lunes, 22 de diciembre de 2014

Ruta del Nalón entre Peñaflor y Beifar con subida a El Peñón

La Ruta del Nalón recorre de sur a norte el concejo de Candamo siguiendo a distancia el curso bajo del río por su margen derecha. En esta larga caminata, encontraremos un puente con historia, varias ermitas y palacios, aldeas con casas solariegas y hórreos antiguos y, en un desvío, alcanzaremos la cumbre de El Peñón en cuya ladera se encuentra la Cueva de la Peña de Candamo declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco. El paisaje, modelado por el hombre, apenas deja ver algo de la vegetación autóctona en las riberas de los ríos y arroyos quedando el resto salpicado de aldeas y prados, pinares y eucaliptales.

Salida: Puente de Peñaflor (Concejos de Grado y Candamo)
Llegada: Beifar (Concejo de Pravia)
Distancia: 21,3 km
Duración: 6:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 730 m
Bajadas acumuladas: 780 m
Altura Inicial: 65 m
Altura Final: 20 m
Altura máxima: 265 m
Fecha de realización: 14/XII/2014
Dificultad: baja (excepto la subida a El Peñón)
Track de la ruta
  





















Descripción
Al Puente de Peñaflor sobre el río Nalón llegamos por la autovía A-63 tomando la salida de Grado y siguiendo 1 kilómetro por la N-634. El citado puente, construido en el siglo XII y reconstruido varias veces a causa de las riadas, tiene una gran importancia histórica pues desde el principio fue paso obligado del Camino de Santiago permitiendo, además, el acceso a Castilla por el Camino Real de la Mesa. En él se produjeron dos importantes batallas contra las tropas napoleónicas en 1809 y 1810 y fue defendido por las tropas franquistas al comienzo de la Guerra Civil para mantener la comunicación de Oviedo con Galicia.

Los helechos y algunos castaños y robles medran bajo los pinos.


Dejamos el coche en la margen izquierda del río y comenzamos la caminata cruzando el antiguo puente. Al otro lado, encontramos el panel informativo de la ruta (PR AS 261) y una portilla metálica que da acceso al ancho camino que se dirige al norte entre los pinos dejando a la derecha el Reguero la Vara. En suave subida, pasamos al lado de las instalaciones de una antigua mina, continuando más allá hasta una cerrada curva a la izquierda que nos encamina al sur. Los helechos, ahora secos, crecen bajo los pinos mientras algunos castaños y robles medran allí donde pueden dejando el suelo cubierto de hojas marrones. Rodeando el pico Cotaniello, el camino forestal sale del pinar y desciende a la aldea Cuero en el concejo de Candamo. Abajo, el Nalón, crecido hasta el borde por las fuertes lluvias de los últimos días, dibuja su grueso trazo marrón, mientras al otro lado se extiende la fértil vega de Grado. Cruzamos la aldea siguiendo las marcas del PR que se olvidan de la carretera y nos mandan por un camino hormigonado hacia los barrios de Omeo y Agüera para desembocar después en la AS-235. La dejamos pronto para tomar otro camino que nos lleva a la parroquia de Murias. Allí cruzamos el río Deli poco antes de su desembocadura en el Nalón y continuamos por un camino paralelo a la carretera que nos permite subir hasta Grullos, capital del concejo de Candamo. Los regatos van crecidos aportando un abundante e innecesario caudal al río.

Ermita de San Pedro Mangón.

Nos encontramos cerca del Ayuntamiento, de nuevo en la carretera, al lado del panel que informa sobre la segunda parte de la ruta Grullos-Beifar. Las marcas abandonan ahora la carretera y nos dirigen por una calle, a la derecha, que pasa al lado del Palacio de los Cañedo construido en el siglo XVIII. Tiene tres plantas, la última con corredor, y escudo. En los edificios anexos apreciamos la capilla, las cuadras y las viviendas de la servidumbre.

Ermita de San Roque en San Román.

Por un camino ancho y empedrado que rodea la larga tapia del palacio y cruza más adelante la carretera, descendemos a la aldea de Candamín, donde atravesamos definitivamente la carretera. En el último tramo, el fuerte descenso por la pista de hormigón antiguo cubierto de verdín, lo hacemos con cuidado para evitar resbalones.

