domingo, 30 de julio de 2017

Peña Ubiña y Ubiña Pequeña desde Casa Mieres

Salida y llegada: Casa Mieres (Municipio de San Emiliano)
Distancia: 16,5 km
Duración: 7:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1150 m
Altura Inicial: 1600 m
Altura máxima: 2411 m
Fecha de realización: 24/VI/2017
Dificultad: media
Track de la ruta


Itinerario: Casa Mieres – Vega de Candioches – El Estrecho – Valle de Riotuerto – El Ronzón – Peña Ubiña – Collado Ronzón – Peña Ubiña Pequeña – Valle de Riotuerto – El Estrecho – Vega de Candioches – Casa Mieres.

       Siempre es buen momento para ollar la cumbre de La Ubiña. En esta ocasión la disculpa fue el ofrecimiento que le hicimos a un compañero para acompañarle en su primera ascensión a la peña. Nos lo tomamos con calma y, aún así, llegamos pronto a la cumbre; por eso, al bajar, decidimos subir también a la Pequeña, cuya cima había pensado alcanzar otro día en una ruta corta desde Casa de Mieres.
Rana común en el embalse de Casa Mieres
       A las 10 de la mañana de este reciente verano, con nubes cubriendo Asturias y que a ratos se cuelan por los collados hacia León, comenzamos la ruta por el camino ancho que sube desde Casa Mieres y deja a la izquierda el embalse donde una multitud de ranas verdes croan sin parar. Hacemos algunas fotos y seguimos virando a la derecha por el Valle María Delgado que se alza hasta un collado que da acceso al amplio valle y pastizal de la Vega Candioches. En ligero descenso avanzamos hasta alcanzar la depresión kárstica de Los Ollones donde hay varios sumideros que recogen el agua de toda la vega.
Llegando a El Estrecho
      Para superar el cierre occidental de la vega seguimos una senda armada (en algunos tramos) que nos eleva hasta la hendidura de El Estrecho donde dos grietas permiten cruzar las peñas cimeras. Se pasa mejor por la de la derecha; por la otra baja una tubería de polietileno que da servicio al pilón situado más abajo en Candioches.
Al salir de El Estrecho vemos la Ubiña Pequeña
       La salida de El Estrecho da acceso a otra amplia vega, la de Riotuerto, rodeada por las tres principales cumbres de zona: a la izquierda Peña Ubiña Pequeña, enfrente la gran mole de Peña Ubiña y a la derecha la extensa arista de Peña Cerreos. En llano, viendo como algunas de las nubes que cubren Asturias logran pasar la cordillera y ocultan a ratos algunas cumbres e incluso el propio valle, avanzamos por el valle algo más de un kilómetro hasta situarnos a la altura de la arista del Cerreos.
Por la Vega de Riotuerto con Peña Ubiña al fondo y Peña Cerreos a la derecha. La Ubiña Pequeña queda a la izquierda fuera de la foto.
        A partir de aquí, la senda, que nos ha traído en tranquilo paseo, va aumentando su inclinación y a la altura de la modesta Peña de la Carba, situada entre ambas Ubiñas, la cuesta ya hay que tomarla con calma.
Mirador hacia Torrebarrio en plena subida a Peña Ubiña.
Las nubes llegan a tapar a veces a la Ubiña Pequeña (foto obtenida desde la subida a Peña Ubiña)
        La subida a Peña Ubiña no tiene dificultad siguiendo el sendero hitado. Pero, como otras veces, encontramos a personas inexpertas intentando subir sin el calzado apropiado y sin preparación. Queremos resaltar que la subida a esta emblemática cima se debe hacer tras una cierta experiencia en la montaña, una mínima preparación física, llevar calzado apropiado y, si es verano, agua suficiente.
Tramo final de la subida a Peña Ubiña
Arista hacia la cumbre de Peña Ubiña (aún no se había metido la niebla)
        La senda zigzaguea al principio en una zona de hierba hasta alcanzar un balcón que se asoma a la Babia y concretamente a la aldea de Torrebarrio. Después se introduce en el roquedo donde la inclinación es mayor y donde hay que poner las manos en algún punto (sin necesidad de trepar en ningún momento); es el tramo más duro de la subida en el que se superan unos 250 metros. Alcanzada la arista de la montaña, un fácil cresteo nos lleva hasta el vértice geodésico que corona la cima.
Cima de Peña Ubiña
Vista desde Peña Ubiña: Práu, El Siete, los Fontanes y Peña Rueda (foto sacada en septiembre de 2016)

Peña Rueda, Fariñentu, Siegalavá y Tapinón. Abajo vemos arranque del Valle del Meicín. Foto de septiembre de 2016.
       Llegamos a la vez que las nubes cubren las cumbres cercanas: ni rastro de las agujas y motañas que avanzan al norte (Castillines, Siete, Crestón del Paso Malo), ni de los Fontanes, ni de la cuerda que avanza hacia el Fariñentu, Siegalavá y Tapinón… Sólo, a ratos, las nubes nos descubren la cima de Peña Cerreos y, en cambio, la Ubiña Pequeña permanece totalmente descubierta. Al sur, la comarca de la Babia permanece a pleno sol. Dejo alguna foto de otras subidas.
Bajando de Peña Ubiña
       Es pronto y decidimos comer algo mientras esperamos a ver si despeja. Al cabo de una hora, y como las nubes persisten, decidimos bajar con la intención de subir después a la Ubiña Pequeña. Desandamos la arista y bajamos por la misma senda de subida, pero, en la base de Peña Ubiña, rodeamos por la derecha la Peña de la Carba acercándonos al collado Ronzón. Procurando no perder más altura, faldeamos el Pico Solmicho y atravesamos después un canchal y una zona pedregosa que nos lleva a la ladera de hierba donde enlazamos con la marcada senda hitada que sube fuertemente la Ubiña Pequeña (la inclinación es algo mayor que en su hermana grande).
Canal de piedra (después de las de hierba) en la subida a la Ubiña Pequeña. La foto está tomada mientras bajábamos.

        Sube de canal en canal. La primera es ancha y de hierba, después gira a la derecha para enlazar con otra más empinada y estrecha, también de hierba, donde se retuerce para salir a la derecha antes de su culminación por otra de piedra muy estrecha y empinada donde hay que poner las manos ocasionalmente (sin llegar a trepar).
Ventana natural muy cerca de la cima de la Ubiña Pequeña.
Corto tramo de arista cimera en la Ubiña Pequeña
       Arriba se sale a otra de hierba muy corta que se estrella contra una peña. Se sale de ella a la derecha y es en esta zona donde hay que extremar las precauciones; hay bastante gravilla que resbala y mucha inclinación. Una corta lastra pegada a la peña y con gravilla (donde más cuidado hay que tener) da acceso a una ventana natural y a la cresta de la montaña. No hay más seguir un corto tramo dejando a la izquierda un corto crestón para situarnos en la cima donde hay un buzón de montaña con una cruz.
En la cima de Peña Ubiña Pequeña
Peña Ubiña desde la Ubiña Pequeña
Las nubes rellenan el valle de Riotuerto y por encima emerger algunas cimas: Canalón Oscuro, Fariñentu a la izda y Siegalavá, Tapinón y Peña Cerreos en la misma línea de visión.
        Las nubes cubren ahora el valle de Riotuerto pero la cima de Peña Ubiña y otras cumbres del macizo están despejadas; nos encontramos sobre un mar de nubes. Paramos un buen rato haciendo fotos y disfrutando de las impresionantes vistas. Finalmente decidimos bajar sabiendo que regresaremos a Casa Mieres en medio de la niebla.
La alta humedad de la densa niebla condensa en la hierba produciendo estas hermosas gotas de agua.
       Cuidado con la niebla. Aunque el camino de regreso es conocido y va por el fondo del valle, debemos seguir fielmente el GPS; es muy fácil desorientarse. Hubo un momento en que tuvimos que rectificar: cogimos la senda que nos llevaba a la Boquera de Axeite, al norte, en lugar de ir hacia el Valle María Delgado al sur. Finalmente llegamos al camino ancho que nos deja en Casa Mieres con las botas completamente mojadas por la niebla condensada en la hierba.

