domingo, 17 de julio de 2016

Canales de Trea y Culiembro. Circular desde Poncebos

Salida y llegada: Poncebos (concejo de Cabrales)
Perfil de la ruta
Distancia: 26,5 km
Duración: 10:30 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1760 m
Altura Inicial: 250 m
Altura máxima: 1635 m
Fecha de realización: 29/VI/2016
Dificultad: alta
Track de la ruta

Itinerario: Poncebos – Ruta del Cares – Los Collaos – El Culiembro – Puente Bolín – Canal de Trea – Collado las Cruces – Vega de Ario – Moandi – Vega Maor – Majada Ostón – Canal de Culiembro – Ruta del Cares – Poncebos.

Mapa de la ruta

Nota: le asignamos un nivel de dificultad alta por la gran distancia a recorrer, el enorme desnivel acumulado y la dureza añadida de la subida por la Canal de Trea, por la que se ascienden más de 1100 metros en apenas 2 km sin un solo descanso y con tramos de mucha pendiente.

A las 9:00 estábamos en Poncebos (250 m) dispuestos a realizar la ruta más larga de esta temporada con permiso de la del Estorbín. Aparcamos frente al Puente la Jaya, puente que salva el río Cares para acceder al sendero que lleva a Bulnes.


Senda que sube a Bulnes por la Canal del Texu
Subiendo a Los Collaos por la Ruta del Cares

Comenzamos a caminar por la turística Ruta del Cares poco transitada a estas horas. En dos kilómetros de suave ascensión alcanzamos Los Collaos (520 m) y las ruinas de los edificios que sirvieron para construir este camino en los años 50. Como dice el panel informativo, los que hicieron posible este camino, excavado en la roca y colgado sobre el abismo, con la finalidad de dar servicio al canal que suministra agua a la central hidroeléctrica de Poncebos, nunca pensaron en su actual uso turístico.

Desde Los Collaos ya vemos el trazado de una parte del camino entallado en la roca. Abajo, muy abajo, las aguas azules, verdes y turquesas del Cares murmullan entre enormes farallones que apenas dejan espacio para el discurrir del río. El paisaje es majestuoso; es la Garganta Divina.
Vista atrás desde Los Collaos

Desde Los Collaos ya vemos una parte de la Ruta del Cares

Casi enfrente de Los Collaos, al otro lado del río, en el Murallón de Amuesa que cierra el desfiladero por el sur, vemos unas cuevas y cabañas y unos prados colgados sobre el abismo desde donde nos ladra un perro pastor que cuida un rebaño de ovejas. Parece imposible que allí pueda mantenerse un redil de ovejas; si fueran cabras…

Ruta del Cares

Ojo de Buey o Joracao en la Ruta del Cares. Por el agujero circuló el agua hace millones de años.

Manantial de Farfao.

Vista hacia atrás de Los Collaos.

Más adelante, en un recodo del camino, encontramos la Riega del Saigu (425 m) y a continuación varios tramos de túneles y el gran ojo del Cares. El Canal de la Raya baja vertical por la derecha y, a la misma altura, al otro lado del río, el impresionante Canal de Sabugo de cuya base sale el impetuoso manantial de Farfao, que sólo él proporciona la mayor parte del caudal del Cares en este punto (aguas arriba, en Caín, el agua se canaliza y, en algunos puntos de la ruta, podemos apreciar el formidable caudal del canal).
Otra imagen de la Ruta del Cares.

