sábado, 31 de octubre de 2015

Corteguerón. Circular desde Caleao

Salida y llegada: Caleao en el concejo de Caso
Distancia: 24,3 km
Duración: 8:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1450 m
Altura Inicial: 670 m
Altura máxima: 1884 m
Fecha de realización: 24/X/2015
Dificultad: media-alta
Track de la ruta




El camino más corto y cómodo para subir al Corteguerón parte del Puerto de San Isidro y sigue la pista del “Camino Wamba” hasta el Collado Acebal de donde arranca un sendero que va al lago Ubales y, más allá, al otro collado Acebal y a la cima más alta de la Sierra de Corteguero.

En esta ocasión decidimos alcanzar la cumbre partiendo de la aldea casina de Calea (Caliao). Es una ruta mucho más exigente pero nos va permitir disfrutar del Desfiladero de los Arrudos en otoño y de las recónditas majadas y bosques que cubren la ladera norte de la Sierra de Corteguero. En la subida seguiremos fielmente la ruta PR AS-61 2 “Ruta de los Arrudos” y en la bajada, en lugar de seguir el itinerario previsto en la ruta por la pista que baja a La Encrucijada, tomaremos una senda que nos llevará por las majadas Carricera, Vallegu, Castiellu y Cerveriza.
Caleao (Caliao). Al fondo la alargarda cresta del pico Riegos y la canal de Puro Cabrero

Llegamos a Caleo y dejamos el coche en el amplio aparcamiento que hay junto a la Ermita de San Antonio. El camino por la Foz de los Arrudos, como siempre, espectacular y más en estos días del otoño cuando el hayedo se cubre con sus mejores galas. El camino cruza y descruza el Arroyo de los Arrudos por los puentes Riafresno, Corones, Agualmayo y Fumiosa mientras, a ambos lado del camino ancho, van quedando prados y cabañas arregladas.

Cruzando el arroyo de los Arrudos por el puente Corones.

Alcanzamos el desfiladero de los Arrudos y el camino gana altura mediante tramos de escalera y vuelve a cruzar el arroyo por los puentes Calabaza de Abajo y Calabaza de Arriba que nos dejan definitivamente en la margen izquierda. Enseguida llegamos a la fuente de La Fontona donde se inicia la canalización de aguas para el abastecimiento parcial de Gijón.


Tramos de escalera permiten superar el desfiladero de los Arrudos.

Puente Calabaza de Abajo que cruza a la margen derecha en el desfiladero de los Arrudos.

El hayedo en los Arrudos una vez pasada La Fuentona.

El hayedo está espectacular. En suave y continua subida avanzamos inmersos en el frondoso bosque en paralelo al arroyo. Cruzamos el Arroyo la Acebal y, al salir de la arboleda, alcanzamos la antigua majada Roxecu de la que no quedan más que las ruinas de unas pocas cabañas.
Lo poco queda de la majada de Roxecu.

La senda cruza el arroyo de Roxecu que hace honor a su nombre y continúa desbrozado hasta la majada de Llede donde lo descruzamos para alcanzar las cabañas de la margen izquierda. La vista del pico Torres hacia poniente es espectacular desde esta majada. Más arriba encontramos la majada de Los Moyones con una cabaña en uso y las demás en ruina. Extensos pastos sirven a unas pocas vacas cenizas (por el color de su piel).
Majada de Llede con la Sierra de Corteguero al fondo.

Vista del pico Torres, entre otros, desde la majada de Llede.
Majada de Los Moyones con el collado Acebal al fondo.

La senda gira al este y asciende desbrozada al collado Acebal. La vista se abre hacia el este entre el Tiatordos y el Cascayón. Vemos el Maciédome, Peña Ten, etc. A nuestra espalda ha quedado la cuerda que va desde el Torres al cercano Cascayón.

El lago Ubales queda cerca pero vamos justos de tiempo y la ruta es larga. Una senda sale entre el brezo y las escobas que sube al bies por la ladera occidental de la sierra hasta alcanzar la cumbrera. Unos pasos por ella nos dejan en la cima del Cascayón donde paramos a reponer fuerzas.
La Sierra de Brañapiñueli desde la de Corteguero. Al fondo está, entre nubes, el Tiatordos y a la derecha, fuera de la foto, el Maciédome.


Desde el Corteguerón en 2012: Collado de la Canalina y Sierra de Brañapiñueli. Al Fondo Campigüeños, Tiatordos, Picos de Europa y Maciédome

Sigue la panorámico oriental: después del Maciédome vemos Pileñes y Ten; y por delante la Sierra de Pries con el Cantu'l Osu.