Lorenzo Sánchez Velázquez

















lunes, 17 de julio de 2017

Pico Nevadín. Circular desde Vivero

Salida y llegada: Vivero  (Municipio de Murias de Paredes en Las Omañas)
Distancia: 17,5 km
Duración: 6:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 950 m
Altura Inicial: 1370 m
Altura máxima: 2077 m
Fecha de realización: 2/VII/2017
Dificultad: media
Track de la ruta


Itinerario: Vivero – Arroyo de Vivero – Braña de Vivero  – Pico Dos Hermanos – Collado Fuentefría – Pico Nevadín – Peña Grande – Pico Changunón – Peña Vendimia – Collado de la Muezca – Las Cabaninas – Cuerda de San Justo – Mirador – Vivero.
Mapa de la ruta
      Otra vez nos encaminamos a la comarca de Las Omañas. Hace pocas semanas estuvimos en Fasgar para subir a los picos Arcos de Agua y Peña Cefera y hace dos ascendimos desde Lumajo (en la comarca de Laciana) al Muxivén y al Cornón en un día infernal de calor; hoy toca el pico Nevadín en Las Omañas. Aún nos quedan otras cumbres como el Tambarón, el Catoute o el Valdeiglesias que tienen el inconveniente de su lejanía de Asturias para hacer el viaje y la ruta en un solo día.
Espadaña de la iglesia de Vivero

      Metida en la hondonada que forma el arroyo poco antes de ceder sus aguas al río Bayo (afluente del Sil), la aldea leonesa de Vivero tiene abundante agua, casas bien restauradas con paredes de piedra y cubierta de pizarra y una iglesia dedicada a la Virgen de la Ofrenda con hermosa espadaña. Todo esto le da al pueblo un aire agradable y bucólico.
Potro para herrar y curar animales en Vivero.

       Poco más de hora y media tardamos en llegar a Vivero desde Gijón. Salimos de la AP-66 en dirección a Villablino y, en Cabrillanes, cogemos a la izquierda la carretera secundaria que nos deja en Los Bayos después de pasar el Alto Pozo la Mora que separa las comarcas leonesas de La Babia y Las Omañas. 2 kilómetros por la LE 493 en dirección a Murias de Paredes y otro más siguiendo un desvío a la derecha, nos dejan en la aldea de Vivero.
Vivero desde el camino que va a Salientes.

      Cruzado el arroyo por un puente, nos dirigimos a la zona más alta de donde sale un camino hacia poniente paralelo al citado arroyo. El bosque de ribera rellena sus orillas y algunos prados se interponen, pero más allá, en la otra ladera que baja desde la Peña Buitre y que en los mapas llaman Coto Boyal, un frondoso bosque de abedules la rellena. Esta imagen será más clara desde el mirador cuando bajemos.
Bosque de ribera y camino a Salientes

      A los 2 kilómetros vemos las cabañas en buen estado y las cuadras de la Braña de Vivero al otro lado del arroyo. Más arriba sale un desvío perfectamente señalizado que cruza el arroyo y se dirige a la aldea de Salientes (perteneciente al municipio de Palacios de Sil, en El Bierzo) a través del Alto del Portillín. Unos metros más adelante el nuestro también lo cruza y nos encamina hacia la cabecera del valle. Encerrado por los picos Dos Hermanos, Nevadín, Peña Grande, Changunón, Peña Vendimia y Las Cabaninas, tiene abundantes pastos que alternan con zonas invadidas por la escoba o el brezo y que dan alimento a una buena cabaña ganadera. Mientras avanzamos por esta zona, somos testigos del reto de dos toros por el cortejo de las hembras y de la expulsión del perdedor.
Desvío a Salientes. Lo obviamos y seguimos de frente.
Cabecera del valle de Vivero encerrado por los picos (de izda a dcha) Dos Hermanos, Nevadín, Peña Grande y Chagunón.