Desde aquí vemos, al fondo del desfiladero, el Puente Vieya y el empinado verdor del Pando Culiembro que culmina al otro lado del río en la cabaña de la Quintana. Una senda baja desde la ruta del Cares y cruza el puente remontando en varios zigzags por el Pando hasta la cabaña. Más arriba sigue por el Canal de Piedra Bellida para ascender duramente al Colláu Cerreo que da acceso desde esta zona a las Majadas de Amuesa.
Pando Culiembro. Abajo se ve el Puente Vieya y el camino en zigzag que sube a La Quintana

Admirando este formidable espectáculo nos hemos acercado a Culiembru (450 m) por cuya canal bajaremos más tarde; algunos prados y cabañas se aprecian desde el camino. Cerca, en la zona conocida como Madama de la Huertona, la ruta cruza una pasarela (Pasarela de los Martínez) colocada en 2012 después de que un gran desprendimiento cortara totalmente el camino; otro panel nos informa de este hecho y de los trabajos que permitieron la continuidad de la ruta. Enseguida cruzamos la Riega de las Párvulas, después varios túneles pequeños y finalmente damos vista cercana al Puente Bolín (465 m). Unos metros antes se encuentra la señal de la Canal de Trea; el plato fuerte del día.


Puente Bolín



Inicio de la Canal de Trea

Después de algún corto preámbulo para las fotos sobre el puente, acometemos los duros primeros metros, con tramos de tierra entre las raíces de unos pocos árboles que han medrado en la rocosa ladera y otros mixtos de piedra fija y hierbas. Los primeros 200 metros de subida nos dejan en el bosque de Cabrerizas, donde la senda bien marcada da una corta tregua.
Bosque de Cabrerizas.

Accedemos después a la propia canal pedregosa (700 m) y continuamos por ella hasta la Fuente del Peyu (850 m aproximadamente) de donde mana el agua que sirve a la canal (no hay más fuentes hasta Ario). Como vemos muy mojadas las peñas de la parte izquierda, hacemos una corta trepada por la derecha para situarnos sobre la fuente.
Después del bosque de Cabrerizas llegamos al cauce seco del arroyo.

Los pronósticos del tiempo daban un día de sol y nubes que mejoraría por la tarde. Nada más llegar a Poncebos encontramos nubes a partir de la cota de los mil metros e hicimos la ruta del Cares y la primera parte de la Canal de Trea sin ver nada por arriba pero con buenas vistas hacia abajo. Poco después de superar la fuente nos envuelven las nubes y nos impedirán disfrutar de estos maravillosos paisajes hasta que desaparezcan llegando a Vega Maor.
Paré de Cuarroble
         Más arriba encontramos la Paré de Cuarroble inconfundible por sus manchas verticales negras, quizás de líquenes. La senda abandona el fondo de la canal de Trea que finaliza poco más arriba rodeada de paredes verticales y sube a la derecha por otra corta canal que nos deja al borde del profundo jou de El Llagu; hoy sin agua (1340 m). Lo rodeamos por la izquierda y superamos la arista final de la canal dando un par de revueltas que nos sitúan al borde del abismo por donde hemos subido: no se el fondo (hace muchos años la bajé y el recuerdo que tenía era precisamente ese; por mucho que bajaras nunca veías el final).
Cerca de la cabecera del Valle Extremero. Arriba vemos el Collao las Cruces.

Nos encontramos en la cabecera del Valle Extremero. Una corta bajada que se agradece y una pequeña subida nos dejan en el Collao las Cruces (1571 m). El blanco lapiaz lo envuelve todo y continuamos la ruta siguiendo las marcas amarillas pintadas en la caliza.

Lapiaz que debemos atravesar para llegar a Vega de Ario

Atravesando parte del lapiaz.

Un kilómetro de caminar por este caótico lugar (Cabeza Corroble) nos lleva a las praderas de Ario que nos las anuncian los mugidos de las vacas entre la niebla. Pero durante un momento una nube que se va nos permite vislumbrar las cabañas e incluso Cabeza la Verde y Cabeza del Covu; nada del Jultayu. La senda cruza la extensa pradera, pasa al lado del pilón ganadero y nos deja en el refugio (1620 m) hoy muy concurrido por algunos grupos que han desistido de subir al Jultayu.

Cabañas en la Vega de Ario con Cabeza del Covu por detrás. (Foto sacada hace unos meses).