Desde el collado previo a la cumbre han desbrozado una senda que baja a la Collá de la Canalina. Nosotros bajamos por la sendilla de la arista nororiental tapizada de brezo y arándanos si llegar a la pista. (Por la Collá pasa la pista que viene de La Encrucijada y baja por un ramal a la Majada Merecueria y por otro sube al Collado Acebal avanzando después por el “Camino Wamba” hasta San Isidro).

Bajando al collado La Canalina. A la derecha se ve la senda desbrozada a la que aludimos en el texto.

Aprovechando las zonas despejadas, continuamos descendiendo hacia el oeste faldeando la sierra de Corteguero hasta llegar a la Mayada la Carricera con una sola cabaña en pie y los muros de las demás en el suelo; tiene abundantes pastos. Seguimos bajando ahora hacia el norte hasta la Mayada Bayegu con algunas cabañas en uso y tejados negros de goma. Cerca pasa la Riega les Campes con un precioso bosque de ribera. Aquí enlazamos con una senda que nos lleva hacia el oeste donde se impone la vista del agudo Castiello; mientras, a la derecha, al otro lado de la riega, el pico Los Argayos con sus cuevas va quedando atrás.

Mayada la Carricera.

Mayada Bayegu.

Cruzamos otro reguero y subimos levemente al collado Castiello a los pies del mismo pico. Encontramos una solitaria y pequeña cabaña. Hay una senda que rodea el pico por la derecha, y baja por el reguero Les Campes hasta la Vega de Cándano y, más allá, a la pista de los Arrudos. La obviamos y seguimos hacia el oeste bajando al Valle la Ramada en cuya ladera encontramos las cabañas de la Mayada Castiellu.
Pico Castiellu. El collado Castiellu está a la izquierda de la foto y en él se aprecia una solitaria cabaña.



Bajando al Valle de La Ramada después del collado Castiellu.

La tarde se ve echando encima y aun queda bastante por caminar. La senda baja a la riega de La Ramada y sube después duramente hasta alcanzar el breve collado Cobo en la base del pico homónimo donde nos reencontramos con el hayedo. En este tramo, la senda está algo cerrada por la vegetación rastrera pero se sigue bien.
     

Pico Cobo y Collado Cobo.

En el hayedo, las abundantes hojas caídas tapan el sendero y lo perdemos. Debemos continuar haciendo uso del GPS. La ladera tiene bastante inclinación y sin bajar demasiado nos encaminamos hacia una riega donde la reencontramos y nos lleva hasta el collado Coipo a los pies del pico del mismo nombre.

Estos remotos lugares son intrincados y hermosos, no conviene adentrarse en ellos en caso de niebla si no se dispone de un buen sistema de orientación. Ni en el collado anterior ni en este debemos tirar monte abajo; en ambos hay descender escorándose a la izquierda. La senda nos lleva al Arroyo las Campas y lo cruza. Pero, al ver cerca las cabañas de La Cerveriza al otro lado de la riega, la cruzamos creyendo que nos llevará a la majada. Sin embargo, nos aleja del trazado de la ruta. Debemos desandar el camino por otra senda que nos devuelve a la riega unos metros más abajo. La maniobra se ve con claridad en el trazado de la ruta en el mapa. Para alcanzar las cabañas de La Cerveriza, habría sido más sencillo bajar unos metros por la citada riega. Incluso mejor habría sido bajar directos desde el collado Coipo para salir enseguida del bosque a una zona de pradera que baja a la riega y a las cabañas.
Por el hayedo entre los collados Cobo y Coipo.

De La Cerveriza arranca un camino ancho que se adentra en el precioso hayedo y nos permite descender con rapidez. Bajo el cobijo de la arboleda donde encontramos un extraordinario ejemplar de arce, descendemos rápidamente; son las 6 de la tarde pero el día nublado y la umbría nos dejan a media luz sin posibilidad de hacer buenas fotos y eso que el hayedo está en su mejor momento de color.

El camino sigue el arroyo de Las Campas, cruza un prado y nos deja, más abajo, en la arreglada majada de Casas Abajo. Poco más adelante está hormigonado y desemboca en el camino de los Arrudos muy cerca del puente Los Campos. Desandamos un par de kilómetros por la ruta hormigonada de los Arrudos y regresamos a Caleao junto a la ermita de San Antonio.

