lunes, 20 de mayo de 2019

Sierra de Peñalaza. Circular desde Busdongo

Salida: Busdongo (Municipio de Villamanín)
Distancia: 16,0 km
Duración: 7:30 h (sin paradas)
Subidas acumuladas: 1200 m
Altura Inicial: 1250 m
Altura Máxima: 1796 m
Fecha de realización: 19/V/2019
Dificultad: media
Track de la ruta


Itinerario: Busdongo – Río Bernesga y Vías del tren – Collado Busbudel – Arroyo Busbudel – Collado los Altares – Peña el Rubio – Sobre la Rasa – Collado – Sobre la Viesca – Collado – Alto Cochamil – “Camino de los Republicanos” – Arista de Peñalaza –  Peñalaza –  Los Picos –  Arista de La Carbona – Peña la Carbona – Peña la Calva – Arista de La Calva – El Furacón – Antigua cantera – Arroyo Valle el Canal – Pista a Busdongo – Vías del tren y Río Bernesga – Busdongo.

Recorrer el alargado castillo de la Sierra de Peñalaza visitando restos de trincheras y antiguos caminos construidos por las milicias republicanas durante la Guerra Civil para fortificar este baluarte natural, subir a las cimas más altas de la sierra y pasar bajo el enorme “ojo” de El Furacón fueron los alicientes y objetivos de esta impresionante ruta.
Vista de Busdongo desde la pista que nos permitirá subir al Collado Busbudel.
 Aparcamos entre las primeras casas de Busdongo al bajar del Puerto de Pajares y comenzamos la ruta cruzando el río Bernesga por un puente de hormigón y las vías del tren por un paso a nivel sin barreras. Una ancha pista sube dando varias revueltas hacia el collado Busbudel.
Peña la Carbona desde la pista que sube a Busbudel.
Desde la pista echamos la vista atrás para ver las casas de Busdongo, el Valle del Canal (izda) por donde bajaremos y el Valle del Bernesga que sube hacia el Puerto de Pajares.
La pista termina en las praderas del Collado Busbudel adonde llegamos después de caminar 2,5 km y subido 250 metros. El valle que se abre ante nuestros ojos está recorrido hacia el norte por el Arroyo Busbudel, mientras que al sur la empinada ladera de la sierra finaliza en los crestones y picos cimeros, donde vemos en un segundo frente la cumbre más alta: Peñalaza.
Valle de Busbudel desde el collado homónimo. El pico que vemos hacia la izada es el Peñalaza. La senda cruza el arroyo y rodea por la izda la mata que vemos de escobas.
Una senda cruza la cabecera del valle Busbudel sin perder altura para cruzar el arroyo y rodear una espesa mata de escobas y subir al siguiente collado (Collado los Altares). Desde aquí ya vemos tras un crestón la cima de la Peña el Rubio y la mayor parte de la cara norte de la Sierra de Peñalaza que vamos a recorrer a media altura.
Llegando a la Peña el Rubio que rodeamos por la izquierda.
Merece la pena subir a la Peña el Rubio pues se cree que en la cueva situada en esta atalaya y dominando el valle alto del Bernesga, se encontraba el Cuartel General de los milicianos que defendían este sector del frente norte durante la Guerra Civil. Rodeamos la peña por la izquierda y subimos por una corta y empinada canal (después vimos que un poco más adelante se podía subir con facilidad) hasta alcanzar el abrigo y la cueva.
Cueva, plataforma y abrigo en la Peña el Rubio

Leyenda en la Cueva el Rubio donde se informa de los batallones republicanos que la defendían.