De izda a dcha: Jultayu, Cuvicente, Robliza y Verdilluenga. (Foto sacada hace unos meses)

Es el momento de tomar unas cervezas y reponer fuerzas que ya iban muy justas. Poco más de media hora de descanso y a seguir que aún falta mucho. El siguiente tramo, hasta Vega Maor, lo describí en otra entrada cuando subimos hace poco a Cabeza la Verde.
 
Al fondo de la Vega de Ario queda el refugio. (Foto sacada hace unos meses)

Tuvimos que usar el GPS para dar con la senda que cruza los Jous de Ario (1570 m) y deja a la derecha Cabeza las Campanas. Encontramos la senda mucho más y mejor hitada que hace unos meses. Después, bajamos por una corta canal que nos deja en la Colláu Moandi (1500 m). Giramos a la derecha y bajamos a Moandi (1455 m) con extensos pastos, algunas vacas y una cabaña recién arreglada.
Vacas y cabaña arreglada en Moandi

Atravesamos la vega y una pequeña subida nos deja en el Colláu les Cuerries (1460 m) dando vistas a Vega Maor muy abajo. Estamos saliendo de la zona de niebla y las vistas hacia abajo son perfectas. Y hacia el norte, entre las nubes, se va dejando ver la gran cresta entre el Jascal y el Cabezo Lleroso.
Desde el Colláu les Cuerries vemos Vega Maor.

En este punto hay que prestar atención a los hitos porque hay que pasar por una horcadina que sale a la derecha para acceder a El Canalizo; canal que nos permite descender unos 240 metros para alcanzar los extensos pastos de Vega Maor (1220 m). Un rebaño de ovejas pasta acompañadas por un perro tranquilo y un burro, pero no vemos al pastor.

Horcadina que da acceso a El Canalizo

Vista atrás del primer tramo de El Canalizo

Vega Maor y el Cabezo Llosoro detrás.

El cielo, encapotado todo el día, se va abriendo. Seguimos por la senda que recorre la vega hacia el naciente, siguiendo las marcas del GR 202 Ruta de la Reconquista, y en el extremo encontramos un depósito de agua seco que se debió utilizar para mantener la leche fría. Un breve collado nos separa de la siguiente y amplia hondonada donde se ubica la Vega los Corros (1235 m) con una pequeña laguna y vacas pastando.



Ovejas en Vega Maor

Cabaña en uso en Vega Maor
Vista hacia atrás de Vega Maor desde el collado que la separa de Los Corros. El Collado de Sierra Buena que comunica con Arnaedo se ve a la izda y el de Camplengo a la dcha.

Una horcada da acceso al Valle la Teja y, al acercarnos a ella, las nubes casi desaparecen y obtenemos unas vistas impresionantes del Macizo Central del que nos separa el profundo tajo del Cares. De izquierda a derecha: Cuetos Albos, por detrás de la línea principal donde encontramos los Cuetos del Trave, Dobresengros, Pico de los Cabrones y Torrecerredo; una breve interrupción da paso a las torres de La Celada, de Diego Mella y de la Palanca que nos ocultan la zona del Llambrión; a la derecha, solitarios, los Picos del Friero. La vista desde aquí de la majada de Ostón, sobre un promontorio colgado sobre el Cares y con el fondo de picos que antes enumeramos, es impresionante; sus cabañas y prados verdes con cerca de piedra y árboles.


Horcada que acceso al Valle la Teja. La nubes van desapareciendo.

Abajo se ven algunas cabañas de Ostón y por detrás, al otro lado de la Garganta del Cares, Cuetos del Trave, Dobresengros, Pico de los Cabrones y Torrecerredo (los tres últimos casi se confunden) y a la derecha las torres de La Celada, de Diego Mella y de la Palanca.


Al bajar por el Valle la Teja de camino a Ostón vemos, a este lado del Cares y a la derecha, la gran mole (desde aquí) del Cabeza Llambria cayendo vertical sobre el río y, más a la derecha casi detrás, el Cabeza de la Verde, donde estuvimos hace unos meses.
Cabeza Llambria y Cabeza de la Verde desde la Majada de Ostón. Río Cares abajo.

La senda marcada con las señales del GR deja a la izquierda Ostón (1000 m) y nos encaminada a un estrecha y profunda canal. Antes debemos descender un empinado prado que la senda salva en zigzag.

Antes de embocar la Canal de Culiembro debemos bajar en zigzag esta pradera.

Embocados en la canal, maravilla ver la destreza empleada en la construcción de la senda que baja por la Canal de Culiembru: armada en algunos tramos, por un canchal casi continuo donde han medrado algunas hierbas, culebreando siempre, la senda nos permite un rápido y fácil descenso por esta vertical canal. Debemos descender unos 550 metros. Hacia la mitad, cuando la estrecha canal se abre, cruzamos un ancho pedrero hacia la derecha y más abajo encontramos a la izquierda la profunda cueva de Posadoiro (670 m) a la que se accede mediante escalones construidos con piedra o aprovechando los salientes de la roca: se usa para guardar las cabras.

Cerca del comienzo de la Canal de Culiembro

Comienzo de la Canal de Culiembro.

La senda baja culebreando por la empinada canal (en la foto no se aprecia su gran inclinación).

Cueva de Posadoiro y acceso.

Cueva de Posadoiro desde algo más abajo.

Más abajo aparece una fuente con pilón (Fuente Gonzomera) y un bosquete a la izquierda donde apreciamos algunos nogales. A partir de aquí, el terreno mixto de piedra y hierba se decanta por el verde y, muy cerca del final de la canal, vemos a la izquierda el imposible paso del Escaleru de Culiembru: labrada en la roca, con tramos armados pero sin mantenimiento, estrecha y peligrosa, esta senda discurre un corto tramo con continuas subidas y bajadas en paralelo a la Ruta del Cares.

Fuente Gonzomera

Ya se ve abajo la cabaña de Culiembro

Enseguida encontramos la cabaña de Culiembru (450 m), en ruinas, una fuente, prados abandonados y bastante arbolado. No tenemos más que cruzar el canal de agua del Cares por un puente y desembocamos en la Ruta. La desandamos los primeros 6,5 kilómetros y estamos de regreso en Poncebos.



Cabaña en ruina de Culiembro

De regreso por la Ruta del Cares

Manantial de Farfao

Tramo que aún nos queda para llegar a Los Collaos que vemos arriba a la derecha.

Por el camino aún hay tiempo para admirar los colores del agua, la profundidad del tajo, la extraordinaria surgencia de Farfao o el ingenio y el trabajo que supuso su construcción.
Lorenzo Sánchez Velázquez

miércoles, 13 de julio de 2016

La Senda y Requexón de Valdunes. Circular desde Orlé

Salida y llegada: Orlé (concejo de Caso)
Distancia: 16,2 km
Duración: 7:00 h (sin contar paradas)
Subidas acumuladas: 1350 m
Altura Inicial: 650 m
Altura máxima: 1705 m
Fecha de realización: 26/VI/2016
Dificultad: media
Track de la ruta

Itinerario: Nozaleda (Orlé) – La Roza – Brañadales – Colláu Gallegos  – Requexón de Valdunes – Colláu Gallegos – Colláu Bilaña o Llagos – Mayá Vieya – Pico la Senda – Colláu Capiella – Valle Capiella – Conforcos – Valle los Tornos – Nozaleda (Orlé).

Mapa de la ruta
Hace poco estuvimos en La Carasca y recordamos como hace años subimos al pico La Senda y al Requexón desde Bezanes y Soto de Caso respectivamente. Como no conocíamos la subida por el collado Gallegos, decidimos alcanzarlos haciendo una ruta circular con bajada por el collado y valle Capiella.

Nozaleda y Orlé desde el camino hacia el Valle de Brañadales.

Llegamos desde Campo de Caso y aparcamos frente a las primeras casas de Nozaleda (650 m) al lado del río Orlé. Iniciamos la ruta siguiendo el camino ancho que sale justo antes de cruzar el puente y sube por el Valle de Brañadales entre prados y bosques de hayas. Cuando se miran las ortofotos de esta zona se aprecian los prados como islas artificiales en medio del gran bosque.
Por el camino del Valle de Brañadales.

La pista deja a la izquierda la cabaña de La Roza (830 m) y finaliza más arriba frente a la puerta de un gran prado en Brañadales (1000 m). Hemos caminado dos kilómetros. En este punto podemos seguir por el camino público rodeando la finca por la izquierda o atravesar la puerta de acceso a y continuar por un camino hasta la gran casa en ruinas. Salimos al camino, transformado en sendero, y avanzamos entre grandes hayas y piedras forradas de musgo del monte Fadiellu a la vez que cruzamos el arroyo Vallina Menor para alcanzar finalmente a una zona despejada (1280 m) donde encontramos vacas pastando.

Gran cabaña en Brañadales.

El precioso camino sigue a la izquierda del cercado.

La amplia, despejada y empinada ladera del Requexón de Valdunes llamada Peña Brañadales queda a la izquierda y ya vemos su cima. Pero de momento la senda abandona el fondo del valle y gira primero a la derecha en paralelo al límite del bosque para ganar rápidamente altura y después a la izquierda donde encontramos un pilón ganadero.
Salimos a las camperas previas al Colláu Gallegos.

Retomamos la dirección sureste y enseguida alcanzamos el Colláu Gallegos (1385 m) que da vista al sur. Las nubes nos ocultan las cumbres más altas,  aún así vemos con claridad el Cantu’l Oso y la cercana Peña’l Casar. Por detrás, en cambio, sobresale la cuerda de La Ordaliega, La Frayada, el Mayáu y el Cuetón de los Traviesos.
Pilón ganadero poco antes de alcanzar el Colláu Gallegos.

Aunque no teníamos previsto subir al Requexón, viéndolo tan cerca, acometemos su ascensión bordeando el valle por su cabecera hasta enlazar con una vallina que remonta duramente hasta la arista norte de la montaña. Una corta ascensión por ella nos deja en la cumbre (1565 m) donde hay un buzón de montaña adosado a un mástil que termina en una silueta metálica del mapa de Asturias con un nombre y una fecha.

En la cima del Requexón de Valdunes.

La arista norte del Requexón cae vertical. Vemos el pico La Senda; subiremos en paralelo al bosque Faciellu que vemos hacia la derecha.

La primavera florida en la cumbre es hermosa y la vista se extiende ahora hacia el este donde vemos La Carasca y el Campigüeños; en cambio, las cimas del Tiatordos y el Maciédome quedan ocultas por las nubes.
Bajamos del Requexón, más o menos por el mismo camino, hasta el Colláu Gallegos (1385 m). Una senda desciende al otro lado a los hermosos prados y cabañas de Los Foyancos y remonta después hasta el collado Bilaña o Llagos (1348 m). Pero hay una senda armada que sin perder altura une ambos collados y así, sin esfuerzo, llegamos al segundo donde encontramos una cabaña casi en ruinas entre grandes fresnos.


Senda entre los collados Gallegos y Bilaña.

Cabaña en el collado Bilaña entre fresnos.

Un poco más adelante, al entrar en las hondonadas herbosas de Los Foyos, encontramos una buena cabaña (1330 m) con una mesa de piedra al lado de la puerta. Dejando esta cabaña a la izquierda hace años subimos por aquí al Requexón.
Cabaña arreglada en la base del Requexón entre el collado Llagos y Los Foyos.

La senda cruza las hondonadas de Los Foyos rodeando el Requexón y alcanza, al otro, lado la majada derruida de Llagos. Por aquí bajamos hace unos años del Pico la Senda después de recorrer su arista norte (Xerru les Grayes). Sin embargo, ahora seguimos otra senda que deja los Foyos a la izquierda y rodea la ladera norte del Xerru Pandu (que dejamos a la derecha) y nos deja en la Mayá Vieya (1360 m) en completa ruina. El pequeño valle se extiende hacia  el sur entre el Pandu, a la derecha, y la extensa arista norte de La Senda a la izquierda.
Vacas en la Mayá Vieya.

Una nueva senda remonta al bies la ladera norte del Pico la Senda en paralelo al bosquete Faciellu que dejamos también a la derecha. Alcanzamos una estrecha vallina que remonta duramente hasta alcanzar la arista norte (Xerru les Grayes) (1630 m), abriéndonos el horizonte este: La Carasca, Campigüeños, etc. Continuamos la subida por la arista hasta la cima (1705 m) donde sólo encontramos un montón de piedras; pobre coronación para una cima tan espectacular.
Por la ladera del pico La Senda. Por detrás vemos el Requexón al fondo y, a la izquierda, el Xerru Pandu.

Paramos a reponer fuerzas haciendo tiempo a que se abriera algún claro por el que atisbar las cumbres más altas del sur; muy abajo, casi en la vertical y al este, vemos vacas y caballos pastando en el collado Capiella.


La Carasca (dcha) y Campigüeños (centro) desde el pico La Senda

Collado Capiella desde La Senda.

Reanudamos la ruta bajando al norte por una vallina que deja la arista a la izquierda hasta enlazar (1560 m) con la senda que viene desde la misma arista por la ladera oriental; esta senda da nombre al pico. Al seguirla, giramos bruscamente al sureste caminando por una traviesa protegida con piedras y alambre de espino que, enseguida, cruza una horcada entre dos peñas y desciende rápidamente al collado Capiella (1439 m) donde hay vacas y caballos pastando.

 
Corta traviesa que lleva a una horcada que a su vez da acceso al collado Capiella.
Vista atrás de la horcada que permite bajar a Capiella.

Como hacía poco que habíamos bajado por el Valle Capiella siguiendo las marcas del PR por la ladera oriental (aunque se sigue bien, la encontramos invadida parcialmente por las escobas), decidimos bajar ahora por las cómodas praderas de la ladera occidental.
Zona alta del Valle Capiella, cerca del collado. Al fondo vemos la cuerda entre La Ordaliega y el Cuetón, con la Frayada y el Mayáu en medio.

Más abajo cruzamos el Arroyo Troncáu o Capiella (1330 m) y al llegar al bosque decidimos seguir por esta misma ladera, para variar. La encontramos demasiado tupida y tuvimos que bajar  de nuevo al arroyo y cruzarlo y descruzarlo otras tres veces.

Nos sumergimos en el bosque.

La extensa cresta norte de La Carasca emerge por encima del bosque que cubre el Valle Capiella.

Antes del último cruce del arroyo (1180 m) se puede seguir por la ladera oriental, como hicimos al bajar de La Carasca, para alcanzar los prados y cabañas de Conforcos (1100 m). Pero esta vez cogimos el sendero que baja por la arista occidental, más despejada.
Prados y cabañas en Conforcos con el horrendo "chalet" en medio. En Conforcos enlazamos con el camino que baja a Orlé.

Hace mes y medio, cuando subimos y bajamos por el valle del río Orlé para alcanzar La Carasca, contábamos que estaban arreglando el camino. Por entonces el camino ancho terminaba entre el último puente de madera y el Llanu L’Acebal (1000 m). Ahora la pista llega hasta las últimas cabañas de Conforcos y el antiguo puente de madera casi podrida lo han cambiado por uno de hormigón. Hay que reconocer que se han respetado la mayoría de los tramos empedrados del camino antiguo; sólo el corto tramo del empedrado más alto, cerca de L’Acebal, ha sucumbido a la pala excavadora. (A finales de Julio he subido a Melordaña y la pista llega hasta casi alcanzar el collado Melordaña. Ignoro si continuarán hasta la propia majada; si es así, poco les queda).

El empedrado original aún se conserva en muchos tramos del camino hasta Orlé.

El descenso por este valle mágico, con sus torrenteras, pozas y piedras cubiertas de musgo, envueltos en la exuberante vegetación de ribera, es muy agradable y nos deja de regreso en Nozaleda.

Lorenzo Sánchez Velázquez