Lorenzo Sánchez Velázquez

miércoles, 21 de octubre de 2015

Ruta del Silencio. Los Oscos

Perfil de la ruta
Salida y llegada: San Cristóbal en Villanueva de Oscos
Distancia: 13,8 km
Duración: 4:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 750 m
Altura Inicial: 751 m
Altura máxima: 822 m
Fecha de realización: octubre de 2015
Dificultad: baja
Track de la ruta



Mapa de la ruta
 Cerca de Villanueva de Oscos se encuentra el Monte de la Bobia que cubre el hermoso valle regado por río Ahío (algunos mapas lo llaman Río de la Bobia). Entre la abundante vegetación arbórea encontramos bosques de castaños, de robles y hasta de madroños con presencia también de alisos, olmos, avellanos, abedules, servales y acebos. Los musgos espesos cubren las murias de antiguas fincas y los corros o “corripas” donde se almacenaban los erizos de las castañas y algunos truébanos (colmenas construidas tradicionalmente en un tronco vacío) dan fe de los usos de otros tiempos; algunas aldeas en ruina (Mourelle, El Brusquete) nos informan de poblaciones que mudaron la dureza de estos valles por otras vidas. Por este precioso valle discurre la ruta PR AS-209 “Ruta del Silencio” que en el otoño nos sumerge en otro mundo mitad antiguo mitad mágico.
Entrando en San Cristóbal (Sancristobo).

Elegimos esta ruta otoñal para dar cauce a las expectativas montañeras de los miembros de la Comunidad Educativa del IES Rosario de Acuña de Gijón que se organizan trimestralmente. Nos acercamos a San Cristóbal (San Cristobo) por una estrecha carretera que sale de la AS-13 dos kilómetros después de cruzar el puerto de La Garganta en plena comarca de Los Oscos en el occidente de Asturias. La citada carretera se coge entre dos casas después del desvío hacia Penacoba.
Hórreo y vivienda en San Cristóbal.

Dejamos los coches en un camino que sale a la izquierda en la última curva antes de llegar a la aldea, justo donde un panel con necesidad de reposición nos informa de algunos pormenores de la ruta, de San Cristóbal y de las vicisitudes de algunos de sus habitantes durante la Guerra Civil, entre otras cosas.
Iglesia de San Cristobo.

Comenzamos la caminata cruzando la aldea; unas casas están en ruina y otras han sido restauradas recientemente pero todas conservan su antigua hechura y nos sumergen en otros tiempos. Dejamos a la izquierda un magnífico hórreo al lado de una estrecha y bella casa de tres plantas (la inferior sería la cuadra y en las dos superiores estarían destinadas a vivienda) y más abajo, a la salida, encontramos la pequeña iglesia de San Cristobo perfectamente integrada en el pueblo; la arquitectura popular utiliza lo que tiene a mano y aquí reina la pizarra.
Por el bosque de castaños.

Sumergido en un bosque de castaños, el camino desciende dando varias revueltas y cruza dos arroyos hasta encontrar el río Ahío. Seguimos por su margen izquierda y dejamos atrás pequeñas cascadas y pozas y las ruinas de un antiguo molino, siempre bajo los castaños y los robles, hasta alcanzar el puente de piedra que lo cruza.
Puente sobre el río Ahío

Restos de un corro o "corripa" donde se almacenaban los erizos con las castañas.

Pozas y cascadas cercanas al Molín de Mourelle.

Enseguida encontramos los restos del antiguo Molin de Mourelle y, más adelante, al comenzar la subida, aparecen los madroños: al principio son ejemplares solitarios pero, más arriba, cerca de la abandonada aldea de Mourelle, forman un bosquete en la ladera derecha.

Vivienda en ruinas en la aldea de Mourelle

En este punto, la senda ha desembocado en una pista maderera y los pinos cubren las zonas más altas de la sierra. La fuerte subida no da respiro y alcanza la cota de los 800 metros al dar una aguda revuelta a la derecha. Aquí dejamos la pista subir hasta la cumbrera de la sierra donde se encuentra la abandonada mina de La Excomulgada (me gustaría saber el origen de este nombre que sugiere una historia edificante; ¡qué debieron hacer la mina, el dueño o la dueña para que los excomulgaran!) y seguimos de frente por un camino que lleva la dirección del cercano pico Ballongo.
Pico Ballongo.

