martes, 11 de agosto de 2015

Pico Pienzu y Tejeda del Sueve

Salida: Altu'l Fitu
Perfil de la ruta
Llegada: Mina Emilio (Minersa)
Distancia: 12 km
Duración: 5:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 650 m
Bajadas acumuladas: 1100 m
Altura Inicial: 571 m
Altura máxima: 1161 m
Fecha de realización: 24/XI/2012
Dificultad: media
Track de la ruta

Ejemplar de tejo
        Hemos subido al Pienzu y visitado el maravilloso hayedo de la Biescona; en otras ocasiones recorrimos toda la sierra del Sueve entre el Alto de la Lama y el propio Pienzu, pasando por la segunda cumbre de la sierra, el pico Mirueñu. Pero en la ladera noroccidental del Pienzu se encuentra el gran Texedal del Sueve con unos 8000 ejemplares de gran porte mezclados con árboles de otras especies (acebos, espinos, fresnos, etc). Se trata de uno de los bosques de tejos mejor conservados de Europa. Este será el principal objetivo de esta ruta.

        El tejo es un árbol de gran porte, ramas retorcidas y hoja perenne de un verde muy oscuro. Los tejos son dioicos; es decir, tienen sexo y sólo los ejemplares hembra dan fruto. Todas sus partes (corteza, hojas y semilla) son venenosas porque contienen un alcaloide muy potente llamado taxina que paraliza el sistema nervioso central y produce la muerte por parálisis respiratoria. Su madera es roja y tiene una extraordinaria dureza por lo que se usó para fabricar ejes de carro. El tejo, además, era un árbol sagrado para los Celtas y, en los lugares donde tenían sus ritos sagrados, los cristianos construyeron iglesias y cementerios, normalmente al lado de un tejo.


         Para realizar la travesía utilizamos dos vehículos. Uno quedó en el desvío de la carretera AS-260 entre Colunga y Arriondas que, después de pasar Loroñe, da acceso a Mina Emilio de la empresa Misersa. Seguimos con el otro hasta el Altu’l Fitu (571 m) donde se encuentra el famoso mirador y un aparcamiento con bar.
         El camino para ascender al Pienzu comienza frente al aparcamiento, al otro lado de la carretera. Después de un pequeña subida, el sendero llanea casi 4 kilómetros, pasando por la ruinas de Les Cabañes d’Amor (645 m) y continúa hasta confluir con la pista de tierra que viene desde la carretera hasta los amplios pastizales de Bustacu (670 m), donde hay algunas cabañas en ruinas.
Majada de Bustacu con el Pienzu al fondo
          Aquí se encuentra un gran depósito circular que abastece de agua a los servicios contraincendios y es donde comienza la ascensión al Pienzu. Mantenemos la dirección hacia el oeste subiendo hasta lo más alto de los pastizales donde arranca una senda que deja a la derecha un pilón ganadero. La senda nos lleva hasta el camino ancho que remonta por la ladera meridional de la sierra hasta alcanzar las altas praderas donde se encuentra la fuente y cabañas en ruinas de Mergullines a 928 m de altura. La vista se extiende hacia los picos más occidentales de la sierra (Mirueñu).
Desde el Pienzu hacia el suroeste: pico Mirueñu
          Viramos al norte para subir por la empinada ladera del Pienzu utilizando alguna de las sendas hitadas o bien ascendemos por donde mejor parezca. Así remontamos estos últimos y duros 200 m y alcanzamos la cima (1161 m) del pico coronada por la gran cruz metálica de 16 metros de altura colocada allí en 1954 por numerosos vecinos de la zona para sustituir a otra más modesta de madera. En dirección norte noroeste veremos Lastres y su puerto, Colunga, Carrandi y, más cercanos, los picos Cordobana y Busfrescosu por cuya ladera oriental continuará nuestra ruta
Tramo de costa desde el Pienza entre Lastres y Colunga (izda) y La Isla y playa Espasa (dcha)

