sábado, 25 de junio de 2022

Picos Nevadín, Grande y Vendimia. Travesía entre El Villar de Santiago y Villablino

Salida: El Villar de Santiago (Comarca de Laciana)

Llegada: Villablino (Comarca de Laciana)
Distancia: 21.0 km
Duración: 6:45 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1200 m
Bajadas Acumuladas: 1420 m
Altura Inicial: 1215 m
Altura Final: 990 m
Altura Máxima: 2077 m
Fecha de realización: 15/VI/2022
Dificultad: media
Track de la ruta

Itinerario: El Villar de Santiago – Río Bayo – Arroyo de San Justo – Braña de San Justo – Chanos de la Cortina – Chanos de la Muezca – Cáscaro Redondo – Collado de la Muezca – Peña Vendimia – Pico Chagunón – Peña Grande o El Portillín – Pico Nevadín – El Chagunón (Canalina) – Majada de la Culebra – Arroyo Cuvachín – Brañas de Cubacho – Desvío a los Molinos – Molinos de Barzaniecha – Rabanal de Arriba – Llamas de Laciana – Embalse de las Rozas (Río Sil) – Villablino.


Como ya señalé en otra entrada de este Blog (en la descripción de la subida al Pico Catoute), la Sierra de Gistredo comprende varios cordales que separan las cuencas del Sil y del Duero que es casi lo mismo que decir que separa las comarcas de Laciana y El Bierzo de la Omaña. Comprende una veintena de cumbres que superar los 2000 metros siendo las más importantes los picos Catoute, Valdeiglesias, Tambarón, Arcos del Agua y Nevadín. De sus ascensiones hemos dado cuenta en otras entradas del Blog (ver en los enlaces correspondientes).

Sierra de Gistredo al noroeste de la provincia de León en las comarcas de Laciana y La Omaña.

En esta ocasión repetimos la subida a los picos Vendimia, Grande y Nevadín pero en lugar de hacerlo en circular desde Vivero, lo hicimos en travesía entre El Villar de Santiago y Villablino ambos en la comarca leonesa de Laciana. La ruta estaba organizada por el GM Ensidesa de Gijón.

Hórreo en El Villar de Santiago

El Villar de Santiago desde el camino que sube al Valle de San Justo.

Comenzamos a caminar bajando de la aldea por una pista que cruzar el Río Bayo por un precioso puente de piedra de un solo arco de medio punto. Un azud situado a unos metros aguas abajo permite desviar parte de la corriente a un canal que abastece en parte (la otra parte del agua viene del Embalse de Villaseca aguas arriba del Sil) la tubería de carga de la Minicentral Hidroeléctrica de Rioscuro.

Puente de piedra que cruza el Rio Bayo

Represa del azud que permite la captación de agua para la Minicentral hidroeléctrica de Rioscuro.


El camino ancho remonta (O) entre floridas genistas entremezcladas con brezos, robles, abedules y avellanos para enfocarnos (S) hacia el Valle de San Justo recorrido por el arroyo del mismo nombre. Antes debemos obviar un camino ancho que sube a la izquierda y seguir el de la derecha que baja a coger el citado valle.
La pista avanza entre floridas genistas hacia el Valle de San Justo.

Pronto cruzamos el arroyo por un puente peatonal de hormigón y seguimos subiendo a la sombra de los robles que mayoritariamente pueblan estas laderas. Entre la floresta se deja ver a la izquierda la Ermita de San Justo y el precioso merendero adyacente. No cogimos el desvío para verlos por estar un poco ajustados de tiempo. Pasamos junto a las cabañas bien restauradas con piedra pizarrosa y tejados de pizarra de San Justo.

Desde la pista que sube a la Braña de San Justo vemos unos metros más abajo la Ermita de San Justo y el precioso merendero.

Cabaña tradicional en la Braña de San Justo.

Seguimos subiendo duramente a la sombra en este caluroso día de junio con las temperaturas 10º por encima de lo normal. Obviamos la indicación que señala de frente hacia el bosque de tejos y viramos al oeste para continuar la remontada hasta un amplio y herboso hombro. Estamos en los Chanos de la Cortina y la campera nos permite ver hacia el norte las grandes cumbres de Laciana destacando los picos Muxivén y Cornón a los que accedimos hace unos años desde Lumajo (ver esta otra entrada).

Desde los Chanos de la Cortina miramos hacia el norte donde descubrimos por picos Muxiven (dcha) y Cornón, al fondo y en el centro. en el valle, hacia la izda de la foto se ve Villablino.

En los Chanos de la Cortina viramos al sur para atravesar este bosque mixto de robles y abedules y subir después, en terreno más abierto, a los Chanos de la Muezca.