Al girar el camino a la derecha, tomamos la sendilla que, en unos metros, nos deja en la modesta cumbre. Merece la pena asomarse a su vertical ladera occidental que nos ofrece el valle del Ahío por donde hemos transitado y la zona que nos queda por descubrir. El manto arbóreo otoñal da una amplia y hermosa riqueza cromática que impresiona.
Desde el pico Ballongo: el Monte de Bobia cubre las laderas de la sierra homónima y por el fondo del valle discurre el río Ahío.

Regresamos al camino que ahora desciende y faldea a media ladera permitiéndonos continuar con el disfrute del hermoso valle para, al final, cruzar la Rega do Calvario. Accedemos a otra pista que sube y llanea entre algunas plantaciones antiguas de pinos y nos deja en la abandonada aldea de El Brusquete. Algunas casas están en ruina pero hay una que aún se utiliza pues le llega una manguera con grifo. En este punto paramos a comer.
Aldea de Brusquete.

Después de reponer fuerzas, reanudamos la marcha bordeando por el sur la Sierra de la Bobia. La pista finaliza enseguida y debemos continuar por una senda que va a descender al fondo del valle. De nuevo nos sumergirnos bajo el manto arbóreo de los robles. La bajada aquí es más pronunciada y en algunos tramos se han colocado unas cuerdas para facilitar el descenso pero resultan innecesarias si el terreno no está mojado; el camino es ancho, la inclinación no es tanta  y los escalones ayudan.
Cascada de Celón.

Escalones y una cuerda de seguridad en el tramo más inclinado del camino.


Rústico puente sobre el río Ahio o de  La Bobia
 
Una indicación nos desvía por un estrecho sendero hacia la cercana, hermosa y pequeña Cascada de Celón que forma el Arroyo de la Carriza. Hay que seguirlo con cuidado si está mojado. Retomamos el camino principal y continuamos el descenso (hay otro tramo de cuerdas y escalones) hasta cruzar el Arroyo de la Carriza. Al poco cruzamos también el río Ahío por un rústico puente de madera y encontramos, al otro lado, el desvío a la Cascada del Picón. Son unos 300 metros por una senda con algún paso algo delicado.

Cascada del Picón.

Regresamos al camino principal que sigue un corto tramo en paralelo al río bajo la densa protección de robles y castaños. De nuevo tenemos la sensación de estar en un cuento de hadas: musgos, regatos y bosques umbríos. El camino da un par de revueltas y gana altura rápidamente avanzado hacia el sur. Superada A Pasada das Abrairas, asciende por encima del bosque rodeando por el este la peña de A Peñagorda que veíamos desde el otro lado del valle.


Paisaje de cuento.

Truébano al borde del camino.


Llegando a San Cristóbal.

Un poco más adelante, después de un recodo donde el camino está armado para superar un crestón rocoso, vemos las casas de San Cristóbal y el magnífico bosque que nos ha acogido; tenemos unas vistas formidables de todo el recorrido. No queda más que cruzar un reguero y alcanzar el camino donde dejamos aparcados los vehículos a la entrada del pueblo. 

Lorenzo Sánchez Velázquez




miércoles, 7 de octubre de 2015

Estorbín, Tresconcejos y otros. Circular por el concejo de Aller

Salida y llegada: El Escalar (Santibáñez de Murias)
Distancia: 27,6 km
Duración: 9:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1770 m
Altura Inicial: 820 m
Altura máxima: 2123 m
Fecha de realización: 3/X/2015
Dificultad: alta
Track de la ruta

  Nota: La alta dificultad se debe a los más de 27 km que recorrimos y a los casi 1800 metros de subidas acumuladas que nos permitieron crestear 11 montes. Pasamos por el Canto la Quemaona, los cuatro Picos de La Liebre, La Fuexa, El Cotón, Peña Cuaña, El Estorbín o Corvil, Reboqueres o Cueto Barriales, rodearemos el Camparón o Pisones y completaremos las cimas con el Tresconcejos. No hay ningún paso difícil ni unas inclinaciones excesivas y, además, el itinerario se puede acortar bastante bajando desde cualquier collado al valle del río de Las Mestas que es tributario del río Negro.



A la salida de Moreda tomamos la carretera AE-3 que finaliza en Santibáñez de Murias. La pista continúa otro kilómetro asfaltada y después de piedra en mal estado adentrándose a través del Valle de la Mortera en los frondosos Montes de Murias. Dejamos el vehículo 2,5 km después de Santibáñez poco antes de que la pista dé una cerrada curva a la izquierda para comenzar la dura subida. En la zona aún permanecen en pie edificios en ruina de lo que fue la mina de El Escalar.

