martes, 19 de febrero de 2019

Invernal por los picos El Bayo y Peñalba desde Tarna

Salida y llegada: Tarna (concejo de Caso)
Distancia: 13 km
Duración: 6:00 h (sin paradas)
Subidas acumuladas: 850 m
Altura Inicial: 1000 m
Altura máxima: 1625 m
Fecha de realización: 16/II/2019
Dificultad: media
Track de la ruta




Nota: Ruta invernal con mucha nieve que oculta los caminos y sendas, pero también la maleza. Por eso en algunos tramos nos separamos un poco de los caminos y sendas. Ideal para hacer con raquetas aunque nosotros no las usamos.

Itinerario: Tarna – Camino a la Cascada del Tabayón y Llanu’l Toro – Desvío a la Llana’l Toro – Desvío a la Requexada – Los Robellaos (cruce Arroyo Requexada) – Majada de la Requexada –Cabecera del Valle los Simones o Ricaín – Pico del Bayo – Valle y majada de Moneo – Collado Pozo – Peña Peñalba – Collado Pozo – Llanos de Pría (nacimiento del río Nalón) – Camino Real de Tarna (GR-102) – La Tintera – Carretera AS-17 – Camina Real de Tarna – Tarna.
Salimos de Tarna siguiendo las marcas del PR AS-60 Cascada del Tabayón por un camino ancho (O) que deja a la izquierda el cementerio. Avanza entre prados dejando a la izquierda el inmenso bosque del Monte Verde y la Llanu’l Toro y a la derecha la cuenca alta del Nalón rellena de prados delimitados con setos de avellanos y hayas.
Camino ancho hacia la Cascada del Tabayón, el Llanu'l Toro y La Requexada
Enseguida sale un señalizado ramal a la izquierda que sube hacia la Llanu’l Toro donde hay varios robles centenarios catalogados. Hacia allí nos dirigimos (S), pero pronto, en la siguiente bifurcación, dejamos el marcado camino (PR AS-60) y cogemos otro a la derecha, también ancho pero sin señalizar, que avanza llano por el valle de la Requexada.
Bifurcación señalizada: de frente a la Cascada del Tabayón y a la izda al Llanu'l Toro y La Requexada.
Nos deja en los prados de Los Robellaos donde cruzamos el Arroyo Requexada. A partir de aquí caminaremos por zonas de nieve virgen más o menos dura y de mayor o menor espesor hasta que lleguemos a Tintera, cerca de Tarna en el camino de regreso.
Camino de La Requexada en donde aparecen las primeras manchas de nieve.

En Los Robellaos cruzamos el Arroyo Requexada. Rodeamos  por la derecha los montículos que se ven
Una peña con árboles cierra la campera y la rodeamos por la derecha accediendo a otro prado con cerca de piedra y alambre de espino que atravesamos. Los prados y el bosque quedan atrás y por delante tenemos algunos canchales y monte bajo completamente ocultos por la nieve (sólo vemos los pedreros más inclinados donde la nieve resbaló).
Después hay que cruzar este prado y salir del bosque para superar una fuerte subida y acceder a la Majada de la Requexada.
En este tramo nos desviamos sin querer del camino remontando duramente la fuerte pendiente y arriba tuvimos que rectificar. Accedemos a la campera llana donde se situaba la Majada de la Requexada con los restos de algunas cabañas. El paisaje nevado es espectacular; nadie ha pisado estos parajes desde la última nevada hace semanas. El Cordal de Ponga (Maciédome y Tiatordos) y una buena parte de los montes de Caso (Campigüeños, La Carasca, La Senda, Requexón de Valdunes o Cantu’l Oso) están a la vista.
Echamos la vista atrás desde la mitad de la subida. Vemos el Valle de la Requexada.

Otra imagen donde se aprecia mejor la fuerte pendiente.

Alcanzamos el collado que da acceso al circo de La Requexada. Mirando hacia el norte vemos el Tiatordos y el Maciédome.
 Seguimos hacia el este atravesando un bosque y un prado para acceder a otro collado a los pies de la modesta Peña de Terreros a la que no subimos. Entre esta peña y el cercano Pico el Bayo baja hacia el norte el valle del Reguero los Simones o Ricaín.
Amplia campera de La Requexada que se asiente sobre un precioso circo rodeado por los verticales escarpes de la Sierra de Mongayo. Desde aquí nos dirigimos al canal que se intuye hacia la dcha en medio del bosque.
Lo faldeamos subiendo unos metros para evitar la fuerte pendiente hacia el valle y nos acercamos al montículo del Pico el Bayo que por este lado (S) apenas parece una montaña, pero al norte cae verticalmente más de 500 metros sobre el reguero de Moneo y el río Nalón. Impresionante atalaya que permite admirar todo el Cordal de Ponga, los montes de Redes, los Picos de Europa,…
A la izda la cercana Peña de Terreros. Al fondo vemos el Requexón de Valdures, La Senda, La Carasca y el Campigüeños. El Tiatordos y el Maciédome quedan fuera de la foto a la dcha. Ya los saqué en otra foto aunque desde aquí se ven mucho mejor.

Desde el collado próximo a la Peña de Terreros miramos hacia el sur. Vemos la peña Cerrosa que precede al Pico Mongayo. A la izda baja el Valle de los Simones que rodeamos por la loma que se ve en la foto.

Las piedras que se ven hacia la mitad izda de la foto corresponden a la cumbre del Pico Bayo que al otro lado caen verticales. El pico de la dcha es La Abedular y al fondo sobresale Peña Ten por encima de la Peña de Montobiu.
Regresamos al collado y continuamos un rápido descenso hacia el sureste sobre una gruesa capa de nieve blanda incómoda de caminar sin raquetas; cada varios pasos nos hundimos hasta la cintura. Llegamos a los prados y cabañas derruidas de Moneo donde nace el reguero y el valle del mismo nombre que bajan hacia el norte. Un camino baja también por allí y por él se podría atajar algo, pero va muy encajonado por la umbría ladera norte que mantiene nevero helados hasta cotas muy bajas. Además, queremos subir a las magníficas Peñas Peñalba al este, atalaya sobre el valle del Nalón (mismas vistas que las descritas antes) y los montes de León (Mampodre, Peña Ten), llegando la vista hasta el lejano Espigüete en Palencia.
Foto hacia atrás desde la Majada de Moneo. Vemos el Pico el Bayo y la ladera por la que hemos bajado.

También desde la Majada de Moneo y en sentido contrario. Vemos la Peña Peñalba y el Collado Pozo.
Desde la majada Moneo toca remontar por la ladera opuesta (E) hasta el Collado Pozo. Unos metros de dura subida al norte y nos situamos sobre la arista de la Peña Peñalba que recorremos hasta el final donde se encuentra el punto más alto. Paramos a reponer fuerzas. Para regresar, desandamos la arista y nos acercamos a la caseta de servicio de la antena de telefonía situada en su extremo oriental, bajando después al Collado Pozo.
Pico Remelende desde la cima de la Peña Peñalba

Macizo del Mampodre desde la Peña Peñalba.
Seguimos una sendilla que aparece en el collado (sin nieve), pero pronto, cuando reaparece la nieve, lo perdemos y bajamos directos (E) cómodamente por la nieve blanda que al tener menos espesor frena el descenso. Llegamos al lado de una gran nave ganadera en los Llanos de Pría por donde discurre el reguero que más abajo se convertirá en el río Nalón muy cerca de su nacimiento en la Fuente la Nalona.
Llanos de Pría y nacimiento del río Nalón muy cerca del Puerto de Tarna. El pico de atrás es La Abedular.
En paralelo a la carretera AS-17 nos dirigimos al norte hasta enlazar con el Camino Real de Tarna y el Sellón (GR-102) que nos va a permitir bajar cómodamente a Tarna. Según dice un cartel, el prado con cerca de piedra y alambre de espino que cruzamos es propiedad del pueblo de Tarna. Al otro lado hay un monolito en homenaje a los muertos de la aldea durante la Guerra Civil. El camino real, ancho y armado, mantiene algunos neveros cuando pasa bajo el túnel de El Negro y se interna en el bosque de Sopenalba hasta llegar al prado y cabaña de La Tintera.
Nevero en el Camino Real de Tarna y el Sellón.

Pasada La Tintera y un corto tramo de carretera tenemos esta imagen de la aldea de Tarna desde el Camino Real.

Iglesia de Tarna. El pico que vemos al fondo  hacia la dcha es la Peña Peñalba.
Un poco más adelante da un brusco giro a la izquierda y desemboca en la carretera de la que sale enseguida después de dar una curva en herradura. Nuevamente en el camino real, y reorientándonos al norte, vamos dejando los prados a la izquierda y a la derecha el bosque y la carretera. Finalmente entramos en Tarna. El camino real evita las siete grandes curvas de herradura de la carretera actual y es un precioso itinerario que merece la pena recorrer.

Lorenzo Sánchez Velázquez

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