Subiendo por los Chanos de la Muezca hasta la cima del Cáscaro Redondo.

El camino ancho se reorienta al sur para volver a subir, primero entre robles y abedules, después por la campera de los Chanos de la Muezca hasta situarnos en lo alto del cordal (Cáscaro Redondo) que avanza de este a oeste  por la Cuerda de San Justo. Las vacas rumian tranquilas ajenos a nuestros esfuerzos. Aunque el camino va unos metros hacia el este para coger la pista que viene de ese lado por lo alto del cordal, atajamos cruzando una alambrada para cogerlo más abajo y avanzar por él (O) hasta el Collado de la Muezca a los pies del Pico de la Vendimia.

Desde el Cáscaro Redondo la pista baja al Collado la Muezca. Al otro lado está el Pico Vendimia que vemos a la dcha. Vemos el Pico Nevadín en el centro de la foto.

Subiendo al Pico la Vendimia miramos hacia atrás para ver el Cáscaro Redondo y la pista por la que hemos bajado al Collado la Muezca.

En este tramo del camino ya podemos ver el Pico Nevadín y otros de la Sierra de Gistredo (Tambarón y Arcos del Agua). En el collado abandonamos la pista que baja por terrenos de La Omaña hacia el Valle de Vivero y mantenemos la dirección en dura subida por una senda entre escobas y brezos de bajo porte. En el primer tramo subimos en paralelo a una alambrada de espino, más arriba, tras unas peñas, se aleja algo de las alambres y sale a una amplia campera que recorre todo lo alto del cordal.

En la subida a Peña Vendimia se avanza al principio en paralelo a una alambrada, después en el tramo intermedio que vemos en la foto, la senda atraviesa matas de brezo y escobas para situarse en la campera que recorre lo lo alto de la montaña.

Avanzamos por la amplia campera cimera. A la izda vemos el Nevadín y en el centro la arista de Peña Grande.

Esta foto es continuación de la anterior y vemos el Pico Chagunón (izda) y Peña Vendimia (dcha).

La senda continúa (O) por la amplia campera y sólo al final, próximos al pico, debemos atravesar un pequeño escobar y la alambrada para alcanzar el hito que corona la Peña la Vendimia. Las vistas son formidables en todas las direcciones, pero hoy la bruma del calor y la calima impiden apreciar los picos más alejados y sólo vemos la silueta de los más cercanos.


Hito que corona la alomada Peña Vendimia.

Vista hacia el sur desde Peña Vendimia.

Vista sureste desde la Peña Vendimia.

Siguiendo la configuración de la sierra nos reorientamos al sur para casi llanear hasta el Pico Chagunón, otro lomo de la sierra. Sin embargo la bajada por la ladera sur y el cruce por la escarpada y afilada arista de Peña Grande es otra cosa. La senda nos permite bajar del Chagunón entre escobas y rocas. Para subir a Peña Grande o El Portillín hay que coger un canalillo y hacer una trepada de unos 8 o 10 metros con cuidado. Una vez arriba hay que bajar unos metros y volver a subir para alcanzar el punto más alto de Peña Grande.

Bajando del Pico Chagunón. Vemos la arista de Peña Grande (centro de la foto) y por detrás el Pico Nevadín. Los subiremos frontalmente por la arista.

Desde la primera cumbre de Peña Grande miramos hacia el Pico Chagunón (atrás).

Vista hacia atrás de la bajada de la cumbre de Peña Grande.

Otra vista hacia atrás. Enfilados tenemos las dos cumbres de Peña Grande y el Chagunón, hacia la dcha, al fondo, Peña Vendimia.

Bajamos por el otro lado a un pequeño collado que nos separa del Nevadín. La marcada senda continú otra dura remontada, pero sin ninguna complicación, hasta la alomada cima del Nevadín. Encontramos un vértice geodésico, un viejo buzón de montaña y unas vistas formidables en todas las direcciones. Poco paramos en la cumbre; el calor ha activado a muchos, variados y molestos insectos.

En la parte alta casi llana de la ladera norte del Nevadín

Vértice geodésico y buzón de montaña en la cima del Nevadín.

Vista norte desde el Nevadín (foto tomada en 2017).

Las fotos que pongo a continuación con los nombres fueron tomadas en 2017 en otra ascensión desde Vivero con mejor visibilidad; muchas están tomadas con teleobjetivo.

Ampliación de la foto anterior hacia la zona del Cueto Arbás (noroeste).

Ampliación hacia la zona del Cornón (norte).