Pista donde comenzamos la ruta girando a la izquierda. Al fondo, edificio en ruinas de la mina El Escalar.
Estas pistas sirvieron para extraer carbón de los chamizos que se trabajaron en distintos niveles de las Lomas de Cuaña, montañas que enlazan con las Sierras de Casomera y del Cuadro en el pico Estorbín de Valverde cumbre cimera del concejo de Aller y uno de nuestros principales objetivos.

Comenzamos esta larga ruta siguiendo la pista que al principio gana altura mediante cuatro revueltas. En la última, dejamos a la izquierda la mina La Carmina (900 m) y más arriba obviamos la pista hormigonada que sube a la izquierda hacia la majada Fresnosa, continuando en llano y ligero descenso hacia Las Mestas (el cruce está señalizado). Sí hemos de tomar el siguiente cruce a la izquierda (1040 m) que también está señalizado e indica los Picos de la Liebre uno de nuestros primeros objetivos.

Desvío hacia los Picos de la Liebre; por el de Las Mestas regresaremos.

La remontada por la ladera de la sierra apenas da tregua y mediante 10 revueltas iremos dejando atrás las cabañas, cuadras y prados y los chamizos mineros de Diezllagares, Boscón, Campas, Foyones y Rautín. Algunas escombreras de carbón son testigos del pasado minero de estos lugares. Ahora quedan buenas majadas con prados y cabañas arregladas entre los bosques que aún pueblan estas laderas.
Desde la pista vemos el pico Tresconcejos (arranque de la Sierra de Carrocedo hacia la derecha) y el Valle de la Mortera.
Después de la última revuelta y del último tajo minero (1620 m), la pista pierde su buena traza y atraviesa una zona asolada por un incendio del que queda su huella en los desnudos troncos de los abedules secos. Un poco más adelante finaliza la pista. Hemos subido ya 800 metros.
Abedules quemados cerca del final de la pista. En la ladera opuesta se ve la traza de la pista por lo que regresaremos.

Una senda sale a la izquierda y sube fuertemente por el brezal dando dos nuevas revueltas para encaramarnos en un lomo herboso (1760 m) próximo a la cumbrera de la sierra. Las vistas se abren al norte y el este destacando la inconfundible silueta de Peña Mea y Peñas Negras.


El Alto de la Teyera (en el Cordal de Murias y Santibáñez) y al fondo Peñamayor (izda), Peña Mea y Peñas Negras en medio y La Forcá a la dcha.

La senda continúa subiendo por una zona más despejada hasta alcanzar lo alto de la sierra cerca del Canto la Quemaona (1794), pequeña peña que se supera enseguida. Las vistas llegan hasta los picos de Europa por el este; las cumbres más altas de las Ubiñas asoman al oeste por encima del cercano Cordal de Carrocedo que cierra por ese lado el valle de las Mestas o de la Mortera o del río Negro.
Entre el Retriñón (izda) y Peña Redonda (dcha) están los Picos de Europa (fondo), Pico Cueto (cerca y en medio) y Torres, entre otros.

Un breve descenso y emprendemos la subida al primero (1841) de los Picos de la Liebre (subida fácil). De los cuatro picos creo recordar que el 2º (1854) se nos presentó más inclinado porque hicimos la subida frontalmente. Los desniveles entre los picos son de unos 20 o 25 metros y cada uno es más alto que el anterior. Después de superar el 4º (1887 m) bajamos al breve collado Cascayu (1858 m) para emprender la siguiente y dura subida al pico La Fuexa (1954 m) donde encontramos un gran hito de piedras. Otro breve descenso hasta la cota de 1926 m y ascendemos suavemente al Cotón (1961 m). La subsiguiente bajada nos deja en el collado Cascayu Cortáu (1948 m) antesala de la subida a la Peña Cuaña (2028 m) que tiene un vértice geodésico y da nombre a toda la sierra.

Llegando a La Fuexa. Atrás vemos los Picos de la Liebre.


Desde el Pico Cuaña vemos el Estorbín (al que subiremos frontalmente) a la izquierda y el Reboqueres a la derecha.

Desde el pico Cuaña sigue la panorámica: Reboqueres o Cueto los Barriales, Pisones o Camparón y Tresconcejos. Por encima se ven Las Ubiñas.