En la pequeña aldea, el camino de tierra por el que sigue la ruta sale entre unas casas después de cruzar una portilla metálica que aparenta ser el cierra de una finca privada. Continúa entre dos prados, al principio en llano, para subir después fuertemente hasta la ermita de San Pedro Mangón. El correspondiente panel nos informa que data del siglo VIII y que a ella acudía el rey Silo desde Pravia a oír misa. Tiene un atrio que fue sede de la primera escuela que hubo en el concejo.
 
Otro camino ancho de tierra nos envía ahora hacia el este dejando a la izquierda un prado transformado en pista de entrenamiento para motocross. San Román nos recibe con la pequeña y recién restaurada Ermita de San Roque. Descendemos por sus callejuelas apreciando desde lejos el níveo Palacio de los Valdés Bazán y el pico Peñón coronada por una cruz, al norte de la aldea. En su ladera occidental se encuentra la Cueva de la Peña de Candamo incluida en 2008 en la lista del Patrimonio de la Humanidad de la Unesco por sus importantes pinturas rupestres. Aunque era conocida por los habitantes de la zona, su descubrimiento oficial se produce en 1914 cuando el Catedrático de Geología de la Universidad Complutense Eduardo Hernández Pacheco y el Conde de la Vega del Sella Ricardo Duque de Estrada identifican las pinturas y grabados.

San Román desde El Peñón.

Fortificaciones republicanas en El Peñón.

Como se yergue altivo dominando la aldea, y aunque sabemos que la cueva está cerrada al público y las nubes nos impedirán obtener buenas vistas, decidimos hollar su cumbre. Subimos por la carretera que lleva a la cueva que, como esperábamos, encontramos cerrada. En el corto camino de acceso desde el aparcamiento vemos una senda que parece llevar a la cumbre de El Peñón. Son 60 metros de dura subida que las lluvias de los últimos días complican: deslizantes tramos embarrados al principio dan paso a otros de hierba mojada igualmente resbaladiza con abundante maleza que tampoco ayuda. Finalmente nos encaramos en la planicie de la montaña donde encontramos, además de la cruz que veíamos desde abajo, los restos de búnkeres y defensas republicanas de la Guerra Civil.

Nos tomamos un respiro para reponer fuerzas e inspeccionar el entorno viendo si hay algún modo mejor de bajar. Al no encontrar otra alternativa decidimos descender por la misma senda extremando el cuidado. Al llegar a la cerrada curva de la carretera, continuamos de frente hacia la aldea de Espinosa pensando que así acortaríamos algo la ruta. Como este tramo no lo tenemos preparado, no sabemos si hay un camino que comunique Espinosa con Santoseso. Finalmente decidimos regresar a San Román y seguir el trazado del PR. Después, comprobamos en los mapas que ambas aldeas están unidas por un buen camino.

Iglesia de San Román

El Peñón desde cerca del cementerio de San Román.

Pasamos al lado de la iglesia parroquial que, como casi todas de la zona, está pintada de blanco. Más adelante dejamos a la izquierda el cementerio donde el camino asfaltado se transforma en camino estrecho de tierra. Discurre este por una zona arbolada en paralelo a la carretera AS-236 y cruza el Arroyo del Reguerón por un buen puente de piedra. Después sube entre prados cerrados por murias de piedra y avellanos hasta desembocar precisamente en la pista que viene de Espinosa. A la derecha queda una finca con algunas piedras donde estuvo la ermita de Santa Clara. Enseguida alcanzamos la aldea de Santoseso cuya iglesia y cementerio dejamos también a la derecha. Continuamos unos metros de nuevo por la carretera hasta el final de la aldea donde la abandonamos definitivamente para tomar a la derecha una pista forestal. Entre eucaliptos, en paralelo a la susodicha carrera, llaneamos un corto tramo para descender finalmente a la plaza nueva de Beifar donde encontramos casas antiguas en venta o alquiler.

Casas y hórreos en Beifar.

Cruzamos la carretera y descendemos por sus callejuelas flanqueadas por casas antiguas y hórreos bastante bien conservados hasta la estación de FEVE donde consultamos los horarios con la idea de regresar por tren a Peñaflor. Como falta más de una hora para que pase el próximo convoy, decidimos llamar un taxi de Pravia que se presenta en 5 minutos y lleva a los conductores al puente de Peñaflor donde estacionamos los vehículos por la mañana.

