viernes, 12 de mayo de 2017

La Candanosa. Ascensión desde Alguerdo

Salida y llegada: Alguerdo (Concejo de Ibias) 
Distancia: 17 km
Duración: 8:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1200 m
Altura Inicial: 615 m
Altura máxima: 1676 m
Fecha de realización: 6/V/2017
Dificultad: media
Track de la ruta

Itinerario: Alguerdo – Valle de Valcárcel – El Carbayón – Arroyo de Valcárcel – Brañas de Alguerdo – Hórreo de Alguerdo – Pico La Candanosa – Alto de la Laguna (sobre Muniellos) – La Candanosa – Hórreo de Alguerdo – Brañas de Alguerdo – Arroyo Valcárcel – Valle Valcárcel – Alguerdo.

         Hace ya tiempo, visitando la Reserva Integral de Muniellos hasta las lagunas glaciares en las que finaliza el Valle de la Candanosa, nos llamó la atención la sierra que las cierras por el sur (la Sierra de Ciallo). Este interés se veía estimulado por el hecho de que su cumbre principal, La Candanosa, figura entre las 100 montañas más guapas de Asturias, el libro de referencia de Ángel Fernández Ortega. El acceso desde Muniellos está prohibido y solo se pueden alcanzar desde la aldea ibense de  Alguerdo.
Desde Muniellos vemos La Candanosa a la izda y Peña Belosa en el centro. Por allí transita nuestra ruta.
          Para llegar a Alguerdo desde Cangas de Narcea seguimos la carretera que va a Degaña, desviándonos por la AS-212 después de pasar el túnel de Rañadoiro. Atravesamos las aldeas de Rebollar (de donde salimos hace unos meses para subir al Teso Mular y La Moredina), Tablado y Sisterna, donde encontramos turistas provistos de prismáticos y cámaras de fotos con los que pretendían capturar algún oso que se pusiera a tiro de ocular. En el punto kilómetrico 35 tomamos otro desvío que baja y cruza el río Ibias siguiendo después por la margen derecha por las aldeas de Villardecendías y Omente para terminar en Alguerdo donde finaliza la carretera asfaltada. Más allá sigue una pista de tierra en buen estado que comunica con Bustelo, a donde llega a su vez una carretera desde Cecos y San Antolín de Ibias. El trayecto en coche desde Gijón nos llevó 2:30 horas por el túnel de Rañadoiro; la vuelta la hicimos por San Antolín de Ibias y el Puerto de las Mujeres Muertas y tardamos 15 minutos más.
Por la pista que sube desde Alguerdo

Vista atrás: Alguerdo y el trazado de la carretera que nos trajo desde Sisterna.
           Nada más tomar el último desvío ya vemos la magnitud del desastre provocado por el incendio del pasado abril que se originó, según parece, cerca del pueblo de Omente y subió ladera arriba hasta el mismo límite con Muniellos. Toda la ladera sur de la Sierra de Ciallo en el entorno de la aldea quedó calcinada; la propia carretera sirvió de cortafuegos impidiendo que el fuego bajara hasta el río. Arriba, el fuego avanzó hacia el este hasta casi tocar el pico La Candanosa y bajó unos metros por la ladera de Muniellos; la reserva pudo quedar completamente arrasada si los servicios de extinción de incendios no se emplearan a fondo ayudados por una lluvia providencial. El valle de Valcárcel por donde subimos y bajamos quedó intacto.
Valle de Valcárcel y aspecto del camino que sube a la Braña de Alguerdo.
           Sin entrar en Alguerdo, aparcamos a la orilla de la carretera justo donde arranca una pista a la derecha y sale a la izquierda una calle recientemente hormigonada que baja a la cercana aldea. Entre la abundante floresta primaveral, iniciamos la ruta subiendo por la citada pista que enseguida desemboca en otra que salió de la carretera 100 metros antes. Un poco más adelante, cuando da una amplia curva a la derecha, la abandonamos y seguimos por otra hacia el noreste que remonta por el hombro de la montaña. Enseguida la dejamos también (finaliza en una finca cercana) y tomamos el antiguo camino que se dirige en llano al arroyo Valcárcel. Al bajar, marcamos el desvío con un hito.
Desde el camino vemos esta preciosa imagen de la Peñas de Caello al otro lado del Arroyo Valcárcel.
           El camino es ancho, tiene largos tramos armados y, cerca del arroyo, lo delimita una ancha muria con alguna cabaña en ruina. Se desbrozó hace unos años hasta el collado que da vista a Muniellos, pero, aunque aún se pasa bien, el monte bajo de brezos, escobas, cotoyas y zarzas lo va invadiendo y si no se mantiene se acabará cerrando sobre todo en tramo posterior al cruce del arroyo Valcárcel.
Bosque mixto y brezos blancos en el camino.
           Precioso valle con una exuberante vegetación de bosque mixto (robles, abedules, acebos, cerezos, avellanos y hasta algún madroño) entreverado de matorral en flor de escobas amarillas, brezos blancos en la parte baja y rosas arriba donde desaparece la vegetación arbórea. Las peñas de Caello, cubiertas de líquenes, y el Valle Oscuro bajando en paralelo por la ladera opuesta separan barrancos plenos de vegetación formando una preciosa imagen; algunos blancos canchales de cuarcita (es la roca predominante en toda la sierra) le dan un singular contraste realzando la belleza del paisaje. Le dedicamos muchas fotos.
Otra foto del valle de Valcárcel.
           Así van pasando un par de kilómetros casi llanos hasta cruzar el pequeño Reguero da Chaguna y, enseguida, el arroyo principal que da vida al valle; el de Valcárcel. Nuestro colega Alipio, hijo y buen conocedor de la zona, nos había informado de que en el valle hay osos y veníamos con la esperanza de ver alguno aunque fuera de lejos (como ya nos ocurrió en el Cueto Rogueiro). No vimos ninguno, pero nada más cruzar el arroyo Valcárcel encontramos sus excrementos y más arriba, cerca de la Braña de Alguerdo, vimos más.
Poco antes de cruzar el arroyo el camino es más ancho y está más limpio y limitado por esta muria.
           Después de cruzar el arroyo, el camino se transforma en sendero y se empina. En algunos tramos el brezo, la cotoya, las zarzas y los helechos lo van cerrando, pero aún se pasa bien. Encontramos una ruinosa cabaña con tejado de lamas de pizarra que debió ser la última habitada en la zona; aún conserva en su interior la cama de madera y un banco. Los árboles desaparecen y el brezo alto tapiza las laderas; tan sólo algunos troncos de roble ennegrecidos son testigos de antiguas quemas. Pronto alcanzamos la Braña de Alguerdo donde sólo quedan los muros caídos de los cercados donde debían encerrar el ganado por las noches para protegerlo del lobo.
Después de cruzar el Arroyo Valcárcel el camino se transforma en senda que encontramos algo cerrada aunque se pasa bien.

Braña de Alguerdo. Para seguir la senda hay que rodear la cerca de piedra por la izquierda.
Después de la braña la senda está aún más cerrada pues la ladera está completamente invadida por el brezo rosa.
           A partir de la braña los brezos blancos dan paso a los rosas que cubren completamente el resto de la ladera hasta la cima. Para seguir la senda hay rodear la cerca inferior virando después al sureste para faldear en ascenso la ladera hasta alcanzar la cumbrera de la sierra junto a la peña que llaman El Hórreo de Valcárcel. Damos vista al frondoso bosque que rellena el valle de La Candanosa en pleno corazón de Muniellos. Encerrado por la Sierra Muniellos al norte y los serrones de Las Lagunas y del Nido del Águila al sureste, vemos dibujado en la ladera de la primera el sendero que permite hacer la ruta larga de Muniellos e intuimos bajo el follaje del inmenso robledal el camino que baja pegado al arroyo hasta el Centro de Recepción de la Reserva Integral.
Cerca del Hórreo de Valcárcel en la cumbrera de la Sierra de Bustelo y Ciallo. Al otro lado está Muniellos.

Llegando al Hórreo de Valcárcel.

Valle de la Candanosa, corazón de la Reserva Integral de Muniellos. Vemos la propia Sierra de Muniellos con el Pico de los Chagozos.
          Las peñas de La Candanosa se ven con claridad, al sur, al final de cumbrera de la sierra. La senda ha desaparecido y el alto brezal apenas deja pasar. Encontramos un minúsculo sendero (lo dejamos marcado con un hito) por el que continuamos la progresión. Más arriba los brezos tienen menor altura y se camina mejor; algunos pedreros también ayudan. Pero el tiempo se ha puesto lluvioso y los líquenes que tapizan las cuarcitas de los pedreros crean una resbaladiza patina. En el tramo final subimos por el pedrero y coronamos la cima donde hay un vértice geodésico y una cruz con buzón de montaña colocado por el G.M. Ibias con la Bota y la Fardela en 2013.
Mirando atrás desde el pedrero previo a la cumbre de La Candanosa. Hay un diminuto sendero entre los brezos altos y los pedreros.
Buzón de montaña y vértice geodésico de La Candanosa
          La vista se extiende al sur por la cordillera desde La Moredina y el Teso Mular hasta el Miravalles y el Alto de Cuiña en los Ancares leoneses. La Sierra de Ciallo (en cuya cumbre cimera estamos) se extiende al este hasta el Pico Redondo. El fuego ha llegado hasta las peñas de La Candanosa, el resto de la sierra hasta el Redondo está completamente calcinado y arrasó toda ladera sur hasta la carretera; al otro lado, en Muniellos, se adentró apenas unos metros. El trabajo de los Servicios de Extinción y la lluvia impidieron que bajara por la ladera norte quemando la Reserva Integral.
Sierra de Bustelo y Ciallo o Ciacho calcinada visto desde La Candanosa. A la izquierda baja a Muniellos y a la derecha hasta la aldea de Omente. Desde la peña que corta la sierra tendremos vistas de las lagunas de Muniellos.
Al otro lado del valle de Degaña vemos con algo de nieve el pico Miravalles y a la derecha, entre nubes, el Alto de Cuiña en los Ancares.
           Al llegar, la lluvia y el viento arrecian y, bajo los paraguas, esperamos que escampe. Cuando la nube pasa, bajamos con cuidado (las pocas peñas están muy resbaladizas) y seguimos por la calcinada cumbrera hacia el este buscando localizar al norte las lagunas de Muniellos. Cruzamos en llano el Alto de las Lagunas hasta unas peñas que lo cortan. Desde arriba (caen verticales al norte) avistamos las dos superiores, la Fonda y la Grande; la de la Isla queda oculta tras un resalte. Decepcionan desde esta posición y eso que al nivel del agua son hermosas; otras lagunas de la zona (las de Tablada desde el Teso Mular, las de Fasgueo desde la subida al Cornón de Busmori o la del Pozo Cheiroso en la base oriental del pico Miro) son más fotogénicas desde la altura. Para una mejor visión deberíamos rodear la peña por el sur y continuar por la cumbrera hasta el cercano pico El Troisín. Pero otra vez vuelve el viento, la lluvia y el frío; desistimos y emprendemos el regreso.
Laguna Fonda a la izquierda y un trozo de la Grande a la derecha. Sierra de Muniellos y Valle de Candanosa.
Laguna Fonda de Muniellos
          Desandamos por la desolada cumbrera y al llegar a las peñas de La Candanosa, el viento y la lluvia cesan. Protegidos por unas peñas reponemos fuerzas. Al final, la tarde quedó espléndida; sin viento, ni lluvia, con buena temperatura; pero ya no era hora de volver al Troisín. Así que bajamos por el mismo camino disfrutando del hermoso valle de Valcárcel.

Lorenzo Sánchez Velázquez




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