Vista del Valle del Bernesga desde la cueva situada en la Peña el Rubio. El pueblo que se ve es Busdongo.
La senda, que en algunos tramos se pierde, continúa a media ladera (hay otra más abajo pero se pierde demasiada altura) y avanza hasta el siguiente collado por la cabecera de La Rasa; empinada campera que baja hasta el valle. Hacia arriba las agujas, crestones y peñas de originales y variadas formas forman un conjunto abrupto y bello.
Vista hacia atrás de la cueva en la Peña el Rubio.
Zona más alta de la ladera de Peñalaza.
Superado el siguiente collado sobre uno de los hombros que bajan de la sierra accedemos al Valle  de la Viesca más abrupto que el anterior, con canales y pedreros que caen casi verticales. Damos vista al collado final de la sierra al que nos eleva la senda pegada a las peñas.
Por la zona de La Viesca la senda avanza hacia el collado final que vemos hacia la mitad del foto.
Una vez alcanzado el collado, cuyo nombre desconozco, emprendemos una corta pero vertical bajada, sin camino ni senda hacia el valle de La Viña que cierra por el este la Sierra de Peñalaza.
Comienza la vertical bajada por la canal oriental hacia el Valle la Viña (no se ve el fondo). El pico que vemos cerca es el modesto Cirichuelo.
Una vista del canal de bajada una vez rodeadas las peñas.
En la parte inferior y antes de llegar al fondo del valle, rodeamos las peñas orientándonos hacia el sur y evitando perder altura. Alcanzamos el Collado Cochamil que nos abre la vista hacia las extensas camperas de Rodiezmo, San Martín y Poladura de Tercia. A la derecha quedan las empinadas canales que suben a Peñalaza.
Camperas de San Martín y Poladura de Tercia. La foto está tomada en el arranque del "Camino de los Republicanos".
Queremos subir por el llamado "Camino de los Republicanos" que construyeron durante la guerra para subir a lo alto de Peñalaza. En el collado comenzamos una dura subida hacia el roquedo sin camino ni senda. Además, ninguna de las canales que se ven desde el collado es por la que queremos subir. Primero cruzamos una alambrada de espino en mal estado y subimos hasta alcanzar las peñas, después seguimos hacia el este, en llano, buscando la siguiente y amplia canal. Desde abajo se ven con claridad las armaduras del camino que aún resisten en la parte más alta.
Cruzamos esta alambrada y rodeamos las peñas por la izquierda. La siguiente canal ancha es por la que subiremos.

Canal por la que subía el "Camino de los Republicanos". La parte inferior es muy inclinada y el camino está completamente perdido.
En la zona alta, donde la canal se estrecha se conservan en buen estado las armaduras originales que ayudan en la dura progresión.
Llegando a la zona más alta de la canal, cerca de las armaduras del camino

Imagen del camino armado en la zona más inclinada

En esta imagen se aprecia mejor la inclinación del terreno.
Salimos a una zona caótica con multitud de peñas de todo tipo y zonas rellenas de broza. Quizás perdimos la senda o simplemente no existe, el caso es que continuamos subiendo buscando los riscos más altos hasta dar con los que cierra la sierra por el norte (los más altos). Esta zona de la sierra es muy caótica y hay que caminar sorteando peñas, grietas y piornos.
Formaciones rocosas en Peñalaza
Imagen típica del escarpado paisaje de Peñalaza
Una vez alcanzado el punto oriental más alto de la sierra continuamos superando los sucesivos peñascos hacia el oeste en paralelo al camino por el que vinimos. Después de superar varios alcanzamos el punto más alto en Peñalaza donde hay un buzón de montaña adosado a una cruz de cementerio que da un poco de grima.
Imagen de los crestones que tenemos que superar para llegar a lo más alto de Peñalaza

Pequeño destrepe para evitar los peñascos más inhóspitos. 

En medio se ve la cruz que corona Peñalaza.
Alcanzada la cima paramos a reponer fuerzas y disfrutar del entorno. Aunque el día está despejado hace un viento frío y desapacible; no obstante las vistas son formidables en todas las direcciones.
Vista hacia atrás de la cresta por donde hemos subido. Algunos compañeros aún están en ella.
Vista hacia el suroeste: Peña Barragana (izda), La Brazosa, Peña Esquina y las Tres Marías en el centro.
Embalse de Casares y Pico Melíta (dcha)
Reanudamos la marcha siguiendo una sendilla y los hitos que bajan por la sencilla arista oeste. Por aquí es por donde se sube normalmente. La ladera y el paisaje son mucho más amables y predominan pequeñas y amplias camperas separadas por crestones calizos que iremos salvando, casi siempre buscando la arista norte, la más alta.
San Martín y Poladura de Tercia. También se ve una zona de camperas en Peñalaza.