Lorenzo Sánchez Velázquez

domingo, 7 de diciembre de 2014

Pico Monegro desde Taja


Salida: Taja (Concejo de Teverga)
Distancia: 15,5 km
Duración: 4:00 h (sin contar paradas) 
Subidas acumuladas:
730 m
Altura Inicial: 970 m
Altura máxima: 1483 m 
Fecha de realización:
29/XI/2014
Dificultad:
baja
Track de la ruta



Descripción
Día de lluvia y niebla. El plan inicial consistía en salir de la aldea tevergana de Taja (Taxa) para alcanzar la Vega de Cueriu por la pista hormigonada, donde enlazaríamos con el llamado Camín Francés hasta el Alto de la Casa, continuando después un corto tramo por el de La Mesa, desviándonos más adelante por el de La Bustariega y alcanzar la cima del pico Monegro. En la segunda parte del recorrido pretendíamos regresar hasta Cueiru para ascender al cercano pico de La Berza y continuar cresteando por La Corona hasta llegar al más alejado Picu Redondu regresando a la Vega de Cueiru por el Camín Francés y de allí a Taja. Sólo pudimos hacer la primera parte del recorrido entre el orvallo y la niebla; vista ninguna y humedad mucha.

Taja (Taxa).

Ruinas de cabañas en Cueiru.

En Taja finaliza la carretera TE-3 que, saliendo de Entrago, pasa por las aldeas de Santianes, Campiello y Urría. Dejamos el coche al lado de la parada del autobús donde un poste de señalización nos indica el camino que lleva a los puertos de Cueiru. La pista hormigonada sube fuertemente primero hacia poniente y después hacia el norte, dejando a ambos lados fincas y prados como los de Falguera, el Rozu (donde hay una buena cabaña en perfecto uso), Cabanielles y Piedra Palomba (con varias cabañas en uso). Arriba enlaza con el Camín de Cueiro a Santo Adriano también llamado “Camín Frances”. Nos encontramos en la rica y amplia Vega Cueiru salpicada por las ruinas de numerosas cabañas de las que apenas dos quedan en pie. Sin embargo los pastos siguen siendo abundantes y la extensa cabaña ganadera que sube aquí en verano mantiene a raya a la escoba y la cotoya. La gran pradera se dirige hacia el oeste, enlazando por el norte y el este con la Veiga’l Práu y Vicenturu, situada ésta última a los pies del Picu Redondu.

Por Vega Cueiru

La pista de tierra avanza por la vega, mientras que, hacia el final, el camino antiguo, empedrado, discurre en paralelo unos metros por encima. Poco antes de enlazar con el Camino Real de la Mesa a los pies del pico La Berza, pasamos junto a una cabaña en perfecto estado; estamos en la zona de Pousa’l Sal donde encontramos un tramo con el primitivo empedrado. El día sigue igual: la llovizna y niebla que no nos dejan ver nada.

Un kilómetro de fácil transitar por el Camín Real de La Mesa nos lleva hasta el collado de Cuendia La Celá, donde dejamos al camino real continuar una suave ascensión por la pradera hasta el collado Tartulla y más allá al Puerto de San Lorenzo. El nuestro continúa por el ramal de la derecha que baja a la aldea de somedana de Bustariega. En esta zona convergen los concejos de Grado, Belmonte de Miranda, Teverga y Somiedo.

Vértice geodésico en el Monegro

Antenas en el pico Monegro.
  
Enseguida encontramos un depósito de agua circular construido recientemente para proporcionar agua a los servicios de extinción de incendios y otro camino que sigue de frente. Seguimos a la derecha dejando el depósito a la izquierda. La niebla lo envuelve todo y no vemos ni el cercano pico Monegro, nuestro objetivo. Una corta subida nos deja en el Cocháu las Pandiechas a los pies del Monegro. El camino ancho de tierra desciende a la cercana aldea de Bustariega a la vez que otro camino, que sale a la derecha en una zona herbosa, se retuerce dando ocho revueltas para ascender al Monegro. En la cima encontramos, junto al vértice geodésico, las antenas que la coronan y que desde muy lejos nos permiten identificarla. La persistente niebla nos envuelve y la visibilidad es muy reducida. Me remito a las descripciones y fotografías panorámicas del libro "Recorriendo las montañas de Asturias II" en el capítulo dedicado al cercano Pico Redondu.