Vista noreste desde el Nevadín

Seguimos virando hacia el noreste desde el Nevadín

Continuación de la panorámica anterior

Las Ubiñas desde el Pico Nevadín

Vista sureste (Sierra de Gistredo) desde el Pico Nevadín

Hacia el sur (Sierra de Gistredo) desde el Nevadín

Vista suroeste.

Descendemos por la ladera occidental hasta el collado que nos separa de la modesta cima del Tambarón (apenas un montículo desde el collado) donde paramos a comer. Continuamos por la senda que baja mediante un par de revueltas a las lagunillas de El Chagunón en la cara norte del Nevadín. Son un par de lagunas casi colmatadas de claro origen glaciar. La senda continúa monte abajo por el  valle pasando por las ruinas de la Majada de la Culebra o Las Brañuelas situada en unos prados a la orilla del arroyo. Más abajo sigue por el cauce seco de otra riega para cruzar después a la margen izquierda de la Riega de Cubachín. El camino ancho deja a la derecha los prados de Bucimeda (más allá está la riega), después da una revuelta que atajamos y desemboca en un camino ancho que viene por la otra margen del arroyo.

Bajando por la ladera noroccidental del Nevadín. Hacia la izda se dibuja la senda por la que bajaremos a las lagunillas del Chagunón.

Pico Nevadín desde el collado que lo separa del montículo del Tambarón.

Lagunillas del Chagunón desde el Tambarón.

Llegando a las lagunillas de Chagunón

Vista atrás de la primera laguna con Peña Grande cerrando el aparente collado. El Nevadín queda a la izda fuera de la foto.

Otra vista hacia atrás desde la Majada de la Culebra.

Nada más cruzar el arroyo Cubachín el camino ancho deja a la derecha los prados de Bucimeda.

Cruzamos el Arroyo Cubachín por un puente peatonal de hormigón y seguimos por la pista ancha hasta el desvío que sube a las cercanas Brañas de Cubacho. Como andamos justos de tiempo no las visitamos y seguimos de frente por la pista. Más adelante después del segundo desvío hacia Cubacho encontramos una indicación hacia Los Molinos y la Cascada de Pimpanón. Como nos parece mucho más agradable bajar por el exuberante valle que por la despoblada pista, nos desviamos hacia el fondo del valle.

Seguimos dejando a la derecha los prados de Bucimedal. Al fondo se ven algunas casas de la Braña de Cubacho.

El arroyo forma cascadas en algunos puntos cerca de Cubacho

Dejamos atrás las magníficas construcciones de la Braña de Cubacho

La senda retrocede unos metros y cruza el Arroyo Cubachín por un viejo puente de madera que necesita de urgente arreglo. Al otro lado sube y baja entre arandaneras y helechos sumergidos en un precioso bosque de ribera. El entorno, umbrío, es espectacular y abajo, a la derecha, el profundo arroyo murmura entre la densa vegetación. Bajamos de nuevo a la altura del arroyo que cruzamos por otro puente de madera y salimos a los Molinos de la Barzaniecha. Uno de ellos se ha restaurado recientemente pero está cerrado con llave; por una aspillera vemos parte del mecanismo del molino (la pequeña tolva de madera por donde bajaba el grano, etc).

La senda que baja a Los Molinos sigue por la margen izquierda en medio de una exuberante vegetación

Otra imagen de este precioso tramo. para visitar los molinos.

Otra imagen más.

Molino de Barzaniecha recientemente reconstruido.

El camino ancho sube por la otra margen y pasa muy por encima de la cascada de Pimpanón. Hay un desvío que permitiría bajar a ella pero no tenemos tiempo y la dejamos para otra ocasión. Finalmente llegamos a Rabanal de Arriba donde encontramos una buena donde refrescarnos (el día ha sido muy caluroso). Los últimos 4 kilómetros desde el desvío de la pista han sido realmente espectaculares.

Bajamos unos metros por la carretera y la dejamos para atajar con un camino entre prados que, al final, deja a la izquierda un pequeño monte y baja a un lavadero al salir de nuevo a la carretera. Seguimos por ella unos metros dejando a la izquierda las casas de Llamas de Laciana y en la siguiente curva la abandonamos para seguir de frente y cruzar el Río Sil por un puente.

Enseguida cruzamos las vías y la antigua estación del tren minero de ancho métrico que comunicaba Villablino con Ponferrada. Este ferrocarril perteneció a la MSP, sociedad Minero Siderúrgica de Ponferrada, y hoy está pendiente de una resolución de la Junta de Castilla y León para su entrega a los municipios con el fin de explotarla para el turismo. Llegamos a Villablino por donde aún tenemos que caminar un kilómetro hasta el autobús que se encuentra al otro lado del pueblo.

Lorenzo Sánchez Velázquez