sábado, 22 de febrero de 2014

Brañavalera y Peña Chagu. Circular desde Tiós

Salida y llegada: Tiós (540 m) en el concejo de Lena

Distancia: 16, 3 km 
Duración: 5:30 horas (sin paradas)
Altura máxima: 1483 m (en Brañavalera)
Subidas acumuladas: 1190 m
Dificultad: media
Fecha de realización: 15/II/2014
Track de la ruta
 




Nota1: aunque la ruta a Brañavalera la hemos realizado varias veces desde el puerto de la Cobertoria, según hemos explicado en el libro “Recorriendolas montañas de Asturias” editado por Zahorí Ediciones, en esta entrada del Blog narro la subida, más exigente, que hicimos desde Tiós.
Nota 2: El primer tramo de la bajada hasta la pista que va por La Cruz está bastante cerrada por la maleza.

Punto de partida
Para llegar Tiós debemos tomar en Campomanes la LE-8 en dirección a Tuiza. A un kilómetro nos desviaremos a la derecha para seguir por la nueva carretera construida al quedar inutilizada la antigua, que salía desde el mismo Campomanes, por las obras de la Variante de Pajares. Dos kilómetros más y llegamos a Tiós. El vehículo lo dejamos en un ensanche de la carretera cerca de la Iglesia. 
 
Descripción

La andadura la iniciamos siguiendo el empinado curso de la carretera, entre las casas. Encontramos un par de Casas Rurales y una pequeña fábrica de embutidos artesanales en la zona alta. Al cabo, finaliza el asfalto y comienza el hormigón de la “pindia” pista que no abandonaremos hasta cerca de la cima. Pasamos por las cabañas de El Castiechu, donde hay restos arqueológicos (según los mapas; no paramos), Gameo y Pandotu. Entre las dos primeras, sale a la izquierda otra pista que lleva hasta la aldea de Valle, por la que regresaremos. Las vistas se extienden a nuestra derecha sobre el valle de Lena y la Sierra de Carrocedo por donde transita la “Senda de la Carisa” cuyo trazado podemos ver rodeando el pico Tresconcejos. A nuestra espalda queda la zona del puerto de Pajares con el Cellón a un lado y el Cuitu Negro al otro.

Pola de Lena desde la subida a Brañavalera.

En la cota de los 900 metros cruzamos el arroyo Río o Embarniega (según qué mapas) y continuamos el ascenso mediante 4 revueltas que nos elevan otros 100 metros. Más arriba, cuando la pista se acerque a la Peña Chagu que observamos siempre a nuestra izquierda, dejaremos a la derecha las cabañas de Ancios (1200 m). Así alcanzamos los altos prados de la Mortera de Zorea Cimera que van vistas a poniente. Antes ya hemos tenido ocasión de disfrutar de las vistas del Aramo y de su cima más alta, el Gamoniteiro, inconfundible por sus antenas. Desde la mortera, al oeste, destacamos las Sierra de Sobia, parte del trazado de La Mesa y las de Oral y Yernes y Tameza. La gran belleza del entorno herboso salpicado de bosquetes de acebos y las manchas de nieve, nos da un respiro en la progresión.



Brañavalera desde la Mortera de Zorea Cimera.

Iniciamos el resto de la subida tomando un sendero a la izquierda que nos lleva hacia la evidente doble cima. En un punto lo perdemos entre la nieve, pero la dirección es clara y en pocos metros nos situamos a los pies de la primera de las dos cumbres, donde está situada la cruz y el buzón de montaña con una placa dedicada al lenense, y fundador del Grupo de Montaña Brañavalera, Manuel Castañón “Manolete”. Las vistas son ahora espectaculares al descubrirnos el macizo de las Ubiñas en todo su esplendor: Tapinón, Siegalavá, Fariñentu, Fontanes, la gran mole de Peña Rueda con su espectacular “Cuchillar” y la cuerda que continúa con los Huertos del Diablo y finaliza en el Campu Faya. Por el este destacamos: Peña Mea, el cordal de Collarroces (Cuchu), por detrás el Retriñón y Peña Tabierna y a la derecha el Torres. Siguiendo la rotación horaria veremos el cordal de Carrocedo, y por detrás de la arista del Tresconcejos, los Picos de la Liebre y el Cotón. Más a la derecha está, al fondo, Brañacaballo, al que sigue el Cellón. Al Cuitu Negro. con sus antenas. le sigue el lomo que termina en el Negrón. Entre este y las Ubiñas veremos, Las Terratientas, La Tesa, La Mesa y La Almagrera. Se puede encontrar más información sobre las vistas en las fotografías de mi libro “Recorriendo las montañas de Asturias”.

Ubiñas desde Brañavalera.

Cordal de las Ubiñas (izda), Sierra de Sobia (dcha) y en el centro Cordal de La Mesa.

Aramo desde la cima "Manolete" de Brañavalera.

Cordal de Carrocedo ("Carisa"). El Torres nevado, por detrás.

Pico Tresconcejos desde la cima de Brañavalera.

La Tesa, La Mesa y La Almagrera desde la cima de Brañavalera.