Prados y bosquetes cercanos al Cantu la Mesnadorio, cerca de Taja.

Hórreo y castaño podado en Taja.

Fuente y lavadero en Taja.

Como el día no daba muestras de cambiar y dado que la subida a La Berza y el posterior cresteo debíamos hacerlos entre el brezo y la escoba mojados, decidimos regresar por el mismo camino. Hacia las dos de la tarde, cuando dejábamos atrás la Vega de Cueiru, dejó de llover y pudimos comer al abrigo de una cabaña. Las nubes siguen ocultándonos las cumbres, mientras se retiran de los valles para ofrecernos un hermoso paisaje otoñal con sus bosques, praderas y peñas donde alteran los tonos ocres de las hojas con el verdor de los prados y los grises de las rocas.

Lorenzo Sánchez Velázquez

martes, 25 de noviembre de 2014

Travesía de Tarna a Pendones por Vega Baxu y Bustantigu


Salida: Tarna (Concejo de Caso)
Llegada: Pendones (Concejo de Caso) 
Distancia: 13 km
Duración: 5:00 h (sin contar paradas) 
Subidas acumuladas:
850 m
Bajadas acumuladas: 1120 m 
Altura Inicial:
1000 m
Altura Final: 750 m 
Altura máxima:
1506 m 
Fecha de realización:
22/XI/2014
Dificultad:
media
Track de la ruta

Mapa: Tramo Tarna-Vega Baxu
Mapa: Tramo Vega Baxu-Pendones













Descripción
El Camino real del Sellón (GR 102.2) arranca en el puerto de Tarna y finaliza en la aldea de Tozo, la más septentrional del concejo de Caso. Conserva tramos del primitivo empedrado romano cerca del pico Facéu en la Sierra del Sellón como ya describimos en el libro Recorriendo las montañas de Asturias y discurre por las aldeas y majadas de Tarna, Vega Baxu, Pendones, Bezanes, Soto de Caso, Campo de Caso y Govezanes.

Subiendo al Collado Paréu desde la aldea de Tarna.

En esta ruta vamos a seguirlo parcialmente en el tramo que va desde la aldea de Tarna a la de Pendones pasando por el collado Paréu, el Monte Castrillón y la majada de Vega Baxu. Le añadiremos la corta ascensión al pico Paréu y la exigente subida a la majada Bustantigu situada a los pies de la Peña Palombina o Cerro la Roza.

Colláu y Pico Paréu en invierno.


            Día espléndido de otoño con pronóstico de lluvia a partir del mediodía que no se materializó. Los bosques con su hermosa y postrera cubierta nos sumergen en una apabullante paleta de amarillos, ocres y marrones que brillan a la luz del Sol como panes de oro cayendo de las hayas.

Pico Abedular y Peña del Montoviu desde el pico Paréu.

Dejamos un coche en el aparcamiento de Pendones y nos dirigimos con los demás a Tarna donde encontramos aparcamiento en la misma plaza, al lado de la iglesia. Comenzamos la andadura subiendo por sus calles hasta la carretera. La seguimos medio kilómetro en dirección al puerto y, al cabo, la abandonamos para tomar un camino ancho a la izquierda que, entre prados cercados por murias, avellanos y hayas, sigue las marcas del GR 102.2. Da una amplia curva para cambiar la orientación norte por la este, pasando, más arriba, por las cabañas de Parada d’Abaxu y Parada d’Arriba, situada ésta bajo los derrumbes verticales de Peña la Parada. Alcanzamos así las amplias praderas próximas al Colláu Paréu donde el camino se divide en tres. Una senda se dirige al Cerru Altu Paso, al este, bordeándolo por el sur para alcanzar lo más alto del Cordal de la Bolera y continuar después, hacia la majada La Bolera y las Peñas del Montoviu, como describimos en otra entrada de este blog al contar la ruta del Abedular. Otro camino ancho se dirige al oeste, hacia los pastos cercanos al pico Mosquito. Al norte tenemos el cercano pico Paréu y la Peña Lloricu a su izquierda y, entre ambos, el breve Colláu Paréu por donde sigue el GR y nuestro camino.