La ladera norte del Estorbín está cerca aunque antes hay que dejar atrás tres tachuelas en la bajada de Peña Cuaña a la Cochaína Valverde (1989 m). Hacemos la dura remontada, al principio por el límite del pedrero, y entre el brezo bajo después para alcanzar finalmente la cumbre más alta del día; el Estorbín de Valverde o Corvil (2123 m). En la cima no encontramos más que un pequeño hito de piedras y unas vistas inmensas de Asturias y parte de León. Incluso alcanzamos a ver el Espigüete en Palencia. Llevamos más de 1400 metros de desnivel acumulado y es hora de reponer fuerzas y disfrutar de las espléndidas panorámicas que nos ofrece esta vistosa cima.

Vista hacia atrás desde el Estorbín con las cumbres subidas: Picos de la Liebre, Fuexa, Cotón y Cuaña.

Pico del Cuadro en León desde la cima del Estorbín.


Reboqueres o Cueto los Barriales, al otro lado del collado Estrella de Cuaña. Detrás, Pisones y Tresconcejos.

Habíamos pensado bajar a la Mayá Cuaña situada en el circo que forman al norte el Estorbín y el Reboqueres y desde ella bajar a El Escalar siguiendo el río Las Mestas. Pero al llegar al cercano collado Estrella de Cuaña (2042 m) situado al oeste, aún nos encontramos con fuerzas para intentar llegar al pico Tresconcejos y descender por alguna de las pistas situadas en la ladera oriental de la Sierra de Carrocedo.

Siguiendo el perfil de la Cordillera remontamos la cresta del Reboqueres o Cueto los Barriales (2108 m) con caídas casi verticales al norte. Después, descendemos pegados al crestón rocoso de la ladera occidental del pico hasta la Cochá Chana del Puerto (1948 m) por donde pasa una senda que baja a la Braña de Cuaña. La obviamos para continuar hacia el oeste, y como ya llevamos muchas subidas, preferimos rodear por el sur el pico Pisones o Camparón y alcanzar el amplio collado de La Mortera (1921 m) donde nace el arroyo del mismo nombre que se dirige al norte.
El collado Chana el Puerto y la cresta de la ladera occidental del Reboqueres por donde hemos bajado.

Ascendemos por ladera oriental del Tresconcejos tomada por el brezo bajo que no impide la progresión hasta la alomada cima (2014 m) presidida por dos cruces de hierro. La última vez que estuvimos aquí hace unos años la grande estaba caída. Ahora vemos todo el camino recorrido: al este, al otro lado del valle del Río Negro, está la Sierra de Cuaña que cresteamos por la mañana; al sureste, casi alineados, están el Pisones, Reboqueres y Estorbín.
 
Desde la cima del Tresconcejos mirando hacia atrás: Pisones, Reboqueres y Estorbín casi alineados. Pico del Cuadro a la derecha.

Por la cresta norte del Tresconcejos seguimos el Cordal de Carrocedo  hasta las Cochás de Formosa (1737 m), collado que precede al pico Fuentes. La tarde va avanzando y es ya hora de regresar.
 
Majada de Fuentes. Al otro lado del valle vemos los Picos de la Liebre, Fuexa, Cotón y Cuaña.

En el collado nos echamos al noreste por un sendero que, entre las escobas, nos lleva a una campera desbrozada y cercana a las cabañas en uso del Mayao de Fuentes (1610 m). Alcanzamos una pista que finaliza en el mayao y la seguimos en sentido contrario buscando enlazar con otra que va más abajo casi en paralelo. Así llegamos al Camino del Rasón, pista que viene de Santibáñez y sube hasta el Collado el Tunelón en el Cordal de Carrocedo. Una señal nos indica la dirección a Campomanes a través del citado collado y a Santibáñez en sentido contrario. Seguimos esta última dirección unos metros y la dejamos pues el citado camino da un gran rodeo. Tomamos la segunda que sale a la derecha y se dirige a unas cabañas. Si hubiéramos tomado la primera pista a la derecha nos habría bajado a El Escalar dando un pequeño rodeo.

Senda entre las hayas para atajar en la pista de descenso.

En la cabaña (1497 m), un ganadero nos informa de una senda que atraviesa el bosque y ataja para enlazar con la citada pista. La preciosa senda entre las hayas casi otoñales cruza dos riegas y nos deja finalmente en la pista definitiva (1430 m). En suave descenso, entre cabañas y bosques mixtos de hayas, robles y acebos, dando varias revueltas y después de otros dos kilómetros, llegamos al puente El Barriru (1010 m) sobre el río Las Mestas. Una corta subida nos lleva a enlazar con el camino de ida en las cabañas de Diezllagares. No tenemos más que desandar dos kilómetros y llegamos a El Escalar después de más de 10 horas de ruta.

Lorenzo Sánchez Velázquez