebre (dcha).

Al otro lado del collado bajamos un poco hasta una bifurcación: la pista de la derecha, que no seguimos, baja hasta Santibáñez de la Fuente cerca de Collanzo, mientras que nuestro camino, a la izquierda, se sitúa de nuevo sobre la cordal en Cotrisquéu. La pista rodea el Monte Ocozios (nombre sacado de las ortofotos) por la izquierda y, como supone un descenso de unos 50 metros, decidimos seguir por la cumbrera. Rodeamos un primer crestón por la derecha (cae vertical a la izquierda) cruzando un prado abandonado con una cabaña en ruina. Otro espolón rocoso más largo y agreste nos hace descender a la derecha hasta dar con un antiguo camino empedrado que lo supera fácilmente más adelante. De nuevo habría sido mucho más cómodo seguir por la pista, pero he de reconocer que esta variante ha sido entretenida y vistosa.
Por el Monte Ocozios con el Cuchu al fondo. Se ve a la izquierda el 2º crestón que nos hizo descender unos metros.

Finalmente alcanzamos el cruce de caminos situado en la collada Rueses (1212 m) donde hay abundantes cabañas y prados en uso. La pista principal viene de Entrepeñes (por donde debimos llegar) y lleva al cercano collado Acebu finalizando en los Mayáos de Champes. Otros caminos secundarios llevan a las cabañas y prados cercanos.

Peñas Negras desde el Collado Rueses. Se ve la empinada canal por la que subimos el año pasado. A la izquierda vemos el collado Pelúgano.

Pico Cuchu desde la Collada Rueses. Hacia la derecha está la Cabaña Barrero.

A pico con el camino principal sube otro menos importante que lleva a la cabaña Barrero (1251 m) a los pies del Cuchu. Aquí cogemos a la izquierda la senda que faldea en ascenso la ladera del Cuchu hasta alcanzar la arista occidental que baja de la Sierra Magrera (1310 m). Virando al este, seguimos en paralelo a la arista para rodear por la derecha dos crestones y situarnos después en el lomo de la sierra muy cerca de las cabañas en ruinas del Cueto (1541 m). El afilado Pico Bermeyo queda a la derecha muy cerca de la cumbre. Remontamos una dura panda de hierba que nos deja en la antecumbre a unos pasos, entre el brezo, de la cima (1646 m). Una vieja y oxidada cruz de hierro con buzón de montaña sujeta por piedras corona esta magnífica atalaya.
Cima del Cuchu. Vemos la gran mole del Retriñón. Debajo de la cruz vemos el pico Torres.

Todas las grandes cumbres entre las Ubiñas y los Picos de Europa están a la vista; solo la enorme y cercana mole del Retriñón nos oculta algunas al sureste. A las antes citadas se añaden, por el oeste, las Ubiñas y, por el este, Los Tornos, Llambria, Campigüeños, Picos de Europa, Tiatordos, entre otros. Y por encima de la cresta del Retriñón vemos Maciédome, Pileñes y Peña Ten. Mucho más cerca continúa la Sierra Magrera que finaliza en La Forcá, y al noroeste, la gran mole que forman Peñas Negras y Peña Mea. También al norte vemos Peñamayor y la Xamoca. Estas son algunas de las muchas montañas que desde aquí se divisan. Disfrutando de estas magníficas vistas nos tomamos un tiempo para descansar y reponer fuerzas.

Picos de Europa por encima del Tiatordos (con zoom).

Sierra Magrera que crestearemos y pico La Forcá en cuya base está el collado Veraniegu.

Aunque ya es un poco tarde y no podremos ascender a La Forcá, decidimos continuar la ruta recorriendo la Sierra Magrera hasta la base de la Peña. Primero retrocedemos hasta el Cueto, después cruzamos un pequeño crestón y seguimos por la cumbrera de la sierra completamente invadida por brezo con la ayuda de una senda que supera dos montículos y el collado los Abedules (1478 m) y finalmente subimos otro montículo (1534 m) de nombre desconocido para bajar, entre brezo, al collado Veraniegu o Colladiella (1471 m) a los pies de La Forcada (La Forcá).
         Son las 4 de la tarde y el Sol se oculta a las 6; no queda tiempo para alcanzar esta última cumbre. La senda faldea en descenso la ladera occidental de la doble peña y nos lleva al extenso collado de La Pandiella. Mientras bajamos por la senda vemos los chalecos reflectantes de unos cazadores en sus puestos a lo largo del collado esperando al jabalí. Unos tiros dirigen nuestra mirada hacia la ladera sur del Alto la Pandiella en el valle de San Julián por donde huye un gran jabalí de piel oscura. Esta vez se ha librado. La jauría baja tras él pero no consiguen sacarlo hacia los cazadores; seguirá valle abajo escondido entre la maleza. Una vez en el collado (1276 m), un cazador nos dice que vienen de Laviana (concejo situado al otro lado del collado).
Restos de cabañas en el collado La Pandiella. Al fondo las dos peñas de La Forcá.

