viernes, 20 de diciembre de 2024

Peña los Machaos, Alto de la Viesca y Alto de la Ensanchá. Circular desde Piedrasecha

Salida: Piedrasecha (Municipio de Carrocera, León)

Distancia: 14.1 km
Duración: 6:00 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1050 m
Altura Inicial: 1175 m
Altura Máxima: 1834 m
Fecha de realización: 07/12/2024
Dificultad: Moderada
Track de la ruta



Nota: En la bajada del Alto la Ensanchá hay una senda que baja al fondo del valle justo donde llega una pista desde el otro lado. Obviando la pista quisimos bajar por la riega hacia el sur y, como estaba totalmente invadida por la maleza, seguimos por su margen izquierda también muy perdida. Son unos 400 metros muy malos y no recomiendo seguir el track en este tramo. Es mucho mejor, aunque se dé un rodeo, seguir la pista hacia el este y rodear el monte donde hay una plantación pinos para enlazar después con el trak en Los Villidiechos.

Itinerario: Piedrasecha – Vega de Villar – Collado Coros – La Tacha – Calabones – Peña el Palo – Peña los Machaos – Alto de la Viesca – Collado Tijero – Alto de la Ensanchá – Los Villidiechos – Arroyo de los Calderones – Santas Martas (enlace con el Camino Olvidado, Etapa 15B) – Los Calderones – Ermita del Manadero – Piedrasecha.


Una soleada mañana de fuerte y frío viento otoñal nos acercamos a Piedrasecha; la sensación térmica era muy baja y el vendaval enorme. La aldea, perteneciente al municipio de Carrocera, es conocida por el precioso paraje del desfiladero de Los Calderones por donde regresaremos al final de la ruta. Comenzamos la caminata obviando las marcas del Camino Olvidado, que en esta etapa sube hacia Pola de Gordón a través del desfiladero, y subimos (O) por las calles hacia la parte alta de la aldea. Un camino ancho parte en esa misma dirección y llanea por la Vega de Villar en paralelo a la riega del mismo nombre. Entre prados con murias de piedra e hileras de chopos amarillos, caminamos por la vega alcanzando pronto el Collado Coros a los pies de la Peña del Palo, a la izquierda, y de la gran mole del Alto de la Viesca, nuestro objetivo, a la otra mano.

Iglesia de Piedrasecha en estilo románico del siglo XII.

Subiendo al valle de la Vega de Villar echamos una última vista atrás hacia Piedrasecha.

El camino avanza por la Vega de Villar.

El camino sigue de frente para bajar a Portilla de Luna, el nuestro, en cambio, se desgaja de él a la derecha y sube hacia el norte adentrándose en el precioso robledal de La Tacha donde se convierte en senda después de un claro. Más arriba la senda se pierde o la perdemos entre los jóvenes robles y debemos reorientamos al noreste hasta salir del bosque en una campera muy inclinada donde encontramos los primeros hitos. Por encima se encuentra la pedregosa y muy inclinada ladera sur de la montaña. La senda, bien hitada (de hecho hay varias hileras de hitos), nos eleva con esfuerzo a lo alto del cordal en Calabones; unas someras peñas nos permiten ver la aldea de Piedrasecha y su alargado valle hacia el sur.

Después del Collado Coros nos adentramos en el robledal.

Un claro en el bosque. A la izda vemos la peña Los Machaos. Cruzamos el bosque y al otro lado comienza la dura remontada a la gran mole del Alto la Viesca.


Cruzado el robledal nos dirigimos a la empinada ladera (la foto no refleja su inclinación).


Desde Calabones, en lo alto del largo cordal, vemos el Valle de Piedrasecha y los prados a la derecha en la Vega de Villar.

Siguiendo la amplia cumbrera (NO), primero atravesamos un corto escobar, después dejamos a la izquierda la modesta Peña el Palo y, por la zona más despejada pero pegados a la empinada ladera occidental, subimos a la Peña los Machaos. El gran pedregal de la cima se convirtió durante la Guerra Civil en sólidas trincheras de piedra seca. Se conservan muy bien y forman un bunker bien defendido. Algún panel explicativo ayudaría a entender la situación de esta posición avanzada del frente norte y de si tuvo o no alguna importancia en el desarrollo de la guerra. Al abrigo de las trincheras paramos a comer un plátano.