Bajando por el Monte de Castrillón

Vega Baxu se ve al fondo

Antes, alcanzamos la fácil cima del pico Paréu por la ladera sur siguiendo una senda entre el matorral. Arriba encontramos un hito de piedras y los restos de las trincheras que allí se hicieron durante la Guerra Civil. Descendemos por la ladera oeste siguiendo otra senda que nos deja en el mismo collado.

La senda desciende ahora por la vaguada seca situada en el interior del hermoso Monte de Castrillón que nos recibe con sus mejores galas de otoño. Un kilómetro y medio más adelante y 300 metros más abajo nos dejan en Vega Baxu, adonde llegamos después de cruzar el arroyo seco de El Corralín. Cabañas arregladas y prados rodeados de extensos hayedos que cubren la ladera sur de la Xerra Tables (Monte de Castrillón),  la Peña Maciédome al norte y el Cordal de Valloseru al este. El viento del sur nos ha traído un cálido día otoñal que disfrutamos en este idílico paraje mientras tomamos un breve refrigerio a base de fruta.

Llegando a Vega Baxu

Podríamos finalizar la ruta siguiendo el GR por la pista que baja a Pendones. De hecho algunos miembros del grupo así lo hacen. Otros, queremos ascender por las verticales peñas que llevan a la majada Bustantigu situada en una planicie intermedia de la extensa ladera occidental del Maciédome. Para ello, continuamos algo más de medio kilómetro por la pista en dirección a Pendones bajo la dorada cubierta de las hayas. Un hito de piedras señala el comienzo del sendero que nos aupará a la majada. El primer y corto tramo discurre bajo el bosque. La senda clara sigue después en fuerte ascenso, superando las peñas mediante cortas revueltas que van dejando el fondo del valle muy abajo a nuestros pies. Se trata de una subida sencilla pero muy montañera. Superados los últimos peñascos, nos adentramos en el precioso hayedo de El Mosquilón que da paso al tapiz herboso donde se sitúa la majada de Bustantigu. Una cabaña abandonada con llábanas de piedra y las ruinas de otras nos reciben, quedando al fondo, guardándolas, la gran peña del Maciédome. Cerca está la Peña Palombina.

Subiendo a Bustantigu.

Pasadas las cabañas nos situamos en lo alto del herboso collado, del que parten dos sendas hacia el este. La que llanea más alta, por la que no seguimos, está bastante cerrada más adelante y nos dejaría en el collado Llagu; la nuestra, baja suavemente para cruzar una riega, y continuar después, desbrozada,  hacia el oeste. Otro kilómetro de fácil caminar nos deja en el herboso collado de La Llana Fresnu que baja del pico Las Coronas y donde se sitúa la solitaria cabaña de Pandevilla. Aprovechamos las piedras de los ruinosos muros de otra cabaña para descansar y reponer fuerzas.

Cabaña en Bustantigu con el Maciédome al fondo.

Cabaña de Pandevilla con el Maciédome al fondo.

Reanudamos la marcha descendiendo por la despejada ladera sur del pico Las Coronas hasta que la senda nos introduce en otro hermoso y otoñal hayedo. En medio del bosque encontramos la arreglada cabaña de La Llongar, mientras, por el camino, nos entretenemos haciendo fotos y más fotos; tal es la belleza del lugar que queremos dejarlo inmortalizado en nuestras cámaras.

Cabaña de La Llongar.

Fuente Gargasa.

Llegando a Pendones.

La senda desemboca en la pista que viene desde Vega Baxu muy cerca de la fuente Gargasa. Nos reencontramos así con el GR que, en kilómetro y medio de bajada por un camino hormigonado, nos deja en Pendones. Cruzamos el arroyo del mismo nombre y subimos al aparcamiento donde nos esperan los compañeros que bajaron directamente desde Vega Baxu.

Lorenzo Sánchez Velázquez

lunes, 17 de noviembre de 2014

Peñas del Casar o La Conyonada. Circular desde Campo Caso

Salida y llegada: Campo de Caso (Concejo de Caso) 
Distancia: 18 km

Duración: 6:00 h (sin contar paradas) 
Subidas acumuladas:
1120 m 
Altura Inicial y Final:
570 m 
Altura máxima:
1415 m 
Fecha de realización:
8/XI/2014
Dificultad:
media
Track de la ruta



Descripción
Muchas veces, viniendo al parque de Redes, nos ha llamado la atención la gran mole caliza rodeada de extensos bosques situada en medio del concejo de Caso que los mapas llaman Peña del Casar y los lugareños La Conyonada. Su ascensión, pospuesta en varias ocasiones para hollar cumbres de más entidad, estaba en el debe de esta particular contabilidad y, por fin, hoy le ha tocado. Así pues, organizamos una ruta circular desde Campo de Caso, comenzando al lado del “Puente Romano” (570 m).