Una cabaña y los restos de una cuadra construidos con cuarcitas de la zona aún quedan en pie. Por la senda, en diagonal, faldeamos en descenso entre cotoyas al principio y brezos después (terreno cuarcítico), con los cazadores en sus puestos en lo alto del collado y los perros tras el jabalí en el fondo del valle. Menos mal que no salió ninguno, podríamos estar en la línea de tiro.
          La senda continúa por el brezal, cruza el collado Cavero (1160 m) en una de las aristas de la montaña para descender rápidamente en unas cortas revueltas que pasan al lado de una peña hasta cruzar un reguero que baja entre cuarcitas. Otro tramo de ligero descenso nos lleva hasta un pequeño y hermoso hayedo en uno de los tramos más bonitos de la ruta. Superado el bosque, llegamos a las cabañas de Cavero (943 m) donde hay una “original” fuente con vasos, botellas y estanterías.
Original fuente en la majada Cavero.

La senda se ha convertido en camino ancho apto para vehículos todoterreno y los prados, cabañas en uso y bosquetes de robles y castaños se alternan. Seguimos bajando hasta la Collada de Cochaceos (890 m) mientras faldeamos la ladera sur de Peñas Negras y Peña Mea y más adelante hasta la Collada Cabeu (900 m). Un rápido descenso nos lleva a la majada de Almayor (755 m.) donde continúan las cabañas y prados de siega.


Vista atrás desde Cavero. La Sierra Magrera está al fondo entre La Forcá y el Cuchu.

Camino ancho entre prados y bosques poco antes de cruzar el arroyo Moradiechas.

Después, en un recodo del camino, cruzamos el cauce del arroyo Moradiechas y alcanzamos la majada de Grandegrande (738 m.) donde las murias de piedra y el arbolado cierran los prados y cabañas que flanquean el camino. Encontramos una fuente con abrevadero del ICONA al lado del camino y, más adelante, en la bifurcación, tomamos el camino de la izquierda que nos lleva directamente a Pelúgano. El de la derecha da un pequeño rodeo por el Barrio Alto antes de acercarnos de llegar a la Ermita de San Pedro en el barrio bajo.


Lorenzo Sánchez Velázquez

sábado, 28 de noviembre de 2015

Picos Cabeza la Verde y Julagua. Majadas de Las Bobias, Ario, Vega Maor, Arnaedo y Belbín.

Perfil de la ruta
Salida y llegada: Lago Ercina
Distancia: 20.5 km
Duración: 7:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1200 m
Altura Inicial: 1120 m
Altura máxima: 1720 m
Fecha de realización: 20/XI/2015
Dificultad: media
Track de la ruta



Mapa de la ruta desde Lago Ercina por Las Bobias a Vega de Ario y regreso por Vega Maor y Belbín


El tapiz verde donde se asientan las majadas de los Picos de Europa, está siempre rodeado por blancas calizas que le sirven de contraste para producir un bellísimo conjunto tan sólo superado por las fotogénicas estampas de los famosos lagos y las impresionantes y afiladas cumbres.
Esta ruta circular pretende visitar algunas de estas majadas y ascender a un pico menor que ofrece a cambio unas vistas formidables de la garganta del Cares y de las impresionantes montañas que la cortejan desde los Urriellos y el Cornión.
Vista atrás del Lago Ercina. A la izquieda y al fondo vemos el pico Cotalba.

Comenzamos la ruta en el aparcamiento del Campo la Tiese (1120 m) junto al Lago Ercina siguiendo la ruta de pequeño recorrido del Parque Nacional de los Picos de Europa PR PNPE-4, que va hasta Vega de Ario. A la derecha va quedando el lago cuando pasamos junto a la solitaria cabaña de La Veguina que da paso a Vega Vieya con varias cabañas y unos árboles algo alejados de la senda y a la izquierda. Un corto tramo siguiendo el curso de la Riega del Brazu nos lleva a la subida por la Cuenye las Bobias mientras dejamos a la derecha las preciosas hayas que cubren en parte la Xerra las Bobias. Alcanzado el collado (1293 m), el camino desciende a la pradera donde se encuentra la majada de Las Bobias. Varias cabañas en uso, otras en ruina total y unos pocos árboles en medio del prado rodeado a su vez por crestas, peñas y montañas de blanca caliza, confieren a esta y a otras majadas de Picos un encanto especial. Siguiendo el sendero, al final de la majada y entre unas peñas, encontramos la fuente y el pilón de La Canaleta que tiene agua durante todo el año.
Majada de Las Bobias.

Superado un pequeño crestón, avanzamos en llano mientras admiramos a la izquierda, en el fondo de un pequeño valle, la majada La Rondiella; un remanso de tranquilidad apenas perturbado por las esquilas de las ovejas y las vacas.

Ovejas en la majada Rondiella o Redondiella.

Cabezas del Covu, la Verde y Llambria desde el Collado El Jitu.

Cruzado el arroyo, remontamos duramente la cuesta de Las Reblagas que nos lleva primero al Llanu los Jitos, después al Valle de las Campizas y Las Abedulas. Siempre subiendo, el sendero discurre por un terreno mixto de hierba y piedra en medio de un paisaje rocoso, casi sin vegetación. Una última y empinada cuesta nos deja en el Colláu El Jitu (1643 m) donde una meseta circular de orientación nos señala los picos más importantes.




De izda a dcha: Cuvicente, Peña Blanca, Robliza y Verdilluenga

El paisaje es espectacular: de las grandes cumbres de los Urriellos apenas nos separa el tajo del Cares, mientras, a la derecha, desfilan algunas de las más imponentes cumbres del Cornión: Jultayu, Cuvicente, Peña Blanca, Robliza, Verdelluenga, Los Cabrones, etc. A la izquierda de los Urriellos, pero en el Macizo Occidental donde nos encontramos, ya vemos las modestas montañas (comparadas con picos antes citados) que serán nuestros objetivos: Cabeza del Covu, Cabeza la Verde y Cabeza Llambria. Un poco más adelante, cuando rodeemos Cabeza la Forma para acceder a la Vega de Ario, veremos el Cabeza Julagua.
Torre de Santa María (con teleobjetivo).

El camino nos conduce a la extensa pradera de Vega de Ario y, una vez en ella, nos dirigimos a las cabañas (1610 m) protegidas por el pico Cabeza Covu y situadas al borde mismo de las canales que se precipitan al Cares. Algunas están en ruinas con los tejados vencidos, pero otras aún se conservan y están en uso. Vemos las señales que llevan a vertical Canal del Trea por la que bajé hace ya demasiados años y a la que habrá que volver y al pico Jultayu.
Las cabañas de la Majada de Ario están en la base del Cabeza del Covu. A la derecha Cabeza la Verde.

Remontamos la pedregosa ladera del Covu buscando las franjas herbosas que nos ayuden en la progresión. Cerca de la cumbre, nos asomamos al precipicio del Cares que se descuelga por el Valle Extremero y al poco alcanzamos la cima (1710 m). Un fuerte viento nos hace apurar las espectaculares vistas. Y para alcanzar el pico Cabeza la Verde, descendemos por la arista oriental y rodeamos un crestón por la izquierda. Una abundante manada de rebecos de oscuro pelaje nos observa unos instantes y emprende veloz huida. Alcanzamos una colladina que nos deja en la antecima herbosa a unos pasos de la cima del Cabeza la Verde (1719 m). Desde este punto obtenemos la mejor perspectiva del día por la cercanía a la Garganta del Cares y las cumbres que la rodean.
La Garganta del Cares desde Cabeza la Verde. El camino se distingue en la parte inferior. Abajo y a la izquierda se intuyen los pastos de Ostón. En la parte superior derecha vemos la Sierra de Cocón (Cueto Cerralosa).

Los prados de la Majada de Ostón aparecen como una balconada sobre el Cares cuya famosa ruta tenemos a vista de pájaro. El frente norte está cerrado por las crestas que van de La Peña el Jascal al Cabezo Llerosos. Pero lo más espectacular lo vemos al sureste. Las grandes cumbres del Macizo Central a tiro de piedra, apenas separadas por la “garganta divina”: Cuetos del Trave, Dobresengros, Cabrones, Torrecerredo, Torre Celada, Torre de la Palanca, Llambrión, etc. Al oeste las cimas del Cornión a las que aludimos antes: Jultayu, Cuvicente, Verdelluenga, etc. El viento arrecia y hace frío; aún así apuramos el tiempo para disfrutar de la enorme visión.
Macizo Central desde Cabeza la Verde: Cuetos del Trave, Neverón, Dobresengros, Los Cabrones, Torrecerredo, etc.

Entre el Jascal a la izquierda y el Cabezo LLeroso a la derecha. Vega Maor no se ve pero está a la izquierda de la foto hacia el centro.

Proseguimos la ruta desandando hasta Cabeza del Covu. Y en lugar de bajar hacia Ario y soportando el duro vendaval, continuamos por la arista de la sierra hacia el cercano Cabeza Julagua (1720 m) que envuelve por el este la Vega de Ario. El pico está más cerca del refugio y tiene peores vistas; aún así son impresionantes.
Arista que recorreremos desde el Cabeza la Verde, pasando por el cercano Cabeza del Covu hasta el Cabeza Julagua que vemos a la derecha.

Bajamos por la ladera occidental que nos lleva a los paneles solares que dan servicio al refugio y, un poco más abajo, al mismo refugio (1620 m) que está cerrado. Protegidos por la pared sur, nos sentamos en los bancos de las mesas de merendero desde donde tenemos, además, unas maravillosas vistas de los Urrielles. Disfrutando de tan formidable espectáculo, damos cuenta de unos bocadillos acompañados de unos tragos de vino de la bota.
Vega de Ario y refugio. A la derecha que no se ve queda Cabeza Julagua.

Una vez terminamos de comer, reanudamos la marcha tomando la senda que sale detrás del refugio y va hacia el noroeste. Está perfectamente hitada y transcurre por un terrero mixto de piedra y franjas de hierba. Primero nos lleva por los Jous del Ario dejando a la derecha el pico Cabeza las Campanas, después nos introduce en una estrecha y corta canal que baja fuertemente al Colláu Moandi (1510 m) donde vira al este para descender finalmente por una zona menos inclinada y con más hierba hasta la hermosa Majada de Moandi (1460 m). Encontramos una sola cabaña perfectamente restaurada a los pies de los farallones verticales que caen de Cabeza las Campanas; otras, al otro lado de la vega, están en ruina completa.

Canal que baja al Collado Moandi (no se aprecia su inclinación).

Cabaña en la Majada Moandi y los farallones que caen de Cabeza las Campanas.

La senda vira al noreste para alcanzar el cercano Colláu Les Cuerres (1450 m). Un poco más adelante vemos muy abajo los pastos de Vega Maor. Como ya indiqué, la senda está perfectamente hitada; sin embargo, hay que prestar atención en este punto porque fuera de la senda el lapiaz y los cortados pueden complicarnos.
Desde el collado Las Cuerres, muy abajo, vemos Vega Maor. El Cabezo Llorosos se ve arriba en el centro.

Los hitos dan un giro brusco a la derecha (al este) haciéndonos pasar entre dos peñas que dan acceso a una estrecha y pedregosa canal que baja fuertemente hasta una primera cubeta (1300 m). Después, el descenso continúa con menor inclinación hasta llegar a los pastos de Vega Maor (1230 m) donde encontramos algunas cabañas en uso y otras en ruina. Casi todas están protegidas por una alargada peña que divide la vega en dos. Los abundantes excrementos dan fe de la amplia cabaña ovina que hubo durante el verano y el otoño; hace pocos días que han bajado el ganado. Al suroeste, el farallón por el que hemos bajado impresiona mientras que, al este, el valle avanza y con él el sendero que va a la Majada de Ostón. En dirección contrario se encuentra la vallina que debemos superar para proseguir la ruta.
Bajada aproximada desde el collado Les Cuerres hasta la primera cubeta antes de llegar a Vega Maor.

Cabañas en Vega Maor. En el centro de la foto y arriba queda la zona por donde hemos bajado desde el collado Les Cuerres.

Desde Vega Maor vemos el collado de Xerra Buena hacia donde nos dirigimos.

Nos dirigimos hacia el oeste, y después de cruzar los extensos pastos, emprendemos otra dura subida que nos deja en el Colláu Xerra Buena (1427 m). Al otro lado se nos ofrece a la vista la magnífica Majada de Arnaedo (1270 m) situada en una hermosa vega salpicada de peñas.
Majada de Arnaedo. El camino rodea la peña por la izquierda.

Bajamos, la cruzamos, y mientras continuamos el descenso por Las Ingiestas, disfrutamos de la magnífica vista de la Majada de Parres situada en un cuenco herboso cerrado al otro lado por el Pico Parres. La visión a la caída de la tarde es realmente hermosa.
Majada de Parres al atardecer.

Seguimos bajando hasta otra vaguada sin cabañas a la vista y, una vez cruzada, el camino nos lleva por Los Cuencos y la Vega La Güelga dando después un amplio rodeo a la izquierda para dejarnos en la más hermosa de todas, la Majada de Belbín (1052). En uso todo el año, con abundante cabaña ganadera, llegamos a la hora en la que las ovejas y cabras acuden a la llamada del pastor (literalmente) bajo el atento resguardo de los mastines. Algunos fresnos dan sombra y ramas, y las cabañas casi adosadas a las peñas del Cuetu Lobu, dan una preciosa y bucólica imagen.

El rebaño de ovejas regresa a la Majada de Belbín al caer la tarde.

Cruzamos la majada para tomar la pista que enseguida nos alza al collado Llomba Cangas (1144 m). Para no rodear, abandonamos la pista siguiendo una senda que en llano nos devuelve entre dos luces al Campo la Tiese junto al lago Ercina.

Lorenzo Sánchez Velázquez