Parte de la tejeda del Sueve entre los picos Fontanielles (izda) y Cordobana (dcha) por este último continúa la tejeda y hacia allí nos dirigimos.
         Bajamos por la ladera occidental del Pienzu aprovechando una vía herbosa con no demasiada inclinación que nos permite acceder al bosque donde abundan los grandes tejos mezclados con acebos, espinos, fresnos y avellanos principalmente. El verde oscuro de los tejos, sus retorcidas ramas y tronco y su porte contrastan con las otras especies arbóreas dando magníficas estampas.
Los tejos se entremezclan con acebos, espinos y otras especies arbóreas.
           Finalizado el tramo herboso, nos adentramos en una zona donde el casi imperceptible sendero se pierde a veces en las pocas manchas herbosas que quedan entre la exuberante vegetación. Lo abrupto del terrero, con sus “jous”, agujeros del tamaño de un pie a veces sobre el mismo sendero (¡cuidado!), peñas, etc, entre la tupida cubierta vegetal, hacen difícil la marcha y la ralentizan con frecuencia. No es recomendable adentrarse en estos parajes en días de niebla si no se dispone de un buen sistema de orientación.

Abajo vemos el Foyu les Ortigues a los pies del pico Cordobana


Otra imagen donde verde oscuro de los tejos contrasta con el resto de árboles
          Al entrar en el bosque hemos girado al norte con la vista puesta en el pico Cueto Mayor o Cordobana que tenemos enfrente. En el descenso tendremos hermosas vistas enmarcadas entre los montes citados: los tejos y acebos en primer plano y las localidades costeras y el mar al fondo. Pasamos por la fuente y abrevadero de La Texuca para alcanzar una pequeña vega situada en la base del Cordobana. Se trata de un “jou” llamado Foyu les Ortigues (721 m). Rodeamos el pico, dejándolo a la izquierda y también el “jou” para encaminarnos al noreste y enlazar con la siguiente hondonada. Más adelante continuaremos ya por el fondo de la riega.

          Encontramos también una balsa forrada de plástico por encima de un pilón ganadero. Siempre en descenso, bordeamos después el pico Corcobu por su ladera oriental y más allá el pequeño monte calizo de Foyuscuro que dejamos ahora a la derecha. Un poco antes, entre ambos montes, nos hemos salido de la riega y del bosque y nos adentramos en una zona de cotoyas.
Pilón ganadero en plena tejeda
          También hacia el final del bosque, después de rodear una charca-lodazal, reencontramos el sendero que arranca, inundado, entre irregulares peñascos. Poco antes habían pasado unos caballos que bajaban los ganaderos y la reciente vereda estaba en mal estado. Pero en seguida nos lleva por una zona más abierta hasta un amplio collado herboso (376 m) que da vista de nuevo a la costa y donde encontramos caballos pastando. También tenemos a la vista la mina Emilio, final del recorrido. Aquí nos detenemos a reponer fuerzas.
Entre dos acebos vemos el pico Cordobana y el puerto de Lastres
          Reanudamos la marcha siguiendo el camino que a partir de este punto se ensancha y desciende hacia la majada un poco destartalada de El Copín (250 m). Antes de llegar a la majada sale a la derecha un ancho camino minero que lleva a las bocaminas de las antiguas minas de calcita (espato calcita) de El Toniellu (280 m) cerradas hace décadas. Un corto túnel da paso a la explotación en cuyas paredes apreciamos aún afloramientos de espato. Pasado El Copín, el camino, transformado ya en pista, pasa entre prados y eucaliptales hasta desembocar en la carretera a unos metros de la desviación hacia la Mina Emilio (90 m) donde tenemos el segundo vehículo.

Nota: Mina Emilio (Minersa) es una de las principales minas de espato-fluor (fluorita) de España. Se han extraído fluoritas transparentes o con incrustaciones de pirita e incluso grandes geodas a principios de los años 80 del siglo pasado.

Lorenzo Sánchez Velázquez