      La pista gira al sur abandonando el avance del valle hacia el oeste para ganar altura por la ladera nororiental del pico Dos Hermanos. Un poco más arriba, en la primera revuelta, en lugar de seguirla hacia el este para superar un hombro de la montaña, atajamos de frente por un empinado valle aprovechando senderos de animales en algunos tramos. El atajo nos deja de nuevo en la pisa prácticamente sobre el lomo de la sierra.
Valle por el que atajamos en la pista. La foto no muestra su verdadera inclinación

       Podríamos seguir por ella hacia poniente hasta el cercano collado Fuentefría pero, como es temprano y la jornada larga, decidimos subir también al pico Dos Hermanos. Vemos toda la ladera cubierta de escobas altas con ronchas de brezos bajos. Retrocedemos unos metros por la pista buscando la arista que se presupone más despejada. Por la ladera oriental, sin camino ni senda, buscando los pequeños claros que dejan las matas de escobas, vamos subiendo escorándonos hacia el sur.
Siguiendo la alambrada coronamos el pico Dos Hermanos

       Bastante arriba alcanzamos otro hombro más despejado por el que avanza hacia la cumbre una alambrada de espino. Y nosotros con ella. En la cima encontramos un pequeño montón de piedras al otro lado de la alambrada y eso sí, unas vistas formidables sobre todo hacia el suroeste: la Sierra de Gistredo donde destaca la extensa loma entre el Pico Tambarón y el Catoute, y los picos gemelos Valdeiglesias y Peña de la Braña. Por el costado oriental del Tambarón emergen Arcos de Agua y Peña Cefera. Al norte vemos muy cerca los alomados Nevadín, Changunón y la sierra que cierra al norte el Valle de Vivero que vamos a recorrer.
Desde el pico Dos Hermanos vemos la Sierra de Gistredo (de izda a dcha): Las Garabas de Valdoso, Pico de la Rebeza, Cernella, y el afilado Catoute.

Desde el pico Dos hermanos vemos el Valdeiglesias y Peña de la Braña

       Siguiendo la alambrada descendemos por la alargada arista norte aprovechando un pequeño sendero hasta el collado Fuentefría donde finaliza la pista que viene de Vivero. Una marcada senda entre las escobas continúa hacia el norte al otro lado de la alambrada y a caballo entre el Valle de Vivero al este y el que baja al suroeste hacia Salientes. Como la senda faldea el Pico Nevadín por el este hasta alcanzar el breve collado que lo separa de Peña Grande, la abandonamos y seguimos monte arriba por una empinada canal de hierba y matojos. Más arriba, al llegar al pedregal, nos escoramos a la izquierda para alcanzar a la arista sur por la que finalizamos fácilmente la ascensión. Vértice geodésico y buzón de montaña oxidado.
Cumbre del Nevadín. En el valle se ve Villablino y al fondo hacia la izquierda de la foto el Cueto Arbás cerca del Puerto de Leitariegos.

Villablino desde el Nevadín con teleobjetivo.
        Las vistas al sur son parecidas a las de Dos Hermanos. Al norte vemos Villablino y un tramo del embalse de Las Rozas y, en la Cordillera Cantábrica distinguimos, entre otras montañas y de izquierda a derecha, el Cueto Arbás, Cornón, Muxivén (más cerca), Peña Chana, Picos Blancos, Peña Calabozosa, Morronegro, Ferreirúa y todo el frente sur de las Ubiñas (desde los Huertos del Diablo, pasando por el Práu, hasta ambas Ubiñas). Al noreste se sitúa la Sierra de Villabandín (con su cumbre más alta; el Alto de la Cañada). Todo este frente lo veremos mejor cuando regresemos por lo más alto de la cuerda entre Peña Vendimia y la Cuerda de San Justo antes del descenso final a Vivero.

Pico Cornón desde el Nevadín

Muxivén desde el Nevadín. A su izquierda se ve la peña del Penouta en Somiedo.

Peña Chana y Picos Blancos desde el Nevadín. Muy cerca vemos Peña Vendimia y entre ambas cuerdas (en la que estamos y la cordillera) el valle del Sil.

Desde el Nevadín vemos un tramo de la Cordillera Cantábrica al otro lado del valle del Sil: Peña Grachera (y Peña de los Años detrás), Peña Orniz (la más alta y por detrás), La Crespa y, a la derecha, el Montihuero.

Peña Orniz, La Crespa, Montihuero y Morronegro.