Subiendo a la Peña los Machaos.

Trinchera en Los Machaos.


Otra imagen de las trincheras en Los Machaos (Foto de Miguel Mayoral).


Puesto de tirador en las trincheras de Los Machaos.

Alto de la Viesca desde Los Machaos.

Por terreno fácil de caminar, atravesamos algunos brezales y camperas y pronto nos situamos en la base del Alto de la Viesca cuya alomada cima alcanzamos subiendo por la despejada ladera sur. Arriba encontramos los restos de más instalaciones militares de la Guerra Civil pero tienen menos entidad y están peor conservados que los que hay en Los Machaos.

Llegando al Alto de la Viesca.

Alto de la Viesca con los restos de algunas trincheras de la Guerra Civil.

Mirando desde el Alto de la Viesca hacia el norte. El alargado crestón de caliza blanca corresponde a los Montes Tijera, por delante y a la derecha vemos el Alto la Ensanchá.

Continuación de la panorámica anterior: por delante, a la izda, el Alto de la Ensanchá, detrás continúa la alargada arista de los Montes Tijera, al fondo también a la izda está el pico Vega Cercada y en el centro La Silla..

Sigue la panorámica hacia el noreste. En el centro, al fondo, el Pico Feliciano y a la derecha el Amargones (Llamargones).

Restos de construcciones militares en el Alto de la Viesca. Al fondo el Amargones y el Pico Santiago (a la derecha). 

Bajamos por la ladera opuesta hasta la arista norte que cae bastante vertical hacia el noreste. Realmente todo el Alto de la Viesca es una amplia meseta con caídas verticales o muy inclinadas en todas las direcciones. Nos acercamos hasta al extremo norte del castillo donde se conservan algunas cabañas que defendían la estrecha y única vía de acceso por ese lado. Debemos ir atentos a los hitos pues la canal de bajada no es evidente. Después de rodear una primera peña con una cabaña adosada a ella, y dejando a la izquierda otra cabaña, seguimos unos metros llanos por una vira de hierba sobre el cortado, hasta dar con el canalillo de bajada (está hitado). Tras las peñas, la marcada senda baja por la pedregosa ladera norte hasta un escobar partido por una alambrada de espino. Miramos hacia atrás para ver el inexpugnable castillo (aparentemente) de donde venimos. En paralelo a la alambrada va una senda entre las altas escobas que baja al Collado Tijero donde pasamos al otro lado de alambrada.

Seguimos por esta arista  para buscar el paso que permite descender a la derecha.

De allí arriba venimos.

Realmente el Alto de la Viesca es un castillo natural.

Bajando la ladera norte del Alto de la Viesca nos escoramos a la izda (fuera de foto) para llegar al Collado Tijero.

Llegando al Collado Tijero echamos la vista atrás. Vemos el murallón del Alto de la Viesca, la pedregosa ladera norte por la que completamos el descenso y el escobar/brezal que estamos atravesando.

La senda sube unos metros por una zona más despejada hasta enlazar con un camino ancho o cortafuegos. Lo seguimos (N) y pronto alcanzamos el Alto de la Ensanchá donde quedan los restos de otra construcción militar, también de la Guerra Civil, en la que se empleó algún cemento de mala calidad; sus esquinas circulares con troneras son puestos de tirador. Una senda baja por la riega (SE) en paralelo a un crestón rocoso que dejamos a la izquierda mientras el tupido escobar rellena la margen derecha; paramos a comer al abrigo de unas peñas.

Este camino ancho nos lleva al Alto de la Ensanchá.

Construcción militar en el Alto de la Ensanchá.

Puesto de tirador en el Alto de la Ensanchá.

Montes Tijera desde el Alto de la Ensanchá. En el centro, al fondo, vemos el Pico Vega Cercada.

Continuación de la panorámica anterior. Por detrás de los Montes Tijera vemos Vega Cercada (izda) y La Silla (centro).

Sigue la panorámica: Pico Feliciano (centro) y Amargones (dcha).

Amargones y Pico Santiago. A la derecha vemos el Valle de los Calderones con el prado de Santas Martas en el centro. La pista que vemos pegada a las peñas de la izda finaliza ahí mismo y, para bajar a Santas Martas, es mejor subir por ella unos metros por ella y rodear el pinar.

Desde arriba hemos visto una pista que llega al fondo del valle desde la otra ladera, pero al llegar vemos que la pista justo finaliza allí. Tenemos un track que bajaba por la misma riega (S) pero, como la encontramos totalmente invadida por la maleza, decidimos bajar por la margen izquierda en donde hay una plantación de pinos y también mucha maleza. Buscando las zonas algo más limpias o donde medran los helechos caídos bajamos unos 400 metros hasta dar con una pista. Este tramo no lo recomiendo. Es mucho mejor rodear este monte por el norte y el este siguiendo la pista a la que llegamos al bajar del Alto de la Ensanchá; nos dejaría en Los Villidiechos donde nos encontramos ahora.

Entre altas escobas el camino baja hacia Santas Martas.

El camino ancho sigue (S) entre altas escobas por la margen izquierda del Arroyo de los Calderones y nos deja en Santas Martas donde hay una construcción dentro de un gran prado con cerca de piedra. Hacia el este sube otro camino ancho que pasa por el Collado del Fito a los pies del Pico Amargones, el nuestro, en cambio, mantiene la dirección y nos llevará a Piedrasecha a través del desfiladero de Los Calderones. Todo este camino es asiento de la Etapa 15B del Camino Olvidado que en Santas Martas vira el Collado del Fito y de allí a Pola de Gordón.

Cabaña y prado en Santas Martas.

Cascada en el Arroyo de los Calderones.

A la entrada del desfiladero de Los Calderones el cauce del arroyo va seco.

El Arroyo de los Calderones trae bastante agua y forma pequeñas cascadas y torrentes entre la abundante vegetación de ribera, mientras la senda avanza tranquila por la margen izquierda. Nada más entrar en el estrecho y precioso desfiladero, el arroyo se filtra y el cauce, por donde discurre el camino, lo encontramos totalmente seco. Hace años, en la primavera de 2010, lo cruzamos con abundante agua. Las formaciones geológicas son extraordinarias tanto por la variedad de rocas como por sus retorcidos pliegues y estratos que a modo de baldosas naturales rellenan sus verticales paredes.

Singulares formaciones geológicas en Los Calderones.

Llegamos a lo más estrecho de Los Calderones.

En lo más angosto del desfiladero.

Impresionante.

En esta ocasión el arroyo va seco.

Subiendo a la Ermita de la Virgen del Manadero.

Interior de la ermita.

Cúpula natural en la Ermita de la Virgen del Manadero.

Cerca del final se encuentra la Ermita del Manadero situada en una pequeña gruta precedida por un atrio en forma de cúpula natural a la que se accede desde el desfiladero por unas escaleras. A la salida del desfiladero encontramos otra formación geológica de sustrato más blando en donde la erosión del agua ha producido pequeños barrancos paralelos. Un panel nos lo explica. Enseguida llegamos a Piedrasecha donde paramos a refrescarnos en el bar y restaurante del Manadero.

Lorenzo Sánchez Velázquez


lunes, 2 de diciembre de 2024

Pico Caldoveiro. Circular desde Villabre

Salida: Villabre (Concejo de Yernes y Tameza)

Distancia: 20.4 km
Duración: 7:00 h (sin paradas)
Subidas Acumuladas: 1160 m
Altura Inicial: 620 m
Altura Máxima: 1354 m
Fecha de realización: 23/11/2024
Dificultad: Difícil
Track de la ruta




Nota: He calificado esta ruta como difícil porque en el primer tramo, entre el Molino del Caleiro (en completa ruina) y el enlace con la pista, el camino está casi perdido y en muchos tramos hay que dejarlo y caminar por sus márgenes entre abundante maleza. Aún así, se pasa. Este tramo se puede evitar yendo unos 3 kilómetros por la carretera que sube desde Villabre a los Puertos de Maravio. El resto de la ruta es normal. 

Itinerario: Villabre – Molino del Caleiro – Enlace con pista – Cueva del Inglés – Braña de Fuexu – Valléu – Lagunas de Cadupo – La Tambaisna – Pico Caldoveiro – Altu Santiago (Camín Francés) – Lagos de la Barrera – Puerto de Bandujo – Campa San Bartuelu (El Llanu) – Cueva Llagar – Fuente Llaneces – Collada de la Cadavina – Braña el Bravo – Regato la Muria – La Muria – Barranco del Regueirón – Reguero la Canaliza – Villaruiz – Villabre.


El pico Caldoveiro es un gran peñasco calizo cuya cima se alcanza con facilidad desde la Casa de Don Pablo en los Puertos de Maravio. Como esta ruta la hemos hecho varias veces combinándola con otros picos como Peña Cruzada (ver aquí) o el Pico Pelao (en esta otra entrada), esta vez quisimos subirlo desde el concejo de Yernes y Tameza empezando la ruta muy abajo, en su capital Villabre.

Ayuntamiento de Villabre.

Aparcamos en la plaza al lado del Ayuntamiento donde hay un panel que informa sobre el  PR-AS 260 Camín de Villabre a Cuevallagar por donde regresaremos por la tarde. y salimos del pueblo desde las casas situadas al sur siguiendo un camino que va pegado al Río Tameza por su margen izquierda. El camino, con buena traza aunque embarrado y con el empedrado levantado, llanea (S) hasta las ruinas del Molino del Caleiro que apenas se ven bajo la abundante maleza. Aquí el camino se pierde completamente y pasamos por donde podemos hasta dar con él más adelante. Comienza la subida. La traza del camino se conserva bien entre altos taludes laterales, pero en muchos tramos está cerrado y debemos seguir por los laterales siempre cerca del arroyo. En algunos puntos salen riegas laterales y hay que ir atentos para coger la correcta; eso sí, el paraje es precioso y salvaje, y la gran humedad en el fondo del barranco propicia el helechal y la vegetación de ribera. Finalmente salimos a una cabaña aún en uso a juzgar por el estiércol echado de cualquier modo al lado de la puerta. De aquí sale una senda que va entre dos prados y atraviesa después un tercero para convertirse al otro lado en un camino ancho que termina en una pista.

Hasta el Molino del Caleiro el camino es llano y está bien aunque algo embarrado.

Después está bastante perdido y en muchos tramos hay que salirse de él para subir por los márgenes algo más limpios.

Otra imagen del bosque por el que subimos (vista atrás). El río se ha convertido en reguero.

Poco antes de salir a la pista el camino gana entidad y está bien porque hay cabañas en uso.

La pista viene de la carretera que sube a los Puertos de Maravio desde Villabre y podríamos haber llegado por ella. Seguimos la pista (E) que sube unos metros y baja después, hormigonada, hasta terminar en la Braña de Fuexu. Tiene esta braña abundantes cabañas con buenos sillares pero en ruinas y a la entrada se encuentra señalizada la Cueva del Inglés nombrada así por un espeleólogo de esa nacionalidad en murió allí explorándola y cuyo cadáver no se pudo recuperar. La braña se extiende alrededor de un risco y el camino que nosotros seguimos la rodea por el este. Cuando el camino ancho se mete entre dos prados lo abandonamos y seguimos una senda que los rodea por la derecha. Los prados pronto quedan atrás y la senda avanza entre cotoyas rodeando en ascenso la ladera occidental del Caldoveiro. Este camino debió tener importancia porque para superar unos crestones rocosos se amplió su caja y se aseguró con armaduras laterales presentando un magnífico aspecto. Abajo queda el precioso valle por donde hemos subido y las aldeas de Villabre y Fojó.

Desde la pista echamos una vista al valle por el que hemos subido (no se aprecia la abundante vegetación que lo rellena). Al fondo vemos la aldea de Fojó.

Bajando por la pista a la Braña de Fuexu con el Pico Caldoveiro detrás. La senda lo rodea por la izquierda.

Señalización de la Cueva del Inglés.

Unos metros por debajo de la Cueva del Inglés finaliza la pista y vemos cabañas con buenos sillares pero en ruinas. El camino sigue abajo de derecha a izquierda para llegar a la Braña de Fuexu.

Tramo armado para superar un crestón rocoso.

Desde el tramo armado del camino vemos el valle del Tameza con los pueblos Villabre en el centro y Fojó más arriba.

Después de superar las rocas, el camino, otra vez convertido en senda, atraviesa un bosquete y se empina para acceder al amplio valle de Valléu donde quedan las ruinas de una solitaria cabaña y las Lagunas de Cadupo. Subimos por la amplia canal de hierba y accedemos a otra plataforma verde (Trescadupo) muy cerca de La Tambaísna por donde pasa el Camín Francés (ramal del Camín Real de la Mesa que se desgaja en Cueiro para cruzar por Cueva Llagar a Villanueva en Santo Adriano).

Subiendo por Valléu.

Restos de una cabaña en Valléu. El bosque baja por la ladera norte del Caldoveiro.

Una de las Lagunas de Cadupo.

Subiendo a Trescadupo. En el collado que vemos seguiremos una senda a la derecha que nos subirá al Caldoveiro.

Nos quedan unos 250 metros de desnivel para coronar el pico. Una senda sube (O) entre las cotoyas cruzando más arriba unos bosquetes de acebos para acercarnos finalmente al roquero en cuyo punto más alto está la cumbre del Caldoveiro. El viento es muy fuerte y desapacible, y como esta cumbre la conocemos bien, paramos poco y bajamos hacia La Tambaisna por la misma senda. Para no bajar demasiado a coger el Camín Francés al lado de la Laguna Tambaisna, subimos unos metros para atajar y cogerlo en el Altu Santiago, collado situado entre los picos Fuexu Grande y Torzanu.

Ladera norte del Caldoveiro por donde subimos. La senda atraviesa un par de acebales antes de alcanzar el roquedo.

Cima del Caldoveiro con la Sierra de la Manteca al fondo.

En esta foto se ve Villabre abajo en el centro y la aldea de Fojó a la derecha.

Miramos hacia el norte. Abajo las lagunas de Cadupo en el Valléu (por donde subimos), la sierra por detrás finaliza el Pico Fuexu Granda a la derecha y en la línea de atrás está La Loral en el centro.

Siguiendo la panorámica anterior vemos el Pico la Loral, Fuexu Granda y, a la derecha, el Altu Santiago.

Abajo a la derecha el valle y la laguna Tambaisna por donde pasa el Camín Francés que se dirige por la campera al Altu Santiago (a la izda de la foto). Al fondo vemos el Pico la Mostayal y la Sierra del Aramo.

Viramos al este para ver el valle y la laguna Tambaisna, por detrás están los picos Torzanu, Pelao (en el centro) y L'Oubiu (a la dcha). Un pequeño trozo de los Puertos de Marabio se ve a la derecha.

El camino ancho y bien señalizado baja a la gran campera donde se encuentran los Lagos de la Barrera y una considerable manada de caballos. Atravesamos la amplia campera y subimos unos metros hasta el Puerto de Bandujo. Después seguimos en llano unos metros hasta enlazar con una pista ancha que viene de Bandujo en la zona de la Campa de San Bartuelu (El Llanu) donde el ancho camino se orienta al norte. En este punto, al lado de una buena y arreglada cabaña y protegidos algo del fuerte viento, paramos a comer.

Por el Camín Francés bajamos a la amplia pradera donde están los Lagos de la Barrera.

Llegando a los Lagos de la Barrera con el Puerto de Bandujo al fondo.

Uno de los lagos de La Barrera.

Buena cabaña en la Campa de San Bartuelu (El Llanu).

