Datos de la ruta
Salida y llegada: Circular desde el collado Angón (en el concejo de Amieva)
Distancia: 14,4 km
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Perfil de la ruta |
Subidas acumuladas: 1150 m
Altura Inicial: 815 m
Altura máxima: 1745 m
Dificultad: media
Track de la ruta
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Mapa del recorrido |
Punto de partida:
Collado de Angón (815 m) al que llegamos por una pista hormigonada desde la localidad de Amieva. Está señalizada a la entrada del pueblo. En el mismo collado hay un aparcamiento
Sierra de Amieva desde El Brañosu |
Valle de Piriañes |
Llegando a la majada de Piriañes |
El bosque "encantado" de Piriañes |
Macizo de Cornión, desde el collado Parriellu |
Cima del Valdepino |
Del aparcamiento salen dos caminos. El de la izquierda, por el que regresaremos, es el magnífico camino empedrado de la “Senda del Arcediano”; el de la derecha, por que comenzamos la ruta, lleva hasta las cabañas y prados del Cuetu y Praotoru. Estamos en la vertiente septentrional de la Sierra de la Escampada y a los pies del crestón donde finaliza: Cabeza la Texa (1235 m).
El camino ancho finaliza enseguida en una portilla que da acceso a un prado con cabaña. No la cruzamos. Unos metros antes, sale a la izquierda el camino antiguo, en parte empedrado y en parte embarrado, que deja a la izquierda el frondoso bosque que se extiende hasta el crestón rocoso de la Cabeza la Texa y a la derecha algunas cabañas y prados. Donde la senda comienza el descenso, la abandonamos cruzando un prado que en lo más alto tiene una cabaña en uso (El Brañosu). (Un poco antes, debimos seguir por otra senda para acceder a él por la portilla. Tuvimos pasar bajo una tensa alambrada de espino). Al otro lado del prado una portilla fija de madera nos permite retomar el sendero que sube hasta la Jorcada de Arriba (985 m). En el último tramo la senda casi se pierde y ascendemos por la zona más despejada cerca del murallón calizo.
En la horcada se abre el horizonte sur con sendos valles por los que discurren los arroyos de Piriañes, a la izquierda, encajonado entre la Sierra de la Escampada y el Monte los Tornos y el de Gustaviego, entre éste último monte y la Xerra de Gustiviegu; todo ello cubierto por un frondoso bosque. Al otro lado de la Xerra están las majadas de Baeno que vierten directamente al Sella en el mismo desfiladero de los Beyos.
En collado viramos del suroeste al sureste, faldeando la sierra en descenso hasta llegar al fondo del valle siguiendo sendas de animales. El arroyo Piriañes nos recibe con su suave y claro rumor en este paraje recóndito y casi salvaje. Una senda bien marcada sigue paralela al abundante reguero que recoge el reciente deshielo primaveral. La senda da paso a un pequeño tramo de camino empedrado cerca de la majada Piriañes (970 m) donde llegamos. De ésta apenas quedan restos de algunas cabañas cubiertas por la exuberante vegetación. El lugar es hermoso e incita al descanso y al sosiego a la orilla del cristalino arroyo que en algunos tramos, más arriba, muere para renacer más abajo con brío. Espinos, acebos, hayas se entremezclan formando un tupido dosel bajo el cual el musgo cubre las piedras a la orillado de la susurrante riega. La senda, menos marcada pero perceptible, nos lleva por el mismo fondo del valle ahora por la margen izquierda del arroyo. Más arriba encontramos grandes y viejos tejos que compiten en frondosidad con grandes hayas: el joven tono verdeclaro de las recientes hojas primaverales de éstas contrasta fuertemente con el verdeoscuro de aquellos.
En los claros del bosque echamos la vista atrás para apreciar el ascenso realizado. Así descubrimos la rica pradería de la majada La Texa situada en la cima de la Sierra de la Escampada, al lado de la Cabeza la Texa. En la zona más alta del valle, el bosque da paso a lo que fueron praderas y hoy son asiento intermitente de cotoyas. En esa zona límite es donde encontramos los tejos.
Peña Ten y Pileñes desde Valdepino |
Las vistas a poniente son espectaculares: el macizo del Cornión del que nos separa el profundo valle del Dobra, casi a nuestro alcance. Al sureste, el Cantu Carbonero del que nos separa el Arroyo Toneyo que tocaremos al pasar por la majada Sabugo en el camino de regreso. A la derecha del Cantu, vemos nuestro objetivo el pico Valdepino, por encima del Rasu.
Cantu Cabronero y Peña Beza |
Desde aquí, la cresta de la montaña se divisa próxima y hacia ella nos dirigimos. Al llegar, el precipicio se abre a nuestros pies: el Valdepino cae vertical por sus laderas occidental y meridional. Un corto recorrido por ella, rodeando por la derecha un jou, nos deja al lado del vértice geodésico que corona la cima. Las vistas ya las he descrito antes.
Majada de Sabugo (Sahugu) |
Senda del Arcediano y Cantu Cabronero |
Senda del Arcediano |
Proseguimos el camino, que después de rodear la Xerra Trapallera, nos ofrece a la derecha la vista de la Mallada Cuerries. Más adelante, poco después de comenzar el suave descenso, pasamos al lado de la fuente y pilón de Jelmeda o Gelmeda, cuyo cartel de señalización unos desaprensivos han arrojado al barranco (¡lástima de energúmenos que tan poco aprecio siente por lo publico!). Hacia el final, viejas y retorcidas hayas musgosas nos despiden abarcando con su retorcido tronco el camino que nos deja en el aparcamiento del collado Angón.
Lorenzo Sánchez Velázquez
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