miércoles, 13 de julio de 2016

La Senda y Requexón de Valdunes. Circular desde Orlé

Salida y llegada: Orlé (concejo de Caso)
Distancia: 16,2 km
Duración: 7:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1350 m
Altura Inicial: 650 m
Altura máxima: 1705 m
Fecha de realización: 26/VI/2016
Dificultad: media
Track de la ruta

Itinerario: Nozaleda (Orlé) – La Roza – Brañadales – Colláu Gallegos  – Requexón de Valdunes – Colláu Gallegos – Colláu Bilaña o Llagos – Mayá Vieya – Pico la Senda – Colláu Capiella – Valle Capiella – Conforcos – Valle los Tornos – Nozaleda (Orlé).

Mapa de la ruta
Hace poco estuvimos en La Carasca y recordamos como hace años subimos al pico La Senda y al Requexón desde Bezanes y Soto de Caso respectivamente. Como no conocíamos la subida por el collado Gallegos, decidimos alcanzarlos haciendo una ruta circular con bajada por el collado y valle Capiella.

Nozaleda y Orlé desde el camino hacia el Valle de Brañadales.

Llegamos desde Campo de Caso y aparcamos frente a las primeras casas de Nozaleda (650 m) al lado del río Orlé. Iniciamos la ruta siguiendo el camino ancho que sale justo antes de cruzar el puente y sube por el Valle de Brañadales entre prados y bosques de hayas. Cuando se miran las ortofotos de esta zona se aprecian los prados como islas artificiales en medio del gran bosque.
Por el camino del Valle de Brañadales.

La pista deja a la izquierda la cabaña de La Roza (830 m) y finaliza más arriba frente a la puerta de un gran prado en Brañadales (1000 m). Hemos caminado dos kilómetros. En este punto podemos seguir por el camino público rodeando la finca por la izquierda o atravesar la puerta de acceso a y continuar por un camino hasta la gran casa en ruinas. Salimos al camino, transformado en sendero, y avanzamos entre grandes hayas y piedras forradas de musgo del monte Fadiellu a la vez que cruzamos el arroyo Vallina Menor para alcanzar finalmente a una zona despejada (1280 m) donde encontramos vacas pastando.

Gran cabaña en Brañadales.

El precioso camino sigue a la izquierda del cercado.

La amplia, despejada y empinada ladera del Requexón de Valdunes llamada Peña Brañadales queda a la izquierda y ya vemos su cima. Pero de momento la senda abandona el fondo del valle y gira primero a la derecha en paralelo al límite del bosque para ganar rápidamente altura y después a la izquierda donde encontramos un pilón ganadero.
Salimos a las camperas previas al Colláu Gallegos.

Retomamos la dirección sureste y enseguida alcanzamos el Colláu Gallegos (1385 m) que da vista al sur. Las nubes nos ocultan las cumbres más altas,  aún así vemos con claridad el Cantu’l Oso y la cercana Peña’l Casar. Por detrás, en cambio, sobresale la cuerda de La Ordaliega, La Frayada, el Mayáu y el Cuetón de los Traviesos.
Pilón ganadero poco antes de alcanzar el Colláu Gallegos.

Aunque no teníamos previsto subir al Requexón, viéndolo tan cerca, acometemos su ascensión bordeando el valle por su cabecera hasta enlazar con una vallina que remonta duramente hasta la arista norte de la montaña. Una corta ascensión por ella nos deja en la cumbre (1565 m) donde hay un buzón de montaña adosado a un mástil que termina en una silueta metálica del mapa de Asturias con un nombre y una fecha.

En la cima del Requexón de Valdunes.

La arista norte del Requexón cae vertical. Vemos el pico La Senda; subiremos en paralelo al bosque Faciellu que vemos hacia la derecha.

La primavera florida en la cumbre es hermosa y la vista se extiende ahora hacia el este donde vemos La Carasca y el Campigüeños; en cambio, las cimas del Tiatordos y el Maciédome quedan ocultas por las nubes.
Bajamos del Requexón, más o menos por el mismo camino, hasta el Colláu Gallegos (1385 m). Una senda desciende al otro lado a los hermosos prados y cabañas de Los Foyancos y remonta después hasta el collado Bilaña o Llagos (1348 m). Pero hay una senda armada que sin perder altura une ambos collados y así, sin esfuerzo, llegamos al segundo donde encontramos una cabaña casi en ruinas entre grandes fresnos.


Senda entre los collados Gallegos y Bilaña.

Cabaña en el collado Bilaña entre fresnos.

Un poco más adelante, al entrar en las hondonadas herbosas de Los Foyos, encontramos una buena cabaña (1330 m) con una mesa de piedra al lado de la puerta. Dejando esta cabaña a la izquierda hace años subimos por aquí al Requexón.
Cabaña arreglada en la base del Requexón entre el collado Llagos y Los Foyos.

La senda cruza las hondonadas de Los Foyos rodeando el Requexón y alcanza, al otro, lado la majada derruida de Llagos. Por aquí bajamos hace unos años del Pico la Senda después de recorrer su arista norte (Xerru les Grayes). Sin embargo, ahora seguimos otra senda que deja los Foyos a la izquierda y rodea la ladera norte del Xerru Pandu (que dejamos a la derecha) y nos deja en la Mayá Vieya (1360 m) en completa ruina. El pequeño valle se extiende hacia  el sur entre el Pandu, a la derecha, y la extensa arista norte de La Senda a la izquierda.
Vacas en la Mayá Vieya.

Una nueva senda remonta al bies la ladera norte del Pico la Senda en paralelo al bosquete Faciellu que dejamos también a la derecha. Alcanzamos una estrecha vallina que remonta duramente hasta alcanzar la arista norte (Xerru les Grayes) (1630 m), abriéndonos el horizonte este: La Carasca, Campigüeños, etc. Continuamos la subida por la arista hasta la cima (1705 m) donde sólo encontramos un montón de piedras; pobre coronación para una cima tan espectacular.
Por la ladera del pico La Senda. Por detrás vemos el Requexón al fondo y, a la izquierda, el Xerru Pandu.

Paramos a reponer fuerzas haciendo tiempo a que se abriera algún claro por el que atisbar las cumbres más altas del sur; muy abajo, casi en la vertical y al este, vemos vacas y caballos pastando en el collado Capiella.


La Carasca (dcha) y Campigüeños (centro) desde el pico La Senda

Collado Capiella desde La Senda.

Reanudamos la ruta bajando al norte por una vallina que deja la arista a la izquierda hasta enlazar (1560 m) con la senda que viene desde la misma arista por la ladera oriental; esta senda da nombre al pico. Al seguirla, giramos bruscamente al sureste caminando por una traviesa protegida con piedras y alambre de espino que, enseguida, cruza una horcada entre dos peñas y desciende rápidamente al collado Capiella (1439 m) donde hay vacas y caballos pastando.

 
Corta traviesa que lleva a una horcada que a su vez da acceso al collado Capiella.
Vista atrás de la horcada que permite bajar a Capiella.

Como hacía poco que habíamos bajado por el Valle Capiella siguiendo las marcas del PR por la ladera oriental (aunque se sigue bien, la encontramos invadida parcialmente por las escobas), decidimos bajar ahora por las cómodas praderas de la ladera occidental.
Zona alta del Valle Capiella, cerca del collado. Al fondo vemos la cuerda entre La Ordaliega y el Cuetón, con la Frayada y el Mayáu en medio.

Más abajo cruzamos el Arroyo Troncáu o Capiella (1330 m) y al llegar al bosque decidimos seguir por esta misma ladera, para variar. La encontramos demasiado tupida y tuvimos que bajar  de nuevo al arroyo y cruzarlo y descruzarlo otras tres veces.

Nos sumergimos en el bosque.

La extensa cresta norte de La Carasca emerge por encima del bosque que cubre el Valle Capiella.

Antes del último cruce del arroyo (1180 m) se puede seguir por la ladera oriental, como hicimos al bajar de La Carasca, para alcanzar los prados y cabañas de Conforcos (1100 m). Pero esta vez cogimos el sendero que baja por la arista occidental, más despejada.
Prados y cabañas en Conforcos con el horrendo "chalet" en medio. En Conforcos enlazamos con el camino que baja a Orlé.

Hace mes y medio, cuando subimos y bajamos por el valle del río Orlé para alcanzar La Carasca, contábamos que estaban arreglando el camino. Por entonces el camino ancho terminaba entre el último puente de madera y el Llanu L’Acebal (1000 m). Ahora la pista llega hasta las últimas cabañas de Conforcos y el antiguo puente de madera casi podrida lo han cambiado por uno de hormigón. Hay que reconocer que se han respetado la mayoría de los tramos empedrados del camino antiguo; sólo el corto tramo del empedrado más alto, cerca de L’Acebal, ha sucumbido a la pala excavadora. (A finales de Julio he subido a Melordaña y la pista llega hasta casi alcanzar el collado Melordaña. Ignoro si continuarán hasta la propia majada; si es así, poco les queda).

El empedrado original aún se conserva en muchos tramos del camino hasta Orlé.

El descenso por este valle mágico, con sus torrenteras, pozas y piedras cubiertas de musgo, envueltos en la exuberante vegetación de ribera, es muy agradable y nos deja de regreso en Nozaleda.

Lorenzo Sánchez Velázquez

No hay comentarios:

Publicar un comentario