Reanudamos la marcha por el ancho Camín Francés (GR 101.1) bajando unos metros y subiendo después a Las Forcadas donde se ubica en un lateral la Ermita de San Bartolomé de los Acebos que nos visitamos por falta de tiempo. Alcanzamos un alomado y herboso hombro por donde el camino avanza (N) hasta una bifurcación situada en la base del redondo pico Piurices. A la derecha sigue el Camín Real hacia Santo Adriano, pero el nuestro baja a una gran hondonada de hierba en cuyo fondo está la Cueva Llagar.

Gran hondonada donde se ubica el sumidero de Cuevallagar (izda). Al fondo vemos el amplio lomo del Pico la Loral.

Cuevallagar.

Cabaña en Cuevallagar.

Otro camino ancho sale del valle hacia el oeste y sube faldeando el pico La Loral. Pasamos junto a la fuente y buen pilón ganadero de Fuente Llaneces donde más caballos se refrescan. Enseguida alcanzamos la Collada de la Cadavina en la ladera sur de La Loral donde la pista finaliza. Le da continuación una senda que avanza (N) entre cotoyas que a veces la ocultan, faldeando por el oeste el pico. Llegamos a otra zona de pastos sobre la Braña el Bravo con sus dos magníficas cabañas y prados que vemos desde arriba; caemos a la pista que accede a la braña desde Yernes. Dejando atrás la braña, la pista rodea el barranco por el que baja el Regato Muria y se divide en dos: la principal, que obviamos, va a Yernes mientras que nuestro camino baja a la izquierda en paralelo al regato hasta las cabañas de La Muria. En completa ruina ellas y sus prados invadidos por la maleza, el camino se pierde entre la maleza, pero el ganado ha hecho una senda por alguno de los prados y desemboca al final en un ancho y antiguo camino empedrado. Era el acceso a estos prados desde Villaruiz y Villabre antes de que la moderna pista se trazara por arriba desde Yernes.

Por encima de la Braña el Bravo miramos hacia el Pico la Bobia (izda). Nuestro camino va a la derecha (fuera de la foto, ver la de más abajo). 

Continuación de la foto anterior. Vemos el valle del Regato la Muria (izda) que más abajo se llama Regueirón por donde bajaremos. A la derecha se ven las peñas cimeras del Pico Taraniello.

Braña el Bravo.

Llegando a La Muria echamos la vista atrás: Braña el Bravo y la gran loma del pico La Loral.

Llegando a la cabañas en ruinas de La Muria. A la derecha se ve el arranque de la Foz del Regueirón por donde va el camino que baja a Villaruiz.

No sabíamos cómo nos encontraríamos el camino, pero viendo lo mal que estaba el de la mañana nos temíamos lo peor. Nos sorprendió lo bien que se conserva a su paso por la Foz del Regueirón. Entre las verticales paredes el ancho camino va perfecto (O) y las murias que lo separan del regato para evitar su inundación están en perfecto estado recubiertas de viejos musgos y helechos. El paraje es realmente hermoso.

El camino con buena caja va pegado al Regato del Regueirón y está bastante limpio.

La muria de la derecha protege el camino del agua del Regueirón

Bosque de ribera en el Barranco del Regueirón.

Llegando a Villaruiz echamos la vista a atrás: Peña Taraniellu y Foz del Regueirón.

Casa en Villaruiz.

Iglesia de Villabre.

Al salir de la foz el camino se separa del regato y casi llano se orienta al sur. Poco antes de cruzar el Reguero la Canaliza está hormigonado pero apenas se nota por la tierra que se ha ido acumulando por encima. Llegamos a Villaruiz cuyas casas dejamos a la izquierda y bajamos por la carretera. Cruzamos el río Villabre y enseguida, tras una corta cuesta, llegamos a la capital del concejo en cuya plaza encontramos el ayuntamiento, buenas casas, horreos, paneras y una fuente. La iglesia de Nuestra Señora del Rosario (antes Santa María de Tameza), cuya espadaña tiene dos campanas, tiene un atrio cerrado con cuatro arcadas de las que una es la puerta y fachada pintada en blanco y granate.

Lorenzo Sánchez Velázquez