viernes, 1 de marzo de 2019

El Risque (La Valleya) y la Llosa Viango. Entre La Pereda y San Roque del Acebal

Salida: La Pereda (concejo de Llanes)
Llegada: San Roque del Acebal (concejo de Llanes)
Distancia: 20 km
Duración: 7:30 h (sin paradas)
Subidas acumuladas: 1400 m
Altura Inicial: 50 m
Altura máxima: 766 m
Fecha de realización: 27/II/2019
Dificultad: media-alta
Track de la ruta


Itinerario: La Pereda – Cuesta Caballo – Pared de Texeu – Colláu la Muezca – Pico el Colláu – Pico sin nombre (El Risque) – Jou de Saldelaja – Pico la Valleya – Pico la Garma – Pico Saldelapiedra – Las Cabañas (Viango) – Llosa Viangu (lagunas) – Cueva o sumidero (Viango) – Valle de la Raíz – Collado la Raíz – Valle de la Mardola – Práu la Cutera – Las Carboneras – Collado Pellu Cabrero – El Brañizu – Collado Boduncu – Cementerio de San Roque – San Roque del Acebal.
La Sierra del Cuera, tan cercana al Cantabrico, no vierte directamente al mar. Antes encuentra el poljé (valle alargado formado por la erosión del relieve cárstico) de la Llosa de Viango encerrado entre la sierra y los peñascales calizos del Biforco y el Risque. Los tres accidentes geográficos avanzan de oeste a este en paralelo al mar quedando en medio el precioso el valle que contrasta su inmensa y  verde pradera con las calizas que lo encierran.
Llosa Viango desde el Collado la Raíz. A la dcha vemos los picos Saldelapiedra y La Valleya y a la izda la Sierra del Cuera (Peña Blanca aparece a contraluz)
En esta ruta alcanzaremos las cumbres más altas de El Risque subiendo y bajando desde la rasa costera por antiguos caminos empedrados que vencen un desnivel de casi 600 metros para alcanzar cimas que apenas superan los 750 metros de altura.
Subiendo por la Cuesta Caballo vemos a contraluz las peñas de El Risque que la senda atraviesa.
En la parroquia de Parres (concejo de Llanes) se encuentra la aldea de La Pereda a la que llegamos después de dejar la A8 en la salida 294 en un día radiante de invierno. La ruta, organizada por el GM Ensidesa de Gijón, comienza aquí. Por una calle asfaltada caminamos   hacia el sur dejando a un lado las últimas casas de la aldea hasta adentrarnos en un pequeño eucaliptal. Pronto encontramos una bifurcación con un letrero de madera que nos manda por el de la izquierda hacia la Llosa Viango; tras alguna vacilación, seguimos sus instrucciones.
El camino de tierra se convierte en senda y comienza la dura ascensión por la Cuesta Caballo. Sin tregua, siguiendo una marcada senda, habrá que superar 600 metros de desnivel por uno de los lomos entre las riegas que vierten al norte. Más arriba, al alcanzar el roquedo (Pared de Texeu), el camino empedrado se retuerce y alcanza la entalladura del Colláu la Muezca cerrada mediante una rudimentaria portilla metálica.
Subiendo por la Cuesta Caballo. la foto no refleja la fuerte inclinación del terreno.

