sábado, 24 de diciembre de 2016

Cabeza el Arco. Circular desde Caleao

Salida y llegada: Ermita de San Antonio en Caleao (Concejo de Caso)
Distancia: 15,1 km
Duración: 6:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1000 m
Altura Inicial: 680 m
Altura máxima: 1598 m
Fecha de realización: 10/XII/2016
Dificultad: media
Track de la ruta




Itinerario: Ermita de San Antonio (Caleao) – Caleao – La Porquera – Valle Xulió – Mayada Xulió – El Mayaín – Colláu l’Arcu – La Cabeza L’Arcu – Pico L’Arcu – Colláu l’Arcu – Mayada y Valle Pandiellina – Colláu Prendeoriu – Valdelaxerra –  Ruta de los Arrudos – Ermita de San Antonio.

Hacía años que no pasaba por el valle Xulió. Fue en el 2008 cuando, intentando llegar al Retriñón desde Caleao, la nieve nos obligó a rebajar el objetivo y quedarnos en la Muezca bajando después por Los Arrudos. Desde entonces quedó pendiente la subida al Cabeza el Arco situado enfrente y decidimos repetir la ruta.
Caleao, desde el camino al Valle Xulió con el Cantu la Guariza al fondo.

Como en el pequeño aparcamiento situado frente a Casa Zulima en Caleao no había sitio donde dejar el coche, decidimos situarlo frente a la ermita de San Antonio (670 m) al comienzo de la “Ruta de los Arrudos”.
Peña Rosques desde cerca de El Ceriscu. En esta zona el camino llanea hasta el río Xulió.

La mañana de este final de otoño, tan suave, está fresca, y en los prados cercanos al río, la niebla húmeda se mantiene mientras que en las zonas algo más altas, donde nos encontramos, los primeros rayos del Sol evaporan el rocío produciendo un precioso halo en forma franjas de niebla transversales que poco a poco se irán quitando.
Camino ancho, entre castaños.

Nos ponemos en marcha retrocediendo por la pista hasta la carretera y el pueblo; y mientras lo atravesamos en paralelo al Reguero Avellero, encontramos preciosos hórreos y casas, buenos restaurantes y algunos anuncios de alojamientos de turismo rural. Superadas las últimas casas, abandonamos el camino hormigonado y cruzamos el arroyo por un puente que nos orienta hacia el sur. El camino es antiguo y está empedrado (señalizado con marcas recientes como PR AS-124 “Ruta Cabeza de Arco”) y, nada más empezar, nos ofrece una preciosa estampa del pueblo.


Cabañas de la Porqueriza.

Entre grandes castaños de los que nos servimos el otoño del año pasado, el camino sube suavemente y nos orienta a poniente en las cabañas de El Ceriscu (770 m) (enfrente vemos el bosque que cubre la vertical ladera norte de la Peña Rosques al otro lado del arroyo o río Xulió), después llanea hasta acercarse al arroyo y lo que cruza (790 m) por un vado donde estuvo el puente de La Campa. Más arriba encontramos una bifurcación perfectamente señalizada que nos envía hacia el Valle Xulió; la otra rama sube al collado Pandefresno (900 m) que nos separa del famoso valle del río Alba en Sobrescobio.
        
Pasada La Porqueriza y el Arroyo Xulió, el camino sigue por su margen izquierdo.

El bosque de hayas y acebos nos envuelve y el camino ancho de tierra y piedra nos permite subir mansamente hasta alcanzar las cabañas de La Porqueriza adosadas y al cobijo de una gran roca. Después se transforma en senda que, más arriba, cruza de nuevo el reguero Xulió (recuerdo que en este lugar había un viejo y precario puente de madera que ya no existe; se lo debió llevar alguna riada cuya cicatriz quedó grabada aguas arriba en su descarnado cauce). El paso es sencillo si no lleva demasiada agua, pero durante el deshielo puede ofrecer alguna dificultad.
Majada Xulió. Al fondo vemos el pico La Muezca y el collado del mismo nombre; el Retriñón queda a la derecha fuera de encuadre.

Situados en la margen izquierda, la senda, armada en algunos tramos y de perfecta traza en todos, remonta alejándose del arroyo y nos sitúa, más arriba, en un punto donde volvemos a cruzarlo para alcanzar una portilla metálica. Descruzamos de nuevo y regresamos a la margen izquierda por la que remontamos hasta los extensos prados donde se ubica la guapa Majada Xulió (1070 m). Nos recibe una primera y solitaria cabaña de reciente cubierta y, más arriba, apiñadas, las demás; unas están en buen estado y otras en ruinas pero el paraje es precioso: la alargada cresta del Retriñón, que finaliza en el pico Moroma, cierra el valle por el oeste, por el este llena el campo visual el Pico el Arco (nuestro objetivo) y al sur el propio Retriñón y el collado y pico La Muezca.
Una de las cabañas de la majada Xulió.

Una vez cruzada la majada y el arroyo (otra vez), la senda nos lleva hasta los  restos de lo que fueron las cabañas de El Mayaín (1160 m) y, más arriba, al dar una cerrada curva a la izquierda (al este), a las ruinas de la Majada del Arco. Ahora sube entre solitarias hayas que, sin su cubierta verde, dejan ver la gran peña que vamos a coronar, y termina en la Collá el Arco (1345 m) dando vista al este.


Ruinas de la majada de El Mayaín.

Entre las hayas se deja ver la gran mole caliza del Cabeza el Arco.