Portilla en el GR 102, cerca del "Puente romano".

Llegamos a El Campu una mañana otoñal con cielos nubosos que amenazan lluvia. Dejamos el vehículo en un pequeño aparcamiento donde caben dos coches al lado del citado puente que de romano quizás tenga la estructura primaria pero no el resto. Cruzamos por él el río Nalón y seguimos hacia el sur por una pista con las marcas del GR 102 Camino Real del Sellón que fue uno de los caminos históricos de entrada al centro de Asturias desde Castilla por el puerto de Tarna.

Vega de Santumis, Campo de Caso y Cerru Piqueru.

 Después de cruzar una portilla de madera, abandonamos el GR para tomar otro camino a la derecha que avanza hacia el oeste dejando a la derecha la Vega de Santumis con la aldea de El Campu (Campo Caso) al otro lado del Nalón. El Cerru Piqueru con su antena nos cierra este horizonte. Faldeamos la montaña, asiento de un castañar recientemente talado, dejando otro camino maderero seguir de frente, y continuando nosotros por el principal que gira bruscamente a la derecha remontando la ladera norte de la montaña y ganando altura mediante varias revueltas. Un bosquete de abetos y alerces, y el correspondiente panel en el que se nos informa sobre la fauna que lo habita, queda a la derecha mientras el castañar va dando paso al hayedo. Alcanzamos así los prados y el mirador de Anabelli (770 m) donde hay unos bancos y un curioso reloj de sol. Por encima de la Sierra de Cárdenas, al otro lado del Nalón, asoman los picos La Senda y Maciédome, mientras que, a la derecha, el hayedo del Monte Allande baja desde las Peñas del Casar. Casi en llano, avanzamos otro kilómetro hasta alcanzar la Majada Carecea (779 m) donde hay una cabaña arreglada y unas hermosas vistas sobre el valle del Nalón. La aldea de Veneros se encuentra al otro lado del río en la falda del pico Fadiello (Xerra de Cárdenas).

Reloj de sol y Peñas del Casar.

El camino ancho, con sus paneles informativos de plantas, setas, pinos y personajes mitológicos asturianos, desciende hacia Veneros, mientras que el nuestro, convertido en senda, continúa hacia el sur en constante subida, adentrándose en el hayedo del Monte Allande. Se trata de uno de esos hermosos lugares poco frecuentados donde el bosque se va adueñando de los antiguos prados y la senda tapizada de otoño y las hojas aún verdes de las hayas y algún que otro colorido acebo, acentúan el rico cromatismo de este hermoso paraje.

Por el Monte Allande.

Después de una doble revuelta para bordear un barranco, la senda de tonos ocres avanza otro trecho bajo la cubierta otoñal de las hayas que aún cierran algunas fincas y desemboca finalmente en la Majada de Sobrecantu (1030 m), situada en el collado que da acceso al Valle de Quixaorio donde se encuentra a su vez la aldea de Belerda.

Cabaña en la majada de Sobrecantu.

En este punto podríamos seguir otra senda hacia el oeste remontando el lomo de la sierra hasta alcanzar la abandonada majada de Robligueru, pero no lo hacemos porque después de la majada el camino está invadido por la cotoya. Preferimos descender unos 130 metros por el camino ancho que, entre los robles, baja a la pista que viene de Belerda y pasa por la majada El Llosón.
          La pista nos permite subir otros 300 metros pasando por las majadas de La Llera y Villanueva, dejando a izquierda y derecha las de Pandefresnu y El Granxu, hasta alcanzar el collado de La Collaína (1214 m). Se trata del tramo meridional del amplio Collado Incós que separa el pico El Cuervo, situado en la Sierra de la Canalina, de las Peñas del Casar nuestro objetivo. El collado es un paso natural entre Belerda y La Felguerina.

La Tabierna, Muezca, Cabeza d'Arcu, Retriñón, Frayada y Riegos desde Incós.