La senda avanza por la Pared de Texeu

la senda zigzaguea por la Pared de Texeu venciendo la fuerte inclinación de la ladera.
Nos adentramos en los caóticos parajes propios del relieve calizo: jous, hondonadas herbosas donde se ubicaban majadas, abruptos roquedales de lapiaces y lenares de difícil tránsito,… Nada más cruzar la portilla dejamos la senda que mantiene la dirección sur y nos escoramos hacia el oeste cruzando una pequeña vega. Salimos a otra más amplia parcialmente invadida por la cotoya que también atravesamos.
Nada más pasar el collado La Muezca accedemos a zona caótica típica del paisaje calizo.
No estaba previsto subir al pico de la izquierda, pero como vemos en el mapa que tiene nombre, Picu el Colláu, decidimos alcanzar su cima. Ninguna marca. Al norte se extiende el alargado cresterío de El Risque en paralelo a la costa; su cumbre más alta, de nombre desconocido pero adornada con un gran hito, la tenemos justo enfrente. Decidimos subirlo también.
Picu el Colláu, el primero de la jornada.
No hay senda ni camino y los estrechos surcos en el afilado roquedo (calizo) están tupidos de hierbas altas que ocultan posibles agujeros típicos de este relieve. Con mucho cuidado haciendo uso ocasional de las manos alcanzamos la cima (766 m) que mira directamente a la rasa costera llanisca. Tenemos buenas vistas de toda la franja rocosa de El Risque, pero la Sierra del Cuera a contraluz no produce buenas imágenes, como tampoco salen favorecidas las instantáneas hacia la costa difuminada por una plomiza bruma marrón. En la bajada encontramos una franja de altas hierbas algo mejor.
La foto está sacada desde el Pico Saldelapiedra hacia el este (hacia los picos ya subidos). A la Dcha vemos el Picu Colláu y a la izda el alargado crestón de El Risque a cuya cima más alta subimos desde el collado.
Desde la cima más alta de El Risque vemos el alargado crestón calizo. A la izda el pico La Valleya y por detrás asoma la punta de La Garma. Al fondo, a la izda, Peña Blanca en la Sierra del Cuera.
Una vez abajo seguimos hacia el oeste por una senda que baja hasta el Jou de Saldelateja y sube al otro lado por la ladera oriental del Pico la Valleya (766 m) que alcanzamos con facilidad. En la cumbre no hay más que un pequeño montón de piedras.
Ya vemos cerca el Pico La Valleya y el Jou de Saldelateja.
En la cima de La Valleya
Desde La Valleya hacia atrás: los picos ya subidos (el calizo Risque y el Colláu) y, más cerca, el Saldelapiedra.
Más al oeste se encuentra otra cima algo más baja que esta pero más vistosa, el Pico la Garma y hacia él nos dirigimos. Bajamos La Valleya buscando la ladera más limpia y remontamos a La Garma por una senda que sube por una franja herbosa a la izquierda.
Otra mirada hacia atrás, ahora desde el pico La Garma: vemos la arista de El Risque y el Pico la Valleya.
La ruta es larga y el calor aprieta; tampoco paramos mucho en esta cima. Bajamos La Garma y rodeamos La Valleya por la campera del situada en su ladera sur, para iniciar después la remontada al último pico de jornada, y ya van cuatro, el Pico Saldelapiedra. Paramos unos minutos para hacer unas fotos y reanudamos la marcha descendiendo por la ladera oriental hasta un collado cercano.
Desde el pico Saldelapiedra vemos El Risque y el Picu Colláu.
Cruzamos otro picacho y emprendemos la bajada a final a la Llosa Viango. Bajamos hacia el este por una corta canal hasta un pilón ganadero situado en el arranque de la amplia canal que baja hacia el sur hasta la Llosa de Viando 250 metros más abajo.
Desde el hombro oriental del pico Saldelapiedra vemos el amplio canal por el que bajaremos a la LLosa Viango. Al otro lado está el Picu el Colláu, el primero de los que subimos.
Llegando a la Llosa encontramos algunas cabañas y prados en ruina total. En el alargado, amplio y verde valle pastan caballos entre las lagunillas de La Llosa Viango diseminadas por la zona central y más baja. El GPS nos lleva hasta la cueva sumidero oculta tras unos montículos de fina arena entre unos pocos árboles situados en el arranque de la ladera del Cuera. Nos asomamos lo justo para ver una galería que baja bastante vertical y otra que avanza a la izquierda y se bifurca después. No vemos el final de ninguna.
Vista hacia atrás del amplio valle por el que hemos bajado. Las cabañas están en la zona inferior, casi en lo propia Llosa. El pico de atrás es el Colláu.

Una de las lagunillas de la Llosa Viango con el Picu Colláu detrás.

Otra lagunilla en la Llosa Viango. La foto muestra la zona más occidental del valle.
Seguimos la ruta avanzado hacia el este por la amplia vaguada del valle y, aunque sale alguna senda por la ladera norte, continuamos por el fondo del valle incluso cuando, al final, se encajona en la breve ascensión final al Collado la Raíz. El día está siendo muy caluroso y nos quedamos sin agua; tendremos que comer más tarde en San Roque. El collado da acceso al Valle de la Mardola por cuya margen izquierda continúa la senda hacia el este.
Después del Collado la Raíz seguimos la senda unos dos kilómetros hasta los prados y cabañas de La Cutera y Las Carboneras que vemos en la foto.
Después de un par de kilómetros entre pequeñas camperas y abundantes zonas invadidas por la maleza, la senda nos lleva a una zona de prados y cabañas todas en ruinas. Primero encontramos la cabaña y el Práu la Cutera, poco más allá están Las Carboneras con bastantes prados y cabañas, de las que sólo la última se conserva bien y se distingue por su larga y fea chimenea.
Cabaña de Las Carboneras donde la senda de bifurca. Seguiremos por detrás de la casa.
En este punto la senda se divide en dos: una sigue de frente para enlazar poco más adelante con la pista que baja a Purón; la otra, por la que seguimos, se orienta al norte y sube tras la casa. Debemos remontar otros cien metros para alcanzar el collado Pellu Cabrero; más prados perdidos. Siguiendo el camino, mantenemos la dirección norte con la vista puesta la cabaña de El Brañizu a la sombra de una enorme encima.
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Una pequeña bajada y otra corta subida nos deja junto a la cabaña. Un precioso camino empedrado se dirige hacia el noroeste para emprender una tendida bajada por la empinada ladera norte de la sierra. Merece la pena recorrer este camino con vistas a la franja costera llanisca y la loma de la Sierra de Purón.
Precioso camino empedrado por el que bajamos

Otra imagen del camino de bajada

Rasa costera con Llanes a la izda y la Sierra de Purón en primer término. También vemos San Roque del Acebal.
Abajo, el camino sale a una pista en el Collado Bodunco que se reorienta al norte. Con mucha piedra suelta el camino ancho termina el descenso al lado del cementerio San Roque. La carretera nos lleva, primero entre prados, después entre las casas de San Roque del Acebal hasta la carretera nacional 634 donde termina la ruta.

Lorenzo Sánchez Velázquez

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