Villamanín desde Peñalaza

Pico Fontún desde Peñalaza
Alternando zonas de roca con tramos de hierba avanzamos más rápido hasta alcanzar la larga arista caliza de Peña la Carbona. En la aproximación a la peña, intentamos seguir la arista para no perder altura, pero en otros momentos esquivamos algunas afiladas cuchillas; otras veces debemos destrepar unos metros por canalucos.
En la zona intermedia entre Peñalaza y la arista de La Carbona se intercalan camperas con peñascales.
En una larga zona de campera nos asomamos a la vertiente norte para ver el Valle el Canal por donde va la pista por la que subimos. Al fondo se ven algunas casas de Busdongo.
Pasada esta zona llana y herbosa retomamos el caótico roquedo pero dando a vistas a los dos picos finales: Peña la Carbona y Peña la Calva. En este tramo habrá que usar ocasionalmente las manos, sobre todo cuando lleguemos a la arista. Antes, para evitar rodear una peña, debemos destrepar una corta pero vertical canal.
Ya tenemos a la vista  al fondo de la imagen, los últimos picos: a la izda Peña la Calva y en el centro Peña la Carbona. Antes hay que superar varios crestones y la arista cimera.
Pequeño destrepe para evitar el rodeo de una peña
Zona más amable y previa a la arista final de La Carbona.
La arista de la Peña la Carbona es algo aérea pero sin dificultad, tan sólo hay un paso algo expuesto, lo demás es sencillo.
Por la arista de La Carbona. A la izda, que no se ve, las caídas son verticales.

Llegando a la cima de la Peña la Carbona
Sin camino ni senda bajamos por donde mejor nos parece por la ladera occidental, entre la broza de bajo porte que apenas dificulta la marcha hasta el cercano collado que nos separa de la Peña la Calva. Un duro repecho por la ladera norte nos deja en la cima de esta última atalaya.
Vista de la Peña la Calva desde el collado que la separa de La Carbona.. Se sube por la ladera de la derecha.
Desde la Peña la Calva miramos hacia atrás para ver la ladera de la Peña la Carbona por donde bajamos.
Siguiendo unos puntos rojos pintados en las rocas continuamos por la ladera occidental de la Peña la Calva hasta situarnos sobre un parapeto construido seguramente durante la Guerra Civil. En este punto comenzamos la bajada siguiendo una marcada senda. Hay que señalar que durante toda la ruta hemos encontrado muchas construcciones que a modo de abrigo o parapeto sirvieron quizás como defensas en la contienda. También hemos encontrado muchos fragmentos metálicos de metralla o de proyectiles o vainas que muestran los duros combates que se libraron en estas cumbres en los días previos al derrumbe del frente norte durante la Guerra Civil.
La senda da dos revueltas para descender rápidamente encaminarse hacia el suroeste por la cumbrera de esta sierra mucho más amable que la que traemos. Sin embargo enseguida dejamos las senda y bajamos de frente hacia el noroeste hasta toparnos de sopetón con El Furacón. Es una enorme ventana con su dintel calcáreo por la que se puede pasar y descender.

Llegando al Furacón

Bajando al Furacón para pasar por él y continuar el descenso.
Vista hacia atrás del Furacón.
Pasado el Furacón continuamos un rápido descenso por una empinada vaguada de hierba que pronto se transforma en senda que nos lleva a lo que queda de una antigua cantera.
Restos de una construcción de apoyo a una cantera. Arriba la Peña la Calva y el Furacón.
Podríamos seguir el descenso directo hacia el fondo del Valle el Canal y continuar por él hasta Busdongo. Pero vamos a seguir el camino de acceso a la cantera que faldea la sierra, cruza el arroyo Valle el Canal y desemboca en una ancha pista que a su vez se orienta con el valle.
Peña la Calva y Furacón desde la pista que baja a Busdongo.
Llegando a Busdongo

Peña la Carbona con caídas verticales a la izda y Peña la Calva poco antes de llegar a Busdongo
Bajamos rápidamente contemplando desde lejos el Furacón y la Peña la Calva y, más abajo, la Peña la Carbona que se hace evidente casi al llegar a Busdongo. Enlazamos con el camino de ida para cruzar las vías del tren y el río Bernesga antes de salir a la carretera nacional.

Lorenzo Sánchez Velázquez

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