La vista se abre a poniente hacia el extenso valle donde se encuentran las aldeas de La Felguerina y La Infiesta. Más allá está Caleao y la cordal del Retriñón, con la Muezca y La Tabierna a la izquierda y La Frayada y el Pico Riegos a la derecha. Más cerca está La Collá les Fuentes a los pies de Peña Blanca y, entre ésta y las Peñas del Casar, la Foz de Cebatón y el valle de la Viciella por donde regresaremos a Campo de Caso.

Cabaña en el collado Incós y Peñas del Casar.

Ahora toca avanzar por la amplia y herbosa collada Incós donde encontramos caballos pastando. En ascenso, avanzamos por él hasta situarnos a los pies de las Peñas del Casar donde encontramos una solitaria y casi abandonada cabaña (1267 m). En lo más alto de los riscos vemos un haya solitaria que nos va a servir de referencia en la dura ascensión; mientras, algunos zigzagueantes senderos suavizarán la pendiente de la empinada ladera . Alcanzamos las primeras peñas que, una vez superadas, dan acceso a una pequeña pradera a los pies de la cresta final donde reina el gran haya con una gran rama tronchada. Algo más arriba, otra está caída en medio de la senda por la que nos guían los hitos que conducen a la cresta cimera.  Arriba (1415 m) sólo encontramos varios montones de piedra sobre algunas peñas. Merece algo más esta espectacular atalaya que domina el paisaje casín.

Collado Incós, Sierras de la Canalina y Brañapiñueli, desde la Conyonada.

La Sierra de la Canalina al sur; la gran Cuerda del Retriñón con la Tabierna y la Muezca, los picos Frayada y Riegos hasta el Cuyargayos, al oeste. Por el norte vemos Peñamayor y la Xamoca y, al este, la cordal que va desde la Llambria, pasando por los picos Campigüeños, detrás del Requexón de Valdunes, La Senda y Maciédome.

Collado las Fuentes.

Para completar el circuito, bajamos de nuevo al collado Incós y a la Collaína, donde tomamos el camino ancho que baja a La Felguerina, al oeste. Desde el camino tenemos buenas vistas sobre las Peñas del Casar, separadas de Peña Blanca (al oeste) por el valle de La Viciella y la Foz de Cebatón por donde pasaremos.  Enseguida llegamos a las cabañas bien arregladas y en uso de La Braña (1067 m), donde el camino se divide en dos: el que se desvía a la izquierda y baja a la Felguerina y el que continúa de frente en llano, entre los prados (el de la derecha tiene una cabaña usada con fines recreativas) por el que seguiremos. Nos encamina hacia el amplio collado de Las Fuentes (1051 m) a los pies de Peña Blanca. Otro camino baja desde aquí a La Felguerina, mientras que el nuestro se desvía a la derecha para descender hacia el valle de la Viciella.


Valle de la Viciella y Foz de Cebatón.


Camino empedrado por La Viciella.

Cueva Deboyu, desde el puente de la carretera.

Da una gran revuelta de casi 180º a la derecha y luego otra a la izquierda hasta alcanzar el fondo del valle surcado por el Arroyo de La Viciella. Más adelante, pasa entre las peñas de la estrecha y corta foz conservando, a partir de aquí, tramos largos del primitivo empedrado. Han caído cuatro gotas y las piedras resbalan por lo que hay que bajar con cuidado. A partir de aquí, hasta el caserío de Les Llanes al lado de la carretera, iremos por una zona restringida del Parque natural de Redes. Dejamos a la derecha un pequeño cobertizo en la zona de Práu Redondu y desembocamos en el que llevaba a las minas de carbón abandonadas. Enseguida llegamos al caserío de Les Llanes (548 m) situado al lado de la antigua carretera AS-17 muy cerca de la Cueva Deboyu. Unos metros por la carretera nos sitúan en el puente sobre el Nalón justo donde el río se adentra en la gran cueva de 115 metros declarada Monumento Natural.

Seguimos por la carretera antigua hasta alcanzar la nueva a la salida del túnel. Continuamos por ella, dejando a la izquierda El Campu y a la derecha los prados de la Vega Santumis a la orilla del Nalón, hasta alcanzar el “Puente romano” donde concluye esta hermosa ruta.


Lorenzo Sánchez Velázquez