miércoles, 4 de junio de 2014

Cueto Rogueiro. Circular desde Riomolín

Datos de la ruta
Salida y llegada: Riomolín (concejo de Cangas de Narcea) 
Distancia: 20,3 km 


Duración: 6:30 h (sin contar paradas) 
Subidas acumuladas: 1200 m 
Altura Inicial y Final: 930 m 
Altura máxima: 1908 m 
Fecha de realización: 1/VI/2014
Dificultad: media
Track de la ruta





       




La ruta la iniciamos en la aldea de Riomolín situada en el concejo de Cangas de Narcea. Para llegar a este remoto lugar, tomamos la carretera AS-213 que va desde la capital del concejo hasta el puerto de Leitariegos. En el punto kilométrico 22, nos desviamos por la CN-7 que baja a Trascastro. A los dos kilómetros y antes de llegar a la citada aldea, cogemos un desvío a la derecha, en curva muy cerrada, que baja a Vegameoro, donde cruza el río Naviego. Continuamos después otros tres kilómetros por una carretera muy estrecha con bastantes vaches que finaliza en Riomolín.

Caminamos un corto tramo de la carretera que une Vegameoro con Riomolín.

El tramo de carretera entre Vegameoro y Riomolín discurre paralelo al río Molín. El entorno rezuma belleza: el río ruge encajonado en el fondo del estrecho valle mientras el tupido bosque de ribera y el sonido del agua nos envuelven. Merece la pena acercarse hasta este lugar tan alejado del centro de Asturias y a la vez tan hermoso. Como la carretera estaba en mal estado, decidimos realizar a pie el último kilómetro disfrutando de este mágico lugar. Aparcamos el coche a un lado de la estrecha carretera poco antes del desvío (930 m) que lleva a Villar de Rogueiro. Mientras caminamos por la carretera, vemos las ruinas de una construcción, quizás un molino, en el fondo del barranco. Cerca ya de Riomolín (1000 m) el valle se abre: prados con cerca de piedra, el manso río a su vera, pequeñas construcciones con tejado de pizarra en la orilla; son molinos antiguos que dieron nombre al río y al pueblo. Algunos perros nos dan la bienvenida, muy pocos vecinos, varios hórreos y casas en uso, todos con tejados de pizarra; se ve algo de actividad. Las nubes rodean el valle y no dejan ver nada por encima de los 1500 metros.

Corral y panera en Riomolín.

Camino a la salida de Riomolín.

Cruzamos la aldea siguiendo el camino que se dirige hacia el suroeste como el propio valle. A las afueras, dejamos a la izquierda el lavadero, continuando entre prados con cerca de piedra y fresnos linderos. El camino apenas da tregua en la subida. Atravesamos una portilla de palos transversales para sumergirnos después en un hermoso bosque, siempre por la margen derecha del río. Fresnos, abedules, acebos…, dan paso a las hayas a medida que ascendemos. Una revuelta a la izquierda y otra a la derecha nos permiten remontar la empinada ladera y alejarnos de la orilla del río. A partir de aquí, discurrirá cerca pero muchos metros más abajo.

Senda por el bosque cerca de la campera del Garachal.

El camino, que es ancho, da una amplia revuelta a la izquierda, hacia el este, (igual que el valle) para rodear Peña Tuerta, cruza dos alambradas y se transforma en sendero después de la segunda, donde la inclinación ya es menor. Nos sumergimos en un bosque antiguo y limpio; los líquenes como barbas cuelgan largos de sus troncos. El paraje es precioso: naturaleza en estado puro. Al cabo, salimos a la campera de El Garachal (1470 m) donde la senda se pierde. La retomamos al otro lado escorándonos a la derecha; hacia el reguero Chauchina que es el contribuyente principal del río Molín. De nuevo cobijados por el dosel de las hayas, en medio de la niebla y con algo de lluvia, seguimos la senda hasta coronar el collado donde se asienta la braña Chauchina (1620 m), que tiene dos cabañas acondicionadas como refugio. Unos metros más abajo está la laguna Changreira, Chauchina o de los Cobradores (1592 m) con poca agua que la vierte al arroyo Chauchina formando una estrecha y alta cascada.

Cabañas-refugio en la braña Chauchina.

Aunque no lo habíamos previsto, pero como estamos cerca, decidimos visitar las fuentes (1560 m) donde nace el río Narcea. Para ello nos dirigimos al sur siguiendo el nuevo valle al que hemos accedido. Un terreno encharcado en ligera pendiente va aportando poco a poco agua al arroyo o, quizás, río Narcea (en otros mapas a este reguero y a la laguna en la que vierte la llaman también Chauchina) que la lleva hasta una amplia cubeta en la que vemos un extenso humedal más que laguna. Aquí nace el Narcea.

Pequeño humedal (Laguna de los Cobradores) donde nace el Río Molín. Seguiremos por la pista que vemos a la derecha dejando a la dcha la Sierra de la Zarza.

Un poco más al sur en esta zona encharcada nace el río Narcea.