        La ladera norte del Nevadín cae abrupta sobre el valle de Cuvachín formando una amplia cubeta en la base. El descenso lo hacemos por la arista nororiental virando al este enseguida para seguir la arista menos inclinada y enlazar más abajo con la senda que abandonamos antes de subir al Nevadín. Llegamos al collado que lo separa de la afilada arista de Peña Grande que debemos superar por arriba.

Vista hacia atrás del Nevadín desde el breve collado que lo separa de Peña Grande
        Es un tramo un poco delicado donde hay que poner atención pues las caídas a ambos lados son importantes; tiene dos montículos de los que se baja mediante cortos y fáciles destrepes. Hacia atrás vemos la preciosa y la vertical cara norte del Nevadín en forma de circo de un hermoso color verde.
Peña Grande vista antes de subir al Nevadín. Se supera por la misma cresta y no es tan complicado como aparenta,
Bajando del Nevadín por la ladera norte. En el extremo se sigue hacia la derecha. Abajo, en la misma cuerda, vemos Peña Grande y Chagunón.

Comenzando el primer destrepe de Peña Grande (fácil)

Vista hacia atrás de Peña Grande. Se destrepa desde la cima virando a la izquierda (a la derecha en la fotografía).

        Superada Peña Grande, nos encaminamos al alomado montículo de Chagunón (o Llagunón) que en algunos mapas llaman Peña Grande (sin que haya allí ninguna peña) en donde encontramos otros montoncito de piedras. No paramos muy porque cerca, y casi en llano, está el gran hito de piedra que corona Peña Vendimia. No sé porqué este alomado montículo tiene el honor del gran hito y el anterior no, siendo el último unos metros más alto. Junto al montón de piedras paramos a reponer fuerzas.
Comenzamos la subida al Chagunón.

Peña Vendimia (con su gran hito) desde el cercano Chagunón.

        Reanudamos la marcha hacia el este, en llano, siguiendo sendas entre algunas ralas escobas y por lo más alto de la loma en la divisoria entre las comarcas de Laciana, al norte, y Las Omañas, al sur. Hacia el norte las laderas caen verticales dando una orografía muchos más abrupta que hacia el sur (donde está el valle de vivero). Después de un kilómetro casi llano, emprendemos un fuerte descenso hasta el cercano collado de La Muezca por donde pasa la pista que faldea el resto de la sierra por el lado sur.
La ladera oriental de Peña Vendimia tiene casi un kilómetro llano, pero las caídas al norte son considerables (no se aprecian en esta foto)

Aquí se ve mejor la caída norte de Peña Vendimia.

         Pero como queremos seguir disfrutando de las vistas de la Cordillera, al norte, seguimos la configuración de la sierra por un cortafuego paralelo a una alambrada de espino que nos deja en el doble montículo de Las Cabaninas donde hay unas antenas.
Subiendo a las Cabaninas echamos la vista atrás: Collado la Muezca y Peña Vendimia. La bajada de la peña al collado es bastante empinada. También vemos la pista que faldea la siguiente montaña y que obviamos para continuar cresteando.

Subimos a Las Cabaninas por este cortafuegos. El montículo tiene unas antenas.

        La siguiente bajada nos devuelve a la pista que ahora avanza por la cumbrera de la sierra, primero entre la hierba y enseguida entre una reciente plantación de pinos. La pista, en suave bajada, enlaza con la Cuerda de San Justo y, cuando esta vira al norte, emprende un rápido descenso entre los pinos hacia el este. Un kilómetro después, da una cerrada curva a la derecha para continuar bajando fuertemente por la ladera sur de la Cuerda del Cordón, sobre la aldea de Vivero.
Pasados los dos montículos de Las Cabaninas, la pista casi llana se adentra en un pinar.

En la bajada final por la Cuerda del Cordón con Vivero al fondo y los amplios pastos de los Llanos de María que terminan en el Puerto de la Magdalena.
Llegando a vivero tenemos esta bonita imagen de la aldea.

        En la siguiente revuelta a la izquierda hay un mirador sobre el Valle de Vivero, sobre la aldea y el precioso abedular que cubre la ladera opuesta. Sólo nos queda otro kilómetro más y estamos de vuelta en Vivero donde nos refrescamos en las frías aguas del arroyo y degustamos las que manan de la fuente situada a su lado.

Lorenzo Sánchez Velázquez