Bajamos de esta primera cumbre y nos dirigimos a la segunda, donde se encuentra el vértice geodésico. Las mismas vistas. Descendemos por su ladera este hasta la vallina que se nos separa de la gran cresta de la Peña Chagu, que se extiende hacia el sur. Entre ambas cimas pasaremos por el amplio collado herboso salpicado con matas de acebos y espinos. En el corto descenso encontramos unas rocas en una posición que parecen formar parte de un túmulo prehistórico. Aunque no hemos encontrado ninguna indicación concreta, la referencia genérica a la existencia de este tipo de restos en la zona, nos hace creer que se trate, en efecto, de un enterramiento prehistórico.

Posible túmulo prehistórico.

Recorremos el tramo del crestón de la Peña Chagu hasta el punto más alto (1457 m) donde hay un buzón de montaña. Preferimos regresar junto al vértice geodésico para reponer fuerzas dando vistas hacia las hermosísimas Ubiñas.

Cresteando la Peña Chagu.

El descenso lo hacemos por la ladera occidental cruzando la cresta que viene desde la cima “Manolete”, siguiendo una senda que a veces se pierde entre la vegetación rastrera y los acebos. No tiene dificultad pero a veces cuesta encontrarla. En un momento nos topamos con un crestón vertical, que la senda, tapada por la maleza, rodea por la derecha y nos deja en una collada herbosa donde es fácil encontrar caballos pastando. La senda, ahora clara, mantiene la dirección oeste y cruza un pequeño crestón rocoso. Estamos cerca del lago El Chagu y sin llegar a él, abandonamos la senda y nos dirigimos, monte abajo, hacia un prado cercado y en uso. Al lado de su muria de piedra y alambre de espino, encontramos otra que lo rodea desembocando en una pista de tierra que aquí mismo finaliza. ¡Ojo, este tramo que hemos pasado puede estar muy cerrado por la maleza!

La pista viene desde la carretera que une el puerto de La Cobertoria con la aldea de Las Llanas en el concejo de Quirós, enlazando, también, con la que parte de la aldea lenense de Valle. Dejamos de lado la pista y continuamos por el sendero que la prolonga, hasta llegar, enseguida, a un claro entre la vegetación rastrera de tojos. Toda la ladera forma parte de lo que en su día fue el extenso Mayáu de Brañavalera, hoy casi totalmente abandonado. La senda continúa por la parte inferior del claro, sin embargo, al llegar, vimos otra que estaba pisada y la seguimos. Enseguida nos dimos cuenta de que no era la buena, pero como llevaba la misma dirección, continuamos por ella.  En realidad transita en paralelo a unos 50 metros por encima. Supera el barranco, asiento del Reguero de Brañavalera, por una zona algo cerrada, y continúa después en llano por la otra ladera, pasando bajo un crestón rocoso en la zona conocida como Pozo Chagu. En este punto, cuando alcanzamos uno de los hombros de la montaña, la abandonamos y seguimos campo a través hacia abajo (al sur), buscando la senda correcta. Cruzamos algunos prados invadidos por la maleza y una cabaña en ruinas, hasta situarnos en el punto por donde pasa el camino correcto. También se encuentra bastante tapado por los tojos aunque se puede transitar esquivándolos, Avanzamos en dirección este y, al poco, la senda, ahora ya más despejada, vira de nuevo al sur, para continuar el descenso. Entre prados abandonados y cabañas en ruinas, la senda ahora clara, nos lleva, después de virar de nuevo al este, hasta una cabaña con buenos sillares que aún se mantiene en pie. Nos asomamos para comprobar que su interior sigue contando con dos niveles: abajo la cuadra para los animales y arriba el henar. Estamos en la zona conocida como La Cruz. Una gran revuelta a la derecha nos orienta de nuevo al sur, para seguir en paralelo al crestón calizo de la Peña Chagu en cuya cúspide estuvimos por la mañana. A la derecha vamos dejando un gran prado que aún se usa, como la atestigua el hilo de alambre de espino que cierra su perímetro. Cuando damos la siguiente curva a la izquierda, para acercarnos algo más a la cresta de la montaña, el camino se ensancha. Da otro giro más al sur, por una zona boscosa, y desciende a la zona de Cualmur, donde un viraje amplio hacia el este, nos lleva a desembocar en la pista que une la aldea de Valle con Tiós. En el último tramo encontramos ya prados cuidados y algún huerto con berzas.

Cabaña en La Cruz.

Continuamos por la pista en suave ascenso, cruzando una gran fuente-abrevadero, que inunda el camino y solo permite el paso a través de unas piedras colocadas a modo de rústico puente. Pasamos al lado de las cabañas de Balsabori, grandes y en uso, hasta una bifurcación. El camino principal, que seguimos, sube fuertemente entre los prados hasta enlazar con la pista de ida, mientras que el secundario, la alcanza más abajo, sin subidas, pero está algo abandonado. Una vez en la pista principal no desandamos el camino en fuerte descenso hasta Tiós.

Lorenzo Sánchez Velázquez







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