Para continuar nuestra ruta, retrocedemos hasta la primera laguna. La rodeamos por el norte a través de una zona encharcada y saltamos el naciente arroyo Chauchina para llegar a un camino ancho. En realidad este camino atraviesa la lagunilla y pensamos que tendrá poca profundidad para que la puedan vadear los vehículos todoterreno de los ganaderos. El camino se dirige en subida hacia poniente dejando a la derecha la Sierra de la Zarza con su ladera tapizada de una abigarrada mezcla de escobas, brezos y arándanos, y a la izquierda los Altos de Monteiru, donde aún se mantienen algunos neveros en este final de la primavera. Antes de alcanzar el collado Costapiedra (1779 m), intuimos entre la niebla, en una hondonada a la derecha, la laguna o humedal de Reconco. En el collado la pista vira al norte, a la derecha, para rodear la sierra, ofreciéndonos vistas hacia poniente: el valle que baja hasta Gillón, las brañas de la Filtrosa situadas al norte sobre un montículo y, sobre todo, el gran y solitario pico Caniellas al oeste, cuya cima nos la ocultan las nubes.

Laguna Chauchina, Changreira o de los Cobradores donde oficialmente nace el río Narcea.

El camino continúa, ahora en ligero descenso, hasta la fuente de Las Tres Marías. Aquí lo abandonamos para seguir una senda que nos permite llanear hasta la amplia campera (1701 m) que separa la Sierra de la Zarza del lomo meridional del Alto Rogueiro o Rugueiru. Cruzamos el herboso collado hasta alcanzar las tupidas matas de brezo rastrero que invaden la base y la ladera sur de este lomo de la montaña. La subida no es muy larga pero sí empinada. Un minúsculo sendero nos ayuda en la progresión entre el tupido brezal hasta alcanzar la cumbrera. La seguimos para coronar una primera cima pedregosa sin ningún distintivo que algunos mapas llaman Pico Rogueiro (1884 m). Un corto descenso hasta una collada (1853 m) nos lleva a una senda bien marcada que con facilidad nos encumbra en El Cueto Rogueiro o Ruguieru (1908 m).

Ruinas de la Braña de la Filtrosa desde la pista que rodea la Sierra de la Zarza. A la dcha, fuera de la foto, está la ladera del Cueto Rogueiro. 

Ladera sur del Cueto Rogueiro totalmente invadida por el Brezo (vista hacia atrás). En el centro entre las nubes se aprecia el Pico Caniellas.

Arista final del Cueto Rogueiro.

Cae vertical hacia el sur y forma una media luna fácilmente transitable hacia el norte. Paramos a reponer fuerzas y a saborear, además, las vistas que nos dejan ver las nubes: al suroeste el Caniellas, al sureste Cueto Arbás, cuyas cima permanecen segadas por las nubes. Los Altos de Morteiro, con manchas de nieve, la laguna Chauchina, el valle de Riomolín y su hermoso bosque, todo el camino recorrido, lo tenemos a la vista. En cambio, desde  el norte cruzan la cima jirones de nubes que ocultan las vista en esa dirección.
Ladera sur del Cueto Rogueiro.

Vista hacia el sur: laguna Chauchina (izda) y Altos de Morteiro con manchas de nieve.


Reiniciamos la marcha siguiendo la senda que discurre por la cresta en dirección este. Enseguida viramos al norte siguiendo la curva de la montaña ya en descenso. Las nubes van quedando arriba y el valle hacia Riomolín surge a nuestra derecha. Los ladridos de una perrita que nos acompaña nos alertan de la presencia de algún animal salvaje. Vemos un rebeco de piel clara, pero, más abajo una osa y su osezno cruzan un pedrero en la zona llamada Vachinas Rogueiro. Después de tantos años haciendo montaña es la primera vez que vemos osos en libertad. Como el pedrero es bastante ancho nos da tiempo a hacerles algunas fotos: la cría parece bastante grande y debe tener más de un año. Finalmente se internan en un bosquete de abedules y las perdemos de vista. Una manada de rebecos menos huraños se encuentra también en la misma zona; nos extraña su claro pelaje.
Puerto de Leitariegos a la izda de la gran mole del Cueto Arbás.

Continuamos el descenso por una marcada senda entre el brezal bajo hasta llegar a las pequeñas camperas de Ortadechobus (1616 m) donde finaliza una pista ganadera. La seguimos por una zona despejada hasta su final en el Monte Oxadras donde encontramos un prado circular con cerca de piedra y un vallado metálico para manipular las reses (1410 m). Por aquí pasa otra pista que viene desde Gelán y llega a Villar de Rogueiro. La tomamos, hacia el sureste, a la derecha, para adentrarnos en un precioso bosque de abedules, acebos y servales. Más adelante cruzamos la fuente El Cuerno, después viramos al noreste y damos un amplio rodeo a la derecha para
continuar, siempre en llano, hacia el sur.

Abedules, acebos y servales, bajando a Villar de Rogueiro.

Riomolín y su valle, desde cerca de Villar de Rogueiro.

Cuando el camino emboca esta dirección, iniciamos un rápido descenso que, mediante cinco revueltas, nos deja en la aldea Villar de Rogueiro (1120 m). Encontramos unas pocas casas, algún hórreo con tejado de pizarra y muy pocos habitantes. El ultimo tramo de la ruta discurre por la carretera de acceso a la aldea. Primero entre prados, después en medio del bosque que tapiza las dos márgenes del río Molín, continuamos el rápido descenso hasta el puente de La Cubiecha por donde cruzamos el río desembocando en la carretera que lleva a Riomolín. Sólo nos queda desandar un corto tramo de carretera para llegar al lugar donde dejamos el coche por la mañana.

Lorenzo Sánchez Velázquez


No hay comentarios:

Publicar un comentario