domingo, 17 de abril de 2022

Peña Gamonal, La Carba, La Trapa y Cotiellos desde Rioseco

Salida: El Pedrosu (Rioseco, Concejo de Sobrescobio)
Distancia: 21.0 km
Duración: 8:00 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1280 m
Altura Inicial: 390 m
Altura Máxima: 1135 m
Fecha de la ruta: 09/IV/2022
Dificultad: media
Track de la ruta




Itinerario: El Pedrosu (Rioseco) – Camín de la Peña (o de Acéu) – PR AS-122 Ruta de la Calzada romana – Gamonalín – Mayáu Gamonal – Peña Gamonal – Collaína del Rosellón (La Faya) – Picu la Carba (La Collaína) – Collado Unqueru – Pumarín – Collado les Haces – El Moyón – Torienes – Pico Cabezu – Pico de Trapa – Espines – Pico Cotiellos – Barranco de Secuesta – La Secuesta – Reguero Furadu – Barranco de Anzó – Caserío de Anzó (Camín de Acéu) – Camín de la Peña – El Pedrosu (Rioseco).


Pretendíamos hacer una ruta corta para recorrer la senda de la Calzada Romana (Camín d’Acéu) y subir a la Peña Gamonal con la idea de regresar pronto a Rioseco. Pero como hace unas semanas llegamos aquí en travesía en medio de la niebla desde la aldea de Tanes, extendimos la ruta siguiendo casi todo ese itinerario hasta los picos La Trapa y Cotiellos.

Comienzo de la ruta en el barrio de El Pedrosu en Rioseco.

Aparcamos el coche en el barrio del Pedrosu a la salida de Rioseco en dirección al puerto de Tarna y cogemos el camino marcado con las señales del PR AS-122 Ruta de la Calzada Romana. Sube al principio entre bosquetes, prados y cabañas y se incorpora arriba a la antigua calzada empedrada que pudo tener origen romano y se conoce datada en época medieval como un ramal del Camino Real del Sellón. Se encuentra en un excelente estado de conservación y desde muy antiguo se la llamó Camín d’Acéu. Era la forma natural de atravesar las hoces del Nalón antes de que la moderna carretera se abriera paso al lado del río en el siglo XIX a base de dinamita.
Antes de alzarnos a la Calzada Romana subimos por un bosquete de avellanos y castaños.

Dejamos a la derecha esta cabaña.


Ya en la Calzada Romana (Camín d'Acéu) cruzamos entre las cabañas del Acéu.

El camino conserva bastantes tramos del empedrado original.

Ya en la calzada miramos hacia atrás: el Camín d'Acéu va por encima de los cantiles calizos. Al fondo vemos la Sierra del Crespón.

Pronto surge una bifurcación. Seguimos casi en llano por el camino de arriba (regresaremos por el de abajo después de bajar por el barranco de Anzó) y después de dejar atrás una cabaña nos asomamos a un balcón natural sobre el Barranco de Anzó en el zona conocida como Lugar de los Infiernos (por algo tendría este nombre).

En la fosa común de El Caspio hay dos placas en recuerdo de los que dieron la vida por la libertad y la democracia.

Desde el Lugar de los Infiernos vemos el Embalse de Tanes y, abajo, el Lagar de Anzó donde desemboca el Barranco de Anzó.

Aquí el camino entallado en la roca en algunos tramos deja el propio valle del Nalón y se orienta sobre el Barranco de Anzó. Siguiendo las marcas del PR obviamos dos ramales que bajan al barranco y emprendemos una dura progresión por el valle del Reguero Furadu. Una cerrada revuelta nos lleva al hombro de Gamonalín donde apenas quedan unos breves pastos de las praderas que por aquí hubo. Cerca vemos en lontananza los prados y las dos cabañas flanqueadas por fresnos del Mayáu Gamonal. Hacia allí nos dirige el camino y las marcas del PR.

El Camín d'Acéu empedrado tiene un tramo entallado en la roca sobre el Barranco de Anzó.

Desde el Gamonalín vemos el Mayáu Gamonal entre los fresnos. A la derecha vemos la Peña Gamonal.

Llegando al Mayáu Gamonal.

Un alargado crestón calizo que viene de la Peña Gamonal protege las cabañas. Pretendemos subir por él, pero como es una arista de mal caminar, decidimos regresar a la senda que sube desde las cabañas. Así completamos la ascensión hasta la base de la Peña Gamonal que rodeamos después por la derecha siguiendo la senda marcada. Desde el otro lado la abandonamos unos metros para encaramarnos en la cima del peñasco. Las vistas son portentosas (lo sabemos de otras veces) pero hoy las nubes ocultan las principales montañas quedando tan sólo a la vista el amplio valle del Nalón con las aldeas de Rioseco, Villamorey, Soto de Agues y desde algunas zonas la aldea de Campiellos.

Desde las peñas que protegen el Mayáu Gamonal tenemos esta vista sobre el entorno del Embalse de Rioseco.

En la cima de la Peña Gamonal.

Vista atrás de la Peña Gamonal.

Bajamos de la peña y retomamos las marcas del PR pero sólo unos metros hasta llegar a la Collaína de Rosellón (o La Faya) donde las dejamos que caminen hacia el Collado Unqueru pues hemos decidido subir al cercano y alomado Picu la Carba (o La Collaína). Descendemos del picu por la ladera norte hasta el citado collado Unqueru donde viramos al este siguiendo un marcado camino que faldea la ladera oriental de la Carba; está algo embarrado en el tramo que cruza un hayedo.
Desde la Peña Gamonal vemos el Picu la Carba (La Collaína). En el centro vemos el Collado Unqueru.


Desde la Collaína del Rosellón miramos hacia atrás: Peña Gamonal.

Después de subir a La Carba y bajar al Collado Unqueru por la ladera norte bajamos al este para coger este camino que faldea por ese lado el Picu la Carba.

El camino tiene tramos embarrados al pasar por el bosque.

Pasada La Carba llegamos al extremo norte de la Majada Pumarín con grandes prados con cabañas y cercas de piedra que dejamos a la derecha. La senda sigue hacia el este subiendo y bajando varios montículos de hierba hasta bajar a la campera del Collado les Haces. Después toca subir a la siguiente loma, el Pico el Moyón, donde se asienta la Majada de Achanes. En el siguiente collado se encuentras los prados y cabañas (es un decir, algunas cabañas se pueden equiparar a segundas residencias) de Torienes.

Extremo norte de la Majada Pumarín.

Bajando al Collado les Haces. En el centro vemos el Pico el Moyón (Majada de Achanes) y por detrás, alomado, el Pico de Trapa.

Majada de Achanes en el Pico el Moyón.

Majada de Torienes. Subiremos por la pista que rodea los prados por la izquierda. Algunas cabañas están muy bien arregladas.

Desde la parte alta de Torienes echamos la vista atrás. A la izda vemos una magnífica cabaña.

Una larga subida por una pista nos lleva a coronar el cerro del Pico Cabezu y unos metros más allá el Pico de Trapa con su vértice geodésico y sus amplias praderas donde aún no han subido la abundante cabaña ganadera que suele haber en estos extensos pastos. Buscamos un sitio protegido en la ladera occidental donde parar a comer. Las nubes van subiendo y dejan ver las montañas de la Cordillera Cantábrica y de Redes. Dejo algunas fotos explicativas.
Cerro Facéu (izda) y Negros de Facéus (dcha) en la Sierra del Sellón.


Desde el Pico de Trapa miramos al este.

Continuación de la panorámica anterior.

Seguimos virando hacia el sureste.

Seguimos virando hacia el sur.

Vista sureste desde el Pico de Trapa.

Seguimos con la panorámica anterior hacia el sur.

Vista sur desde el Pico de Trapa.

Seguimos mirando al sur.

Siguiendo la rotación horario miramos hacia el suroeste.

Continuación de la panorámica anterior.

Seguimos mirando al suroeste.

Continuación de la panorámica anterior.

Seguimos hacia el suroeste.

Continuación de la panorámica anterior.

Vista hacia el oeste.

Vista oeste desde el Pico de Trapa.

Reanudamos la ruta bajando por la ladera occidental hasta las espléndidas cabañas de Espines; magníficamente arregladas, casi para vivir en ellas, y rodeadas de prados, tienen unas vistas excelentes en todas las direcciones. Manteniendo la dirección, seguimos en corto descenso hasta un breve collado que nos separa del modesto pico Cotiellos al que subimos con poco esfuerzo; buenas vistas sobre el valle del Nalón. Las nubes que aún persistían sobre Redes casi has desaparecido y podemos obtener buenas panorámicas. Dejo también alguna foto.

Llegando a la Majada Espines.

Majada Espines con el Pico de Trapa detrás.

Bajando de la Majada Espines hacia el Pico Cotiellos.

Vista norte desde el Pico Cotiellos.

Montes de Redes desde el Pico Cotiellos.

Vista sur desde el Pico Cotiellos.

Vista desde el Pico Cotiellos del amplio Valle de Secuesta que desagua por el Barranco de Anzó. Lo iremos rodeando pasando a la ladera que vemos enfrente.

Bajamos al collado y seguimos la pista (NE) que nos bajará al Barranco de Anzó después de faldear en descenso las laderas occidentales de esta zona del Cordal de Trapa. Primero deja a la derecha un prado con cabaña arreglada, después otra a la izquierda donde se bifurca. Cogemos el ramal que baja a la izquierda y, después de dos cercanas revueltas, deja a la izquierda una magnífica cabaña con prado que parece un centro de turismo rural. Faldeando la sierra cruza el reguero del Barranco de Secuesta, pasa junto al prado y cabañas del mismo nombre y, homigonada en los tramos de mayor pendiente, baja al fondo del valle después de cruzar el Reguero Furadu.

Esta cabaña la dejamos a la derecha

En Los Canadanales encontramos esta magnífica cabaña.

Ya vemos el Barranco de Anzó por donde desagua al Nalón todo este amplio valle. 

Aquí tenemos dos opciones: subir unos metros para enlazar con la que nos permitió subir a La Gamonal y regresar por el camino de ida, o seguir la pista que traemos por el Barranco de Anzó. Seguimos la segunda. Merece la pena recorrer este Barranco por la ancha pista que baja por la margen derecha del torrencial arroyo. Cascadas, rápidos, el rumor continuo del agua, exuberante vegetación de ribera, todo entre los cantiles que forman una profunda hoz. El camino ancho desemboca en la carretera al lado del local de hostelería de El Lagar de Anzó.

Bajando por el Barranco de Anzó.

El Barranco de Secuesta desagua en el de Furadu por esta cascada y ambos juntos forman el Arroyo de Anzó.

Pero unos metros antes sale a la derecha el otro ramal del Camino Romano (Camín d’Acéu). Lo seguimos en ascenso viendo el tajo dejado en la ladera por sus constructores antiguos. Un par de revueltas y nos sitúa sobre el Caserío de Anzó y sobre las Hoces del Nalón. Las vistas sobre ellas son espléndidas aunque afeadas un poco por los cables y torretas de la luz.

Subimos del Barranco de Anzó al tramo inferior del Camín d'Acéu.

Este tramo del Camín d'Acéu es el que mejor conserva su traza original. 

Otra imagen del Camín d'Acéu en el tramo que sube desde Anzó.

Encontramos un camino empedrado muy antiguo y muy bien conservado. Pasa por bosquetes de avellanos, espinos y castaños, deja a la izquierda algunas cabañas del caserío y sobrevuela la hoz hasta enlazar con el Camín de la Peña por donde fuimos por la mañana. Desandamos el camín hasta las cabañas y prados de Acéu y bajamos por el bosquete hasta el barrio del El Pedrosu en Rioseco.

Lorenzo Sánchez Velázquez

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