Llegando al Colláu'l Arcu. Subiremos al pico rodeando la peña por la izquierda y bajaremos por una canal a la derecha.

Dejamos las marcas del PR (que retomaremos al bajar) para dirigirnos directos a la cima de la gran peña. El primer crestón transversal lo superamos por una estrecha grieta donde encontramos los primeros hitos, después accedemos a una inclinada meseta de piedra suelta y matojos que nos orienta a los escarpes rocosos de la izquierda y a una arista que cruzamos con cuidado. Una vez superada, alcanzamos un breve y muy inclinado embudo que rodeamos siguiendo un senderillo entre las altas hierbas (quizás este sea el lugar más delicado de la ascensión) que nos lleva, al otro lado, a otra fuerte subida. Más arriba, alcanzamos un corredor de hierba, también muy inclinado y con fuertes caídas a la izquierda, que sale a la arista suroeste de la montaña.

Al llegar a la roca nos escoramos a la izquierda.

Punto de cruce de la arista que nos lleva a un embudo con fuerte caída a la izquierda.

Mirando hacia atrás: un tramo del corredor de hierba con mucha inclinación. Al fondo pico y collado La Muezca.

En la arista final. Se puede seguir por ella o bajar algo a la derecha para subir después por la vaguada de hierba (ver la foto de abajo).
La arista va por la izquierda. Enfrente vemos la ladera de hierba por la que subimos.

Se puede continuar por la misma arista o, como hicimos nosotros, rodearla al otro lado para situarnos sobre una herbosa, empinada y extensa (comparada con la anterior) ladera que nos deja en la cima (1598 m). Unas tristes piedras la marcan; pobre coronación para una cumbre tan emblemática que tiene la mala suerte de situarse bajo la protección de su hermano mayor el Retriñón. Pero las vistas que nos ofrece son espléndidas: una buena parte de los concejos de Caso, Ponga, Sobrescobio y Piloña, y multitud de cumbres hacia el este, hasta los Picos de Europa.

Tiatordos, Picos de Europa al fondo y a la derecha Visu la Grande.

En primer término Sierra de la Canalina (Visu la Grande y Atambos); por detrás, Peña Ten y Pileñes.

Desde Cabeza el Arco: a la izda Sierra de Corteguero (Peña el Viento y Rapaína por encima); por detrás de izda a dcha vemos la cuerda que va del Cascayón al Torres.

Larga arista que va del Pico Coriscao y la Peña Tabierna a la izda hasta La Muezca a la dcha. Abajo, Colláu'l Arcu y Collá Raneru.

Vemos la arista por la que podríamos haber subido y la canal de hierba por que alcanzamos la cima. El Retriñón, al fondo.


Desde Cabeza el Arco: picos Riegos, Cuyargayos y Terralina.

Caleao con teleobjetivo.

Como es nuestra costumbre, disfrutamos de las vistas y de un merecido descanso que apenas dura una hora. Para descender de la peña seguimos un camino alternativo algo más sencillo. Desandamos la ladera de hierba y evitamos la cresta rocosa para seguir a la izquierda por un terreno mixto de piedra y hierba muy inclinado e hitado. La breve senda gira a la derecha para situarnos más abajo frente a una vertical canal perfectamente hitada que nos permite finalizar el descenso de la zona rocosa.

Después bajar por un amplio e inclinado valle de hierba, bajamos por esta inclinada ladera antes de enfilar la canal.

Seguimos el descenso hacia la canal que se intuye más abajo.

Vista atrás: después de las rocas bajamos directos entre los helechos y algunas zarzas hasta enlazar con la senda que viene del collado.

Desde aquí, podríamos virar a la derecha para alcanzar el cercano collado del Arco y continuar por la senda marcada, pero decidimos seguir directos monte abajo, con menos inclinación, y con la ladera cubierta de helechos y alguna zarza, hasta dar con la senda que viene del collado cerca de la hermosa Mayada Pandiellina (1150 m). Tiene dos buenas cabañas, una con cubierta de piedra y otra retejada.
Mayada Pandiellina

La senda, ahora bastante llana, sigue el PR, deja a la izquierda las pocas cabañas medio en ruinas de la Mayada Felgueru (1080 m) y nos sitúa en el Colláu Prendeoriu (1050 m) donde se ensancha convirtiéndose poco a poco en pista en la zona que los mapas llaman de Valdelaxerra. A partir del collado el camino desciende rápidamente dando varios zigzags hasta desembocar en la “Ruta de los Arrudos” (830 m).
Cabaña en la Mayada Felgueru.

Siguiendo esta conocida ruta, enseguida cruzamos el puente de la Fumigosa y, más adelante, dejamos a la derecha las buenas construcciones de Fresnedo (730 m) de donde baja una pista hormigonada por la que pasamos no hace mucho cuando subimos al Corteguerón por este mismo camino de los Arrudos y La Fuentona y bajamos por los collados Castiellu y Cobo.

Puente de la Fumiosa.


Puente y casa de Corones
Por el ancho y placentero camino continuamos el paseo cruzando los puentes Agualmayo, Corones (con su preciosa y cuidada casa), Riafresno y Xenra (este último sobre el arroyo Xulió poco antes de ceder sus aguas al rio de los Arrudos) para subir, ya hormigonado, a la ermita de San Antonio donde encontramos a algunas mujeres del pueblo limpiándola. Nos permiten hacer una breve visita en la que descubrimos su pequeño retablo policromado.

Lorenzo